En tiempos de bárbaras naciones, colgaban de las cruces a los ladrones, ahora en el tiempo de las luces del pecho del ladrón cuelgan las cruces. Ugo Fóscolo.
Con los platinos pegados y en deshonra a la institución, en un discurso lleno de imprecaciones a la honestidad y a la decencia; el psicópata, este mitómano, mentiroso crónico, mentiroso compulsivo, expuso como siempre una sarta de fingimientos para los oídos inexpertos, de los inocentes, de los incautos y de sus tenientes cómplices, los monos voladores, que al igual que el narcisista son reos de delitos y tarde o temprano el largo brazo de la ley les colocará los ganchos.
Tras haber hecho fortuna inusitadamente, corrupta e inescrupulosamente durante muchos años, adelantó abandonar pronto la concha porque está acorralado y quien tiene un culto frenético a la corrupción y a los vicios; sin méritos , sin merecimientos , expidiendo una fuerte presencia siniestra, con todo el descrédito y el desprestigio de aquel que entre sus cursos es conocido tristemente como el Coronel que saboteó su propio ascenso; este psicópata, narcisista, licántropo y voyerista , con los síndromes de Hubris y de Procusto, este corrupto, a sabiendas que todos están conscientes de la poquedad que es como ser inhumano, de que es además una mala persona, por sus inmoralidades y perversiones, por ser un delincuente corrupto y tramposo, pedante y jactancioso; ayer quiso de nuevo pasárselo de listo y hacerse ver de inocua e inocente persona , una especie de angelito que no quiebra un plato, y le quitó el polvo a las oxidadas medallas y las mandó a bañar en oro, con los dólares producto de las coimas y los peajes ilícitos – extorsiones – a los usuarios, y se las terció en el pecho , como afrenta a la dignidad de los merecedores. Seguramente los lectores entenderán las metáforas.
Portar una medalla sin honor es una temeridad, para quien se adjudica títulos académicos sin haberlos estudiado. Para quien el adulterio abierto y público es una patada al respeto debido a la institución del matrimonio eclesiástico y civil.
Cuántas órdenes o condecoraciones puede lucir con caradurísmo e inmoralidad en el pecho el Coronel llevado a retiro obligado por su detestable hoja de vida, que jamás llegará a ser General, si tal como expresó Publio Cornelio Tácito, « En un espíritu corrompido no cabe el honor».
Entonces el delincuente felón no lleva «in pectore» distinciones de honor, sino hojalatería por no tener el respaldo de la honra y la decencia. Porque sin error, para obtenerlas incluso hizo trampa, porque es un hombre lleno de truculencias. Su vida está llena de fraudes, de conductas torcidas y retorcidas. No olvidemos que se trata de un psicópata, que ha transcurrido alcahueteado por cómplices, sin ser expuesto o descubierto porque se sabe disfrazar de sujeto sano y normal, pues es un actor demoníaco y la gente no está prevenida sobre las características de un psicópata para detectarlo ipso facto.
Es un violador de los derechos humanos. Uno de sus tenientes monos voladores, refirió que el Coronel felón no se comporta con todos de modo psicopático, que aunque es temperamental, voluble y estalla con facilidad y no gestiona fácilmente sus emociones , en ocasiones cuida las apariencias cuando le conviene , que sus explosiones nerviosas y coléricas, sus ataques licantrópicos solo los hace delante de las personas a las que quiere pisotear, al frente de las que quiere humillar y porque en ciertos casos no corre el riesgo de que se le caigan las máscaras y quedar al descubierto delante de todos, especialmente al frente de aquellos que lo respaldan o de los que inocentemente no creen que sea un depredador social lleno de maldad y pestilencia. Por eso para quienes no lo conocen realmente, porque está mimetizado, creen que se trata de un hombre bueno, centrado, elegante y carismático., injustamente señalado.
Pero, ha cometido errores de cálculo, ha cometido errores de apreciación , y creyéndose un psicópata listísimo , se ha puesto al descubierto delante de gente que subestimó o subestima, insultó, denigró, humilló , y trató con majaderías al punto de zaherirlas y hacerlas sus enemigas , y en sus caras a esta gente honesta, decente, correcta e hijos y siervos de Dios, las ha vejado pavoneándose pensando que al irrespetarlas y burlarse de ellas retándolas vulgar y violentamente de tú a tú con grosera irreverencia, aprovechándose de que son gente educada, salpicándolas de saliva , echándoselo de maltratador impune, y que por ende en ese escenario que prepara con cámaras y teléfonos inteligentes, para capturar a quienes piensa según su ínfulas que se trata de bobos y sorprenderlos en su buena fe; entonces ninguna consecuencia correría su reputación, subvalorando a personas que por sus posiciones o profesiones han divulgado la verdadera y real personalidad de este Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista; este ladrón , pedófilo, agresor sexual , extorsionador , que aplica maléficamente el silbato de Galton a su víctimas , que ha adquirido bienes y fortuna en su vida parasitaria depredando de las arcas públicas o del prestigio y nombre de las instituciones abusando de ellas en un giro ilícito, que tiene una carrera criminal encubierta y es un delincuente de uniforme verde. Al subvalorar a las personas y creerlas inferiores a él, porque es un narcisista que sufre de grandiosidad, este Coronel felón se ha metido o atrevido con las personas equivocadas y habiéndoles atacado la autoestima, habiendo ejercido sobre ellas el gaslighting y habiéndoles acosado laboralmente, ahora está expuesto, descubierto, investigado, en capilla ardiente para la cárcel. Maldito Coronel.
Para quien no sepa que se trata de un ladrón, de un ratero lambón, lo ven como un inocuo militar y no como un siniestro psicópata que se burla de todos, de la sociedad y de todo lo bueno y lo decente. En engaño a la sociedad se deja ver condecoraciones a las que deshonra porque no es condecorada su vida, sino la pérdida espiritual en el pecado, en la selva oscura que describe Dante Alighieri, y teniendo presente que es un depredador social, y un licántropo según sus propias transformaciones, sus maldiciones están simbolizadas con tres bestias: el guepardo, que encarna la lujuria, el león que representa la soberbia, y la loba que simboliza la avaricia; las tres bestias que lo llevan al infierno.
Traigo a colación un diálogo del filme Gladiador, una de las mejores cinematografías de la historia, donde el protagonista en cuya vida y sociedad se habían materializado tantas injusticias, sentenció en contra del psicópata: “Mi nombre es Maximus Decimus Meridius, comandante de los Ejércitos del Norte, General de las Legiones Fénix, leal servidor del verdadero emperador, Marco Aurelio. Padre de un hijo asesinado, esposo de una esposa asesinada. Y tendré mi venganza, en esta vida o en la siguiente”.
La sociedad empática, la gente buena, decente y correcta, leales servidores de un Dios justo siempre espera en Él. Por eso tengan cuidado de lo que hacen al prójimo y a la sociedad, pues la justicia divina y la de los hombres llegan.
Rangos, grados, distintivos y condecoraciones, adornos, dijes y colgajos, títulos, marquesados y honores son cosas que confieren honra a quienes carecen de méritos. Giovanni Battista Casti.
Profesor Universitario/Abogado/Periodista/Psicólogo/Escritor – crisantogleon@gmail.com