La doctrina fundamental del Libertador Simón Bolívar, lo expresó en 1819: “La educación e instrucción son el principio mas seguro de la felicidad general y la mas sólida base de la libertad”.
Maestro, es el mas alto reconocimiento que una persona pueda aspirar, por eso, de que vale haber obtenido títulos académicos, altas investiduras políticas o jerárquicas, si es “un patán”, carente de las elementales virtudes ciudadanas.
Ser maestro es una dignidad imperecedera porque quien enseña instrucción cívica, moral pública, respeto a sus semejantes y el cumplimiento de los deberes, es merecedor de los mayores encomios, que nunca se le olvida..
La doctrina del Libertador debemos verla en estos principios de moral por ser el primer deber de la República, entendiéndose Estado-Gobierno para la formación de buenos ciudadanos porque “un pueblo pervertido, si alcanza la libertad muy pronto vuelve a perderla” y nos dijo que “la felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio de las leyes es mas poderoso que el de los mismos tiranos; que las buenas costumbres y no la fuerza, son las columnas de las leyes; que el ejercicio de la Justicia es el ejercicio de la libertad”.
Estos principios doctrinarios del Libertador están copilados en “El Primer Deber”, obra realizada por el gran bolivariano, siempre recordado y respetado maestro José Luis Salcedo Bastardo, historiador en el acervo documental del Bolívar sobre la educación y la cultura, editado con motivo del bicentenario del nacimiento del Libertador. Libro que se pudiera ordenar su reimpresión para la lectura en todas las escuelas sobre instrucción ciudadana en un Estado de Derecho Justo.
En esa obligada formación cívica de la doctrina de Bolívar, lograremos vivir en paz, seguridad, justicia, bien común y felicidad respetando el derecho ajeno y cumpliendo con los deberes ciudadanos. El deber y el respeto es la base de todos los derechos.
El gobierno y la gente sin exclusiones, deberá cumplir con El Primer Deber Bolivariano, dando ejemplos de virtud republicana, de moral pública, de probidad y en especial, de respeto. Es el “derecho del deber”
No puede ser bolivariano quien marchita la doctrina del Padre de la Patria. Los adláteres y serviles, los temerosos y subyugados desde la antigua Roma dándoles vivas al Cesar en el circo, hoy aplauden y mañana el puñal de Brutus. El pueblo es caprichoso.
Por toda esta reflexión, debemos rescatar la célebre frase del Libertador y estar en placas a las puertas de todas las escuelas “moral y luces son nuestras primeras necesidades”, es “El Primer Deber”. 24-01-22
cjev34@gmail.com