En la región del Táchira los pimpineros se convirtieron en los distribuidores de la gasolina. Cada día crece más el mercado negro de los combustibles.
Gasolina en sitios VIP. Esta es la nueva modalidad a la que deben recurrir una buena parte de los habitantes del estado Táchira, ante las limitadas posibilidades de echar gasolina en las estaciones de servicio debido a regulaciones establecidas por la Mesa de Combustible en la región, el único estado con un plan de distribución diferente al resto del país.
Pero la oferta de gasolina no ocurre en zonas remotas de la frontera colombo venezolana, sino que la exhibición de potes de refresco con el característico color del hidrocarburo sobre sillas, mesas y aceras, ya se observa en cualquier vía de todos los municipios de la entidad, incluso a pocos metros de estaciones de policías y militares, un panorama que se vivió en la capital de Norte de Santander años atrás.
Y es que el tema de gasolina en Táchira tiene un antes y un después.
Es el 1 de junio del año 2020, cuando el gobierno de Nicolás Maduro decidió ubicar el precio de la gasolina a 0,50 centavos de dólar, en medio de una grave escasez que afectó a diversos sectores productivos del país, cesó el contrabando de combustible hacia Colombia y se comenzó a presentar el contrabando de introducción de gasolina colombiana a Venezuela.
Cada día crece el mercado negro de los combustibles.
Crecimiento del mercado negro de gasolina
Varios residentes de municipios fronterizos que prefirieron mantener sus nombres bajo anonimato relataron que el crecimiento del mercado negro del combustible, en parte se debe al poco despacho de combustible en la región y muchos hombres y mujeres han visto la venta de combustible como una salida a la crisis económica.
De acuerdo con información suministrada por una vendedora informal de combustible de La Fría, municipio García de Hevia, un litro de gasolina venezolana se comercializa a lo largo de la Avenida Aeropuerto en 2.200 pesos por litro, mientras que el litro de gasolina colombiana se vende a 2.800 pesos cada litro, esto debido a que el combustible de origen colombiano tiene mayor demanda porque la consideran de mejor calidad de octanaje.
“Muchas personas nos hemos dedicado a vender gasolina porque aquí no hay fuentes de empleo, si no podemos vender esto será dedicarnos a la prostitución”, dijo la informante quien es la cabeza de hogar y madre de tres hijos menores de edad.
Además, recalcó que la gasolina venezolana ya no se lleva de contrabando hacia Colombia, por el contrario, es la gasolina colombiana la que ahora se trae hacia el Táchira. El modo de diferenciar una gasolina de otra es por el color, la gasolina colombiana tiene un color más fuerte que la gasolina de origen iraní que se expende en territorio venezolano.
Una fuente vinculada a Pdvsa (Petróleos de Venezuela) dijo que en el estado Táchira solo hay 46 estaciones de servicio habilitadas para la venta de gasolina a precio internacional, mientras que solo 6 están autorizadas para el despacho de combustible bajo subsidio, las cuales funcionan bajo previa lista y se abastecen a algunos gremios.
Entonces la Mesa de Combustible cada día a las 5:00 de la mañana arroja los números de placas que están habilitadas para echar gasolina a precio internacional. Por lo general son dos números de placa en San Cristóbal por cada día lo que se le permite a cada vehículo surtir una vez por semana.
Los vehículos que consumen el total del combustible en un corto tiempo deben entonces recurrir a las mafias de la gasolina, bien sea dentro de una estación de servicio, donde se paga una moto para saltar la fila, o en las ventas informales.
La fuente consultada con pleno conocimiento del tema indicó que, en algunas estaciones de servicio, hay personas dedicadas a captar clientes que estén dispuestos a saltar la cola y pasar directo a la estación pagando 20 dólares adicionales al costo de la gasolina a precio dolarizado.
Mientras que, en Táchira, 30 estaciones de servicio se mantienen cerradas desde hace más de un año, algunas con gasolina depositada en los tanques, debido a que éstas son las habilitadas para expender a precio subsidiado, la cual no llega a la entidad, destacó la informante
Los pimpineros trabajan de manera ilegal.
Capturan a sindicalista de Pdvsa
Justo durante el mensaje anual el 15 de enero de 2022 ante la Asamblea Nacional, el presidente Nicolás Maduro encomendó al Ministro Tareck El Aissami atacar las mafias de la distribución del gasoil y la gasolina.
A raíz de la petición del mandatario, el gobernador Freddy Bernal informó a través de sus redes sociales, sobre la detención Gerzo Contreras Acuña, Secretario de Reclamo del Sindicato de la Empresa Nacional de Transporte de Pdvsa, en el municipio García de Hevia del estado Táchira.
En el procedimiento practicado por la Dirección Contra la Delincuencia Organizada (DCDO) detuvieron a 4 ciudadanos, a quienes señalan de estar involucrados en el tráfico de gasolina.
La información enviada a los medios indica que el funcionario, valiéndose de su cargo desviaba las gandolas a un galpón ubicado en el sector Las Picas en la autopista García de Hevia – Coloncito.
“Estos ciudadanos trasladaban el combustible con tres motobombas a una gandola de agua y así pasar desapercibidos y venderla en el mercado negro especulando a los venezolanos. Los involucrados ya se encuentran a la orden del @minpublicove”, escribió el mandatario regional.
El Gobierno Nacional incluso activó el número de teléfono 0800-FISCA-00, para que los ciudadanos puedan denunciar las irregularidades relacionadas con la gasolina.
Al consultar sobre las acciones de la Mesa de Combustible sobre las mafias del combustible en Táchira, no se obtuvo un pronunciamiento oficial, por tanto, sobre cómo llegan tantos litros de gasolina a los vendedores VIP, quedan más dudas que certezas.
Este martes, el gobernador Freddy Bernal mostró una foto en su red social Instagram, en la que aparece reunido con Asdrúbal Chávez, presidente de Pdvsa, y describió que revisaban los planes de distribución de combustible en el estado Táchira.
La Opinión de Cúcuta – Colombia
