Solo el tiempo separa a Miguel Cabrera del Salón de la Fama

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Una leyenda viva del béisbol, el venezolano espera cumplir los últimos dos años de contrato con los Tigres y luego marcharse con la satisfacción de haber cumplido una carrera que ya muchos hubiera deseado.

Cabrera, sin embargo, no se duerme en las glorias pasadas ni en lo que le depare el futuro. Cada mañana recoge su bate y se va a las cajas del profesor Ricardo Sosa para seguir perfeccionando un arte que ha dominado como pocos. A título personal, afirmo que no he conocido un bateador que sepa dirigir la bola para donde le venga en gana. Un maestro.

Una leyenda viva del béisbol, el venezolano espera cumplir los últimos dos años de contrato con los Tigres y luego marcharse con la satisfacción de haber cumplido una carrera que ya muchos hubiera deseado.

Quién no recuerda aquel Cabrera que llegó casi adolescente a los Marlins y le dio el cuadrangular a Roger Clemens, al ganador de la Triple Corona, al slugger de más de 500 jonrones y casi 3,000 imparables, al 11 veces estelar, a veces Jugador Más Valioso…

Y no deja de entrenar. Nunca.

¿Cuál es la motivación para venir cada mañana y dejar la vida en el gimnasio?

“El primer propósito de nosotros es mejorar cada año, independientemente de la edad que tenemos. Buscar lamanera de ayudar a tu equipo a ganar, a formar una diferencia en el terreno de juego. Esa ha sido una de las grandes motivaciones mías. Tratar de mejorar y tratar de ayudar al equipo a ganar’‘.

Campeón de la serie mundial, triple corona, no es fácil encontrar motivación.

“La que mayor motivación mía han sido los tres últimos años míos que he tenido muchas lesiones y trato de sobreponerme a eso para llegar lo más listo posible a la primavera. Poder tener una temporada sana. Eso es lo que me ha mantenido positivo. Tratar de ir y jugar aunque sea 130-140 juegos’‘.

Vienes subiendo, lo ganas todo y empiezan las lesiones…

“Es difícil. Es una pelea física, una pelea mental,una batalla de todos los días. Tratas de esperar al siguiente día para ver qué parte de tu cuerpo te duele y es bastante difícil. La vida de un deportista, la vida del beisbol a medida que van pasando los años, va pasando factura de tantos como golpes’‘.

¿Tratas de fortalecer lo mental ante el desgaste físico?

“He tenido muchas conversaciones con gente que me pregunta cuántos años más voy a jugar y les digo: “no, hasta que el contrato se me termine, me quedan dos años y con el favor de dios quiero terminar sano”. Me dicen “¿por qué no quieres jugar más?”, y les digo “porque el cuerpo me dice que no pero mi mente me dice que sí”. La mente siempre está como batallando, pero llega un momento que el cuerpo te dice que hay que parar’‘.

¿Cómo recuerdas esos tiempos de llegar a puro talento a las Mayores?

“Fue muy bonito, porque tenía una buena amistad con muchos jugadores. Me ayudaron mucho y siempre me hacían el trabajo más fácil. Siempre me estaban diciendo cosas para que yo mejorara y madurara más en el juego. Eso me ayudó a mí a que cuando cambiaron a todos y me quedécon los novatos, me ayudó mucho a que me mantuviera fuerte y seguí luchando hasta que me cambiaron’‘.

Digamos que has aprendido a escuchar tu cuerpo.

“Eso es parte de la estación de la carrera. La parte que uno tiene más experiencia y sabe cómo administrarse en el terreno de juego. Uno sabe las cosas que tiene que hacer para prepararse mejor. He estado agradecido con Dios por darme esta oportunidad y tener esta carrera que tengo’‘.

Cuando termines esos dos años más, ¿vas a estar satisfecho?

“Sí. Estoy bastante orgulloso de la carrera que he tenido y espero terminar como te digo, con buena salud y bueno seguir adelante. Solo me falta ganar en Detroit. Es algo que le debo a esa ciudad. Algo que hemos buscado por muchos años y siempre nos hemos quedado cortos en el camino’‘.

Miami siempre ha sido un lugar para ti especial, ¿qué significa?

“Es mi casa, donde vivo, donde están estudiando y criándose mis hijos. Tenemos una buena comunidad aquí de beisbol, donde mi hijo participa. Esperemos que sigamos creciendo’‘.

Pero qué responsabilidad, el hijo de Miguel Cabrera, ¿no?

“No, él es Christopher y yo soy yo. Lo que hice yo no tiene nada que ver con él. Que juegue y que haga sus cosas. Eso no tiene nada que ver conmigo. Lo que yo hice, lo hice yo. Lo que vaya a hacer él, lo va a hacer él. No tiene nada que ver conmigo’‘.

Jorge Ebro es un destacado periodista con más de 30 años de experiencia reportando de Deportes. Amante del béisbol y enamorado perdido del boxeo – El Nuevo Herald.

 

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