La política de defensa de la Federación Rusa, con respecto al avance y presencia de la fuerza militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en su frontera occidental, la obliga a concentrar poderío defensivo, principalmente en su Distrito Militar Oeste.
Dicha acción, dentro de las fronteras rusas, signa el derecho soberano que le asiste a cualquier país del mundo de mover sus tropas en base a consideración propias del análisis de situación, que es el caso de la nación euroasiática. Esto, a diferencia del avance y concentración de tropas y armamentos de la OTAN, que se suman a las tropas nacionales de los países limítrofes con la nación euroasiática. Efectivos militares y material de guerra, provenientes de países, más allá de estos deslindes, como es el caso de Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Gran Bretaña, entre otros. Así como la realización de ejercicios militares como fue el llamado Defender Europe 21, por el que se desplegaron durante los meses de mayo y junio de este año 2021 40.000 efectivos y 15.000 unidades de material bélico, incluidas aeronaves estratégicas, maniobraron provocadoramente en las fronteras con Rusia.
Los medios de información, ligados a las potencias occidentales, a ambos lados del Atlántico, han complementado esfuerzos, para llevar a cabo una fuerte propaganda destinada a mostrar a Rusia como agresora, fuente de discordia, un país que tensiona las relaciones con sus vecinos europeos y pone en peligro la noción de paz que maneja el organismo noratlántico. Así, el medio sensacionalista alemán Bild – el de primer tiraje en Alemania y tercero en el mundo, cercano a los medios más conservadores del país teutón – publicó un mapa sobre las zonas de la hipotética invasión rusa a Ucrania. Un mapa muy similar a uno publicado días atrás por el medio estadounidense The Washington Post. Tal hecho hizo declarar a la cancillería rusa en boca de su portavoz, María Zajárova: «Obviamente, la fuente de inspiración para este material debe ser buscada al otro lado del Atlántico. Porque ayer The Washington Post publicó un mapa similar en relación con la supuesta invasión de Rusia a Ucrania, […] los alemanes reelaboraron creativamente las imágenes de los estadounidenses…La propaganda ideológica destruye el sentido común por completo» (1)
La propaganda ideológica, a la que hace mención la Cancillería rusa, incluye la labor mediática, política, diplomática y que ya ha puesto fecha de esta invasión de las fuerzas rusas a Ucrania: principios del año 2022 que contempla el uso de al menos 175 mil efectivos. Una propaganda que interesadamente oculta las maniobras del organismo noratlántico, sus reuniones de coordinación, el aumento de los aportes para gastos en armas – que se eleva ya – en un tercio de los miembros de esta organización conformada por 30 naciones – al 2% del PIB lo que constituye a este organismo político-militar en la mayor concentración de efectivos, armas y presupuesto militar del mundo. Considere que sólo Estados Unidos tuvo un presupuesto militar 2021 de 811 mil millones de dólares. Gran Bretaña con 72 mil millones de dólares, Alemania con 64 mil millones y Francia con 59 mil millones de dólares. Cifras que superan largamente los 66 mil millones de dólares del presupuesto de la federación rusa.
La expansión clara y provocadora de la OTAN hacia el este, tratando en ello de cercar a Rusia, involucra al gobierno de Kiev, que se ha dedicado a incrementar la represión de la población del Donbass – cuya guerra contra los habitantes de esta región en el este de Ucrania ha generado ya 14 mil muertos y que catalizó la decisión de crear las repúblicas populares del Donetsk y Lugansk. Repúblicas vinculadas histórica y culturalmente con Rusia donde un porcentaje importante de la población, que además en un 98% es ruso parlante, ha adquirido la nacionalidad rusa lo que con toda lógica, en caso de incrementarse la política hostil de Ucrania contra esta región pueden solicitar ayuda a Moscú.
En abril de este año 2021 advertimos en nuestro portal segundopaso.es que Kiev lucha por incorporarse a un ente belicista, someterse a los dictados de Bruselas (sede de la OTAN) y seguir las directrices que le entreguen potencias occidentales. Igualmente señalamos la necesidad de recordar que “el año 2014 en pleno proceso del que occidente denominó Euromaidan, los habitantes del Donbass se opusieron al Golpe de estado dado en Kiev, con apoyo occidental, contra el gobierno de Viktor Yanukovich. Un proceso de levantamiento y toma de conciencia política, que los condujo a declarar su independencia sobre la base de procesos democráticos, creando así las llamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk” (2)
Únase a lo mencionado, las acciones militares, ejercicios, presencia de naves de guerra de la OTAN que navegan en aguas del Mar Báltico y del Mar Negro lo que ha generado, sobre todo en esta última zona, más de un choque que no ha llegado al enfrentamiento directo, entre esas fuerzas noratlánticas y fuerzas rusas acantonadas en la Península de Crimea. Igual situación en la zona del Mar de Azov. La visión del gobierno ruso es que Ucrania está siendo convertida den un portaviones terrestre para agredir a Rusia y como un “trampolín de enfrentamiento” que puede generar consecuencias negativas serias y una desestabilización de la situación político-militar en toda Europa”. Opinión que se refrenda frente a la decisión del corrupto gobierno ucraniano presidido por el actor y comediante Volodímir Zelenski de solicitar el ingreso a la OTAN y con ello el envío de ayuda militar, financiera y efectivos de las fuerzas de los países europeos, que han comenzado a llegar a Ucrania (3). Petición ante la cual el gobierno ruso se opone tajantemente y que avalan la decisión de Moscú de concentrar tropas, dentro de su territorio, para contener cualquier intento de agresión occidental, ya sea en su frontera con Ucrania o en el Mar Negro.
