Antonio Urdaneta Aguirre : Lo que está por hacer

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Recientemente quien usurpó el poder en Venezuela desde el 10 de enero de 2013, en un desesperado esfuerzo para hacerle apología a los protagonistas de los crímenes cometidos el 4 de febrero de 1992, tomó esta fecha como punto de partida de lo que más tarde se convirtió en la peor tragedia que hemos padecido los venezolanos en el transcurso de nuestra vida republicana. Se refería el repudiado e ilegítimo funcionario del régimen, con la convicción de sentirse satisfecho con los “logros” de la “revolución” mal llamada bolivariana, a los “avances revolucionarios”, treinta años después de los hechos criminales encabezados por aquel siniestro personaje a quien el pueblo calificó como el megalómano barinés del siglo XXI.

Se supone que el usurpador y su cúpula de cómplices considera que han avanzado exitosamente en el cumplimiento del plan que les encomendó el megalómano, el cual consiste en acabar con todo lo bueno que había en Venezuela hasta 1998, para hacerlo todo nuevo, a imagen y semejanza de la sangrienta “revolución cubana”. En términos bien precisos, los mejores resultados de la obra “revolucionaria” se traducen en una hambruna nacional sin precedentes en América Latina; la destrucción de todos los servicios públicos; la ruina de la economía nacional, empezando por nuestra empresa petrolera, el emporio minero e industrial de Guayana, la Compañía Nacional de Teléfonos y otros entes del sector público; el desmantelamiento de escuelas y liceos, así como también de la red de hospitales y demás centros de salud; incluso la desatención intencional de las universidades autónomas.

Por otra parte, mediante un proceso bien orquestado y mejor realizado de expropiaciones y apropiaciones de empresas, tierras y cultivos del sector privado, para generar escasez y encarecimiento de los productos de manufactura y agrícolas; y, como consecuencia, reducir la exportación a la mínima expresión y generar la mayor tasa de desempleo registrada en los últimos cien años. Resultado: más de seis millones de compatriotas han salido del país obligados por la crisis.

Causa terror la parte de su discurso que más enfatizó: “lo que está por hacer”. Se supone que si eso ocurre, es decir, si continúan los “éxitos revolucionarios”, el número de migrantes podría duplicarse, el hambre y la desnutrición se convertirán en la primera causa de muerte en el país. Todo esto se traduciría en mayor control social por parte del régimen y la apropiación definitiva de Venezuela, por el usurpador y su cáfila de cómplices.

Educador / Escritor – urdaneta.antonio@gmail.com – @UrdanetaAguirre

 

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