Desde sus inicios, el régimen siempre ha tenido como meta doblegar a las universidades de Venezuela y ponerlas a su merced. El objetivo es claro, eliminar y censurar los espacios verdaderamente democráticos que aún permanecen de pie en el país. Desean instaurar su modelo político en nuestras universidades, ese que tanto sufrimiento ha causado en el país. Con esto solo logran eliminar la educación de calidad en Venezuela para mantener al pueblo sumiso e ignorante, persiguiendo que no podamos denunciar sus atropellos y todas las injusticias que cometen.
Un ejemplo de toda la violencia y agresiones que el régimen ha cometido contra la academia es el estado actual de la Universidad Central de Venezuela, que esta semana cumplió 300 años desde su fundación. Un día que debió ser de felicidad y orgullo, se transformó en un sentimiento agridulce por la lamentable situación que atraviesa la universidad. Las arremetidas del régimen van desde atacar la autonomía universitaria consagrada en la Constitución, reducir sus presupuestos para dificultar el día a día, condenar a los profesores a sobrevivir con salarios de miseria, y promover ataques de grupos violentos contra los estudiantes, equipos e inmuebles universitarios.
Sus tres siglos de existencia hacen de la UCV una institución aún más antigua que la República, tiempo en el cual han formado a infinidad de venezolanos en sus aulas y pasillos, profesionales que han aportado tanto al país para su crecimiento y progreso. También, durante todo este tiempo, la academia ha permitido realizar investigaciones de gran peso sobre Venezuela, creando un faro que guía y habla sobre nuestra sociedad para que entendamos mejor de dónde venimos y hacia dónde debemos ir.
La UCV es más que el Alma Mater de miles de venezolanos, es un hogar para quienes coleccionamos grandes momentos en nuestra ciudad universitaria. La ilustre Universidad Central de Venezuela representa la superación del venezolano, la esperanza que sirve de norte para toda una sociedad que hoy exige democracia y libertad.
Así, debemos siempre resaltar que la mejor forma de enaltecer a nuestra amada UCV es trabajando por la educación y la cultura, para que más generaciones se sigan formando como profesionales, dejando su nombre en alto en cualquier rincón del mundo. No dejaremos de denunciar los ataques del régimen, los asfixiantes presupuestos, los salarios de miseria y la violencia contra los estudiantes. La verdad inquebrantable es que pese a los intentos del régimen por derrumbarla, la UCV es y será libre, democrática y autónoma. Viva hoy y siempre la casa que vence la sombra.