Rusia exige a la OTAN que cese su acercamiento y provocaciones en su frontera occidental, que no implica sólo negarse a que la OTAN acepte a Ucrania como socio N° 30, sino que implica el despliegue de tropas y armamento ofensivo. Putin exige garantías de seguridad que sean fiables y a largo plazo y que va a insistir en sus conversaciones con Estados Unidos y sus aliados que descarte cualquier expansión de la OTAN hacia su frontera occidental. Para el presidente ruso se requieren “garantías jurídicas porque en materias de compromisos verbales estos han sido violados, ignorando las legítimas preocupaciones del gobierno ruso en materias de seguridad.
La respuesta de la OTAN a través de su secretario general Jens Stoltenberg, es considerar inaceptable que Rusia hable de “esferas de interés poniendo vetos al ingreso de nuevos miembros”. Opinión bastante hipócrita pues la OTAN si crea áreas y esferas de interés, avanza hacia las fronteras occidentales de Rusia, mueve tropas, equipos, material militar ofensivo, pero niega las preocupaciones de quien se siente agredido. El canciller ruso Serguei Lavrov ha recordado a los jerarcas políticos y militares occidentales que existe el llamado “principio de indivisibilidad de la seguridad […]que establece que nadie debe fortalecer su seguridad a costa de la seguridad de los demás».
La última escena de este teatro de declaraciones vino por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, quien afirmó que el despliegue de complejos de ataque en el territorio de Ucrania supondría traspasar una línea roja. «¿Y qué deberíamos hacer? Entonces tendremos que crear algo similar en relación con aquellos que nos amenazan de esta manera. Y podemos hacerlo ahora». Tal declaración sacó ronchas en Washington que a través del veterano mandatario estadounidense, Joe Biden, afirmó que «no acepta líneas rojas de nadie. Estamos al tanto de las acciones de Rusia desde hace mucho tiempo y mi expectativa es que tendremos una larga discusión con Putin».
Discusión que se prolongó por dos horas, en forma virtual, el pasado 7 de diciembre entre ambos mandatarios. Encuentro que se da cinco meses después de la última reunión en que ambos dirigentes se vieron las caras en forma presencial en la ciudad de Ginebra, Suiza, y que en la suma total consigna ya cinco encuentros. Ambos mandatarios se centraron en temas de ciberseguridad y estabilidad estratégica y donde el tema relevante de la jornada, como se esperaba fue el tema de las tensiones derivadas del tema Ucrania y sus efectos. Desde la Casa Blanca el conflicto en ese país europeo oriental significa avanzar por la puesta en marcha junto a sus socios europeos de la OTAN en un paquete de medidas económicas que incrementen la política de presión que se ejerce sobre Rusia.
Sanciones que se vislumbran en el sector energético, como también despojar a la nación euroasiática de su acceso al sistema de datos bancarios Swift (acrónimo de Society for World Interbank Financial Telecommunication) que implica un claro ataque a la economía rusa. Esto, porque el sistema Swift es considerado hoy una de las infraestructuras imprescindibles de las finanzas internacionales, ya que constituye una herramienta eficaz para la integración de servicios tales como pagos interbancarios, transferencias, inversiones, comercio exterior entre otras acciones. Las amenazas de Biden se complementan con las efectuadas por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, quien señaló que aprobarán una serie de acciones de represalia sin Rusia invade Ucrania: “La Unión Europea responderá de forma apropiada a cualquier agresión adicional”
Putin, por su parte, fue enfático en señalar que las medidas destinadas a sancionar a Rusia o amenazarla militarmente tendrán respuesta e insistió en llevar adelante la propuesta que se hizo a la OTAN donde garantizaba estabilidad a cambio de que Ucrania no ingrese en la Alianza. Rusia quiere detener todo avance de la OTAN hacia su frontera occidental lo que implica excluir a Georgia y Ucrania, recordándoles que esto fue prometido los años 1999 y 2004 incumpliendo esos acuerdos definidos en el marco de las preocupaciones rusas en materia de su seguridad. Putin ha dejado especificado, que hay que cumplir los acuerdos de Minsk, que constituyen la hoja de ruta destinada a dar una solución política al actual conflicto en el Donbass y que cualquier “intento del actual Gobierno ucraniano de doblegar por la fuerza a las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk tendrá una respuesta adecuada”, como fue refrendado en estos días por el jefe del Estado Mayor de Rusia, el general Valeri Gerásimov. Para el gobierno ruso el tema ucraniano es la excusa para el avance de la OTAN a su frontera occidental y ello constituye la verdadera amenaza en este momento.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha aseverado que “Rusia tiene una política exterior pacífica, pero tiene derecho a defender su seguridad”, y lo ha señalado en todos los tonos posibles y ha denunciado a la OTAN por su política hostil, que considera a Rusia su adversario, llevando a tomar acciones claramente provocativas como tratar de incorporar a Ucrania a su seno que significará “el despliegue de los correspondientes contingentes militares, bases y armas que supondrán una amenaza para nosotros”. El presidente ruso calificó como una “inacción criminal de parte de Rusia quedarse de brazos cruzados” ante la expansión del bloqueo militar noratlántico comandado por Estados Unidos al este de Europa cercando a la nación euroasiática. Un escenario convulso es el que se vive y que tiene escenas de amenazas, diálogos, sanciones, llamados a la calma y vuelta a empezar. Los dados están lanzados, Alea Jacta Est (4) donde la interrogante hoy es saber quién cruzará el Rubicón.
https://segundopaso.es/news/1476/Donbass-Escalada-de-un-Conflicto-Que-S%C3%B3lo-Beneficia-a-Ucrania