Había sido su gran promesa, en el discurso de victoria frente al museo du Louvre, acompañado de las banderas europeas y el himno a la alegría dijo: “Haré todo lo posible para garantizar que en los próximos cinco años ya no haya motivos para votar por los extremos”, dijo Emmanuel Macron bajo un cielo estrellado y quien para ese momento era el nuevo presidente electo de Francia, esa persona que sin haber cumplido 37 años de edad ya había sido director de uno de los bancos más grandes y ricos de Europa y ministro de Economía y Finanzas de uno de los países más importantes del mundo. Me refiero al Emmanuel Macron, electo por segunda vez presidente de Francia.
Ese primer periodo, esos 5 primeros años pasados como el inquilino del palacio del Elíseo, fue un periodo lleno de sorpresas, la mayoría amargas y no obstante esas sorpresa inesperadas volvió a ganar las elecciones presidenciales, 5 años y 17 días después de su primera victoria. Ha vencido con el 58 % sobre el 42 % de la candidata de la extrema derecha. Es obligatorio anotar en favor de Macron quien en el 2017 ganaba en la segunda vuelta con un 65 % que en ese momento no se preveían dos hechos que han convulsionado el mundo, me refiero en primer lugar a esa terrible pandemia llamada Covid 19, enfermedad que desde los inicios del 2020 le cambió la vida a millones de personas, si cambió el comportamiento de millones de seres humanos, desde el polo sur al polo norte, una pandemia que hasta ahora ha sacrificado más de 6 millones y 300 mil personas y se han contagiado un poco más de 510 millones de personas. Y la Francia de Macron no fue una excepción a estas circunstancias, encontrándose de frente la necesidad de mantener a flote la economía y el tejido social. El presidente que hoy vuelve a vencer el gobierno por él dirigido invirtió más de 46 mil millones de euros en el mantenimiento de la septima economía del mundo.
Seguramente que no es solo por este elemento que permitió que Francia pasase este trauma mayúsculo, trauma que tocó de cerca a una de cada tres familias en la Unión Europea, que se ha repetido el mismo resultado electoral del 2017, también por factores políticos los cuales podríamos conceptualizar como el desencanto de los electores de los países con más desarrollo cultural y social por las izquierdas moderadas, quienes pierden terreno aceleradamente. Es sintomático que en Francia en las dos últimas elecciones, los protagonistas finales hayan sido los representantes de la derecha democrática y de la extrema derecha.
Pero por favor, hagamos un intermedio y veamos brevemente ¿de dónde sale este fenómeno electoral que 6 años antes era prácticamente un desconocido, tanto en Francia como en el mundo entero? Macron construyó un movimiento ciudadano ganador en apenas un año. Fue el 6 de abril del 2016 que ya ex ministro de Economía del socialista François Hollande, quien con un pequeño grupo de amigos y compañeros de vieja data constituyeron la Association pour le renouvellement de la vie politique de la France, como un partido político de centro derecha y socio liberal en unión de Stanislas Guerini y Benjamín-Blaise Griveaux.
La creación del movimiento de Macron fue recibido con simpatía por líderes de las distintas tendencias democráticas francesas. Me refiero a François Hollande presidente de la República y máximo líder del partido Socialista para ese momento. Igualmente le dieron la bienvenida personalidades como la politóloga Najat Vallaud-Belkacem, una universitaria de origen marroqui y quien fue la primera mujer en la historia republicana francesa en ser ministra de la educación nacional. Esta lista de líderes franceses también incluyó a Jean-Pierre Raffarin, un ex primer ministro de Francia y militante del movimiento de De Gaulle, quien consideró que este nuevo partido político de inspiración liberal aportaba savia nueva al panorama político francés.
Podemos estar de acuerdo o no con Macron, pero menester es reconocer que él se ha convertido en estos cinco años en una nueva referencia de la política, no sólo francesa