José Aristimuño: El boom económico de Biden

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Las cifras más recientes sobre la economía estadounidense confirman las expectativas anunciadas en un Estado de la Unión lleno de optimismo y aseguramiento al pueblo americano de que Joe Biden no lo abandonaría.

Los números a febrero de 2022 no mienten. Los norteamericanos somos testigos de cómo se recupera el país a pesar de la crisis global persistente y el traspaso del aumento de los precios internacionales a la inflación interna como consecuencia de las perturbaciones en las cadenas de suministro y los conflictos con economías emergentes.

*En un año se invirtieron cuatro billones de dólares en respuesta a la crisis y en la próxima década años se invertirán dos billones más.

*La respuesta económica agresiva a la pandemia impidió una recesión en bucle al respaldar los balances de los hogares y de las empresas.

*El estímulo fiscal ha sido determinante para superar la crisis económica, pero ante el cambio positivo del contexto, el apoyo fiscal fija nuevos objetivos y se esperan acciones por parte de la Reserva Federal. Se plantea un ciclo dinámico en la economía y debemos esperar más saldos favorables, pues se está implementando la mayor inversión en infraestructura en casi un siglo. Esto, sumado a los efectos del Plan de Rescate Económico, proyecta un crecimiento sostenido de la economía del país para los próximos cincuenta años.

*Se sigue invirtiendo en un Plan de Desarrollo en consonancia con el futuro de la inversión global: energías limpias, semiconductores, vehículos de nueva generación, y lo que marcan las megatendencias como la transformación digital, la innovación sanitaria y la sostenibilidad.

Por todo ello, no debería ser una sorpresa para nadie que al empleo de la nómina no agrícola se sumaran 678 000 trabajos en febrero y que la tasa de desempleo se redujera de 4 a 3,8 %. Este número sobrepasa el excelente registro de los últimos diez meses, durante los cuales se han incorporado más de 400 000 puestos de trabajo mensuales.

Se trata de cifras históricas que representan el crecimiento económico más rápido en décadas que se reflejan en la creación de más de seis millones de puestos de trabajo, la vacunación completa de doscientos millones de estadounidenses y cinco millones más de norteamericanos con seguro médico tan solo en el primer año de gobierno de Joe Biden. Además:

*Hoy, en Estados Unidos se registra la tasa más baja de pobreza infantil de su historia, así como la caída más rápida de la tasa de desempleo.

*Gracias a la política económica, audaz y planificada de Biden, Estados Unidos se mantiene en el primer lugar como el país con mayor crecimiento económico del mundo: 5,7 % en 2021 (por encima de Rusia, China y Europa).

*Salimos de una contracción del 3,5 % del PIB —la mayor desde 1946— y los beneficios empresariales están en sus máximos históricos. Por ejemplo, el 20 % de rentas más altas aumentó su patrimonio neto por encima de los diecisiete billones de dólares entre 2020 y 2021, y el patrimonio de las rentas entre el percentil 20 y 80 subió más de seis billones de dólares con un nivel bajo de pasivos que no se veía desde los años 90.

*A nivel mundial se ha iniciado un endurecimiento de la política monetaria en respuesta a la inflación; sin embargo, la Administración Biden y la Reserva Federal han actuado de manera prudente, sin apresurar la subida de los tipos.

*También la clase asalariada se ha beneficiado en cuanto al aumento de los sueldos (que se han incrementado entre 4 y 5 %) y se ha robustecido la demanda de la mano de obra.

*El ahorro de los hogares aumentó en un 13,4 % y el índice del sentimiento del consumidor tiene margen para recuperarse.

A Estados Unidos no lo detuvo ni ómicron ni el atasco prolongado de las cadenas de suministro que generó una inflación del 7,5 %.

Desde luego, hay riesgos que gestionar. Inflación, escasez, desaceleración de la economía global, una pandemia persistente y los efectos de las acciones de Rusia contra Ucrania en el mercado mundial, pero tenemos una Administración que está creando bases sólidas para el desarrollo económico de aquí en adelante, además de recuperar la confianza y el liderazgo del país como potencia.

Estamos preparados como nación para capear cualquier tormenta y sacar el máximo provecho económico al 2022. Tenemos confianza en un gobierno que tiene una comprensión profunda de lo que debe hacer, como lo ha demostrado desde el comienzo de su gestión.

 

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