Levy Benshimol: La temporada turística decembrina no fue buena

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Por más esfuerzo del sector turístico

La temporada decembrina, no fue nada buena en lo económico, por más esfuerzo del sector privado del turismo nacional, ya que las circunstancias de la pandemia del coronavirus, los altos costos en los servicios turísticos, la insuficiencia en el transporte: terrestre, aéreo y marítimo, la inopia en los servicios públicos, la inseguridad, la escasez en el combustible y su alto precio,  y el poco interés de los ciudadanos de viajar, por razones de economía doméstica, a los destinos nacionales, así lo decretaron.

De acuerdo a cifras extraoficiales que en la actualidad manejamos, en los destinos turísticos, tradicionales nacionales, se ha reflejado a la fecha una ocupación hotelera, que no supera el 12%, en Margarita, en Falcón con 8%, Mérida con 8%, Anzoátegui con 8%.  Por lo que es  oportuno destacar que en esos  destinos en las temporadas decembrinas pasadas, en lo que se refiere a  las ocupaciones en hoteles; en Margarita superan el 95%, Falcón en un 89% y Mérida 90%, en Anzoátegui 93%,  esas halagüeñas cifras se dieron por una parte porque había muy buena  conectividad aérea nacional e internacional,  plausibles servicios de marítimos, aceptables vehículos de transporte terrestre, dignos servicios públicos, el deseo del venezolano  de viajar, por tener económicamente como hacerlo, pero esa situación ha pasado a la historia, ya que  el acontecer político, social,  económico   de hoy es otra  historia y muestra  como un simple detalle de este nuevo acontecer turístico, lo visualizamos  en la pasada semana de Navidad, cuando los terminales terrestres, aéreo y marítimos, presentaron poco  afluencia de público.

Esta nota, como decimos en periodismo es noticia de ayer, por lo tanto, para hacer la noticia del mañana, los sectores privados deben implementar acciones creativas innovadoras, el sector público cumplir con todas y cada de las promesas prometidas   para que el negocio turístico funcione bajo esas adversas circunstancias. Y poder aplicar aquella frase “La vida no es esperar que pase la tormenta, es batallar bajo la lluvia.”

 

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