El inicio del año trae consigo la aparición de las dietas milagrosas que se comienzan el primero de enero. Muchas personas comienzan con la intención de perder peso y se rinden a los días o meses porque se someten a regímenes estrictos que son difíciles de mantener a largo plazo. En este artículo nos enfocaremos en discutir cambios de hábitos que podemos implementar para balancear nuestra alimentación en vez de ponernos a dieta.
Número 1: dile no a las dietas muy restrictivas a menos que un profesional te la haya indicado dado que generalmente no son beneficiosas a largo plazo. La posibilidad de desarrollar trastornos alimenticios y deficiencias graves aumenta si se practican dietas estrictas cuando la persona no las necesita o el régimen no se adapta a su organismo. Por lo que si quieres probar algún régimen como el paleo o el keto es recomendable que comiences descartando algunas comidas, en particular las procesadas y disminuyas los lácteos. Siempre monitoreando tu organismo, de manera que puedas saber cómo reacciona a los cambios.
Número 2: si eres una persona que consume muchos productos procesados comienza a disminuir su ingesta. Los productos procesados están cargados de aditivos y hormonas que aumentan su sabor y que a largo plazo se vuelven adictivos. Alejarte de estos alimentos te ayudará a desinflamarte y a descubrir intolerancias y posibles alergias que tengas y no hayas notado anteriormente.
Número 3: aumenta el consumo de vegetales, verduras y frutas bajas en azúcares. La mayoría de los adultos sufre de deficiencias vitamínicas de algún tipo, las cuales suelen aparecer porque no consumimos suficientes alimentos llenos en nutrientes. Estos alimentos no sólo nos aportan vitaminas y minerales, sino también fibra lo cual ayuda a regular nuestra digestión.
Número 4: haz un esfuerzo por descansar. El descanso es una de las maneras en que mantenemos nuestro organismo en equilibrio. De hecho, los estudios demuestran que más del 50% de las personas obesas sufren de problemas para dormir. Es un ciclo en el que nos cuesta dormir porque tenemos sobrepeso y tenemos sobrepeso en parte porque no descansamos. Al descansar nuestro cuerpo puede hacer un mejor trabajo reconociendo las señales de hambre y saciedad. A su vez nos sentimos de mejor humor y energizados, lo que nos ayuda a mantenernos activos.
Número 5: comienza a hidratarse de manera apropiada. El ser humano necesita en promedio unos 3 litros de agua al día para mantenerse hidratado. Estos se dividen en entre el líquido que consumimos de nuestros alimentos, por ejemplo de las frutas y vegetales, y el que consumimos directamente. El mantenernos hidratados trae beneficios desde aumentar la salud de nuestra piel hasta ayudarnos a distinguir cuándo tenemos sed y cuándo tenemos hambre.
En resumen, no es necesario entrar en un régimen estricto para perder peso a menos que un profesional te lo haya indicado o tengas una meta deportiva en mente. Pequeños cambios de hábitos nos ayudan a mejorar nuestro metabolismo y es probable que persistan en el tiempo versus los cambios abruptos de dieta. Recuerda siempre que el cambio toma tiempo, pero vale la pena trabajar para ver resultados positivos y permanentes.
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