Gorquín Camacaro: A propósito de la poesía

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El gran poeta Indio Rabindranath Tagore logró realizar una definición: “la poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos.” Y nuestro bardo venezolano Eugenio Montejo, sentenció al respecto “Es colocar las palabras en su santo lugar”

La poesía cruza la tierra sola/ apoya su voz en el dolor del mundo/ y nada pide/ ni siquiera palabras/ Llega de lejos y sin hora, nunca avisa/ tiene la llave de la puerta/ entrar siempre se detiene a mirarnos/ Después abre su mano y nos entrega/ una flor 0/ un guijarro, algo secreto/ pero tan intenso que el corazón palpita/ demasiado veloz. Y despertamos/ Reflexionando, ¿cuál es la utilidad de la poesía? La poesía es capaz de recoger en un vocablo, en un instante, en un haz de luz, las imágenes que fabrica. “Sólo la poesía nos salva del olvido”. Lo que un cúmulo de personas en largas horas de discursos y conversaciones quisieron decir sin lograrlo se dice en una metáfora. Nadie retrató mejor a Venezuela que Andrés Eloy Blanco o Ramón Palomares. A Carora que Ali Lameda. Al mundo que Pablo Neruda. Y a la imaginación que Jorge Luis Borges. Lameda describió a CARORA: Un río aquí́, una cinta de brillo ceniciento bordea este playón desconsolado/ su cujisal costroso de corazón obscuro/ vino a su árido dominio geológico/ a la noche por donde el río canta/ el escuadrón de los conquistadores/ y halló una piedra extraña de sílice ardoroso/ un territorio pálido, erizado/ de cardones y viejos sarcófagos calcáreos/ La poesía toma y memoriza la energía que los pueblos y su habla construyen en el trajín de la cotidianidad. La palabra del poeta se dispara desde cualquier lugar inesperado y en una fracción del tiempo logra que lo negativo y lo positivo, la vida y la muerte aparezcan de cuerpo o texto entero. Los traficantes de la palabra no perciben lo que sólo ella es capaz de medir en un verso, la falsa plenitud o los vacíos de la caída humana. Una nación, una cultura puede reconstruir su pasado, presente y futuro en la síntesis de una oda. Un país que no respete a la creación poética es un país sin alma, sin historia. La imagen poética se sustrae del olvido para captar la deslumbrante belleza de cualquier pueblo y perpetuarla en el tiempo.

No hay tristeza mejor percibida que la hilvanada en el texto melancólico de César Vallejo, Latinoamérica no sería la misma sin la voz de Mario Benedetti, y la Biblia sería un libro de historia sin inspiración divina. No hay texto de filosofía que pueda explicar en brevedad la complejidad del hombre como lo hace una metáfora. Los seres humanos estamos hechos y desechos por la palabra y sólo la que coloca la imagen en la escritura puede precisar hasta dónde llega el vacío y la desesperanza que a diario trata de esconder la vida en la grandilocuencia. La poesía se diferencia de la filosofía porque buscando la belleza se puede llegar más rápido a la verdad. Con razón Julio Cortázar escribió “Lo que me gusta de tu cuerpo es tu sexo/ lo que me gusta de tu sexo es la boca/ lo que me gusta de tu boca es la lengua y lo que me gusta de tu lengua es la palabra”. La poesía es tan importante que cuando Alejandro Magno destruyó a Tebas le dijo a sus lacayos que por favor solo dejaran intacta la casa del gran poeta Píndaro…

gorquincamacaro@hotmail.com

 

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