La justicia social consiste en la igualdad de oportunidades y en los Derechos Humanos en forme sobresaliente al concepto tradicional de justicia Legal. Ella está basada en la equidad, lo cual es imprescindible para que cada ser humano alcance y desarrolle su máximo potencial y así lograr una sociedad en paz. A través de ella, se aspira a la repartición justa y equitativa de los bienes y servicios básicos esenciales para alcanzar un desarrollo y desenvolvimiento de una persona en la sociedad, tales como el bienestar socioafectivo, la educación, la salud y los Derechos Humanos. Además, la justicia social consiste en la necesidad de una distribución ecuánime de los bienes sociales, para asegurar la dignidad de las personas y la cohesión. En los principios de la justicia social se contempla: la igualdad social, la igualdad de oportunidad, el estado de bienestar, la pobreza, las reivindicaciones laborales, el feminismo, entre otras, cuyo objetivo central es la construcción de una sociedad más equitativa y de menos desigualdad. Los tipos de justicia social son: justicia distributiva, contentiva en la partición igualitaria de los bienes en la sociedad, justicia procesal retributiva y restaurativa. En los principios éticos de la justicia se destacan: uso racional de recursos disponibles para el ejercicio pleno del derecho a la salud, para salvaguardar la dignidad de las personas y las obligaciones del Estado para asegurar el mínimo de sus compromisos legales.
Con el proceso de desarrollo en el mundo, desde una perspectiva deshabitada hacia un progreso pleno, la actividad humana por diversos medios ha alterado los sistemas ecológicos del subsistema. Por eso, los conceptos y modelos económicos tradicionales fueron desarrollados y ejecutados sin tomar en cuenta unas cuantas variables. De ahí, que al proponernos un modelo y un estilo de prosperidad sostenible para conseguir un bienestar humano y equidad social para disminuir los riesgos ambientales y la escasez ecológica, se hace necesario y prioritario impulsar una nueva visión de la economía y a la vez la relación de la misma con el resto del mundo. Por eso, es indispensable un enfoque adaptado, practicado y llevado a cabo a las nuevas condiciones y exigencias enfrentadas en esta época de globalización.
Para ello es indispensable disponer de un desarrollo económico que acate los límites del planeta, conciliador con la dependencia del bienestar colectivo, con las relaciones sociales, la justicia y así mismo acepte como su cometido final, el bienestar humano real, palpable, sostenible y someramente el crecimiento del consumo material. Con el fin de alcanzar metas concisas en pro de la comodidad, algunos organismos internacionales consideran a “la justicia social como un principio fundamental para la convivencia pacífica y prospera, dentro y entre las naciones. Defendemos los principios de justicia social cuando promovemos la igualdad de género de los pueblos indígenas y de los migrantes, promovemos la justicia social cuando eliminamos las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad”.
En ese razonamiento para la Organización de las Naciones Unidas, su objetivo central es: “la búsqueda de la justicia social para todos, es el núcleo de nuestra misión global para promover el desarrollo y la dignidad humana. Entre tanto la adopción por la Organización Internacional del Trabajo sobre la justicia social para una globalización equitativa es sólo un ejemplo reciente del compromiso del sistema de las Naciones Unidas para la justicia social. La Declaración se centra en garantizar resultados equitativos para todos a través del empleo, la protección social, el diálogo social, los principios y derechos fundamentales en el trabajo. El logro de esta Justicia social está también estrechamente vinculado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
La Asamblea General de les Naciones Unidas de acuerdo a la Resolución 62/10, invitó a los estados miembros a destinar un día especial para impulsar a nivel nacional unas cuantas acciones en concordancia a los objetivos y las metas establecidas en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y la vigésima cuarta Sesión Especial de la Organización Mundial.
En consideración a esa preocupación la ONU, proclamó el 20 de febrero, el Día Mundial de la Justicia Social. Desde el 2007, los diferentes Estados dedican esfuerzos para aumentar el exterminio de la pobreza, el pleno empleo, el trabajo decente, el acceso al bienestar social y justicia para todos.
Cuándo los seres humanos respetamos y practicamos la justicia social en nuestros quehaceres, logramos un orden en la sociedad y abogamos para conseguir el bienestar común de acuerdo al establecimiento de formas de actuar, castigos, comportamientos, sanciones ante los delitos cometidos y transgresiones a la legalidad. En un nuevo aniversario el 20 de febrero del Día Mundial de la Justicia Social, anhelamos porque tanto los gobernantes del mundo y los diversos sectores de la sociedad aúnan esfuerzos con la finalidad de disminuir o erradicar la pobreza extrema, promover fuentes de trabajo y unir esmeros para perfeccionar el bienestar colectivo. Ante la crisis difícil que padecemos los venezolanos, estamos obligados a defender la búsqueda de la justicia social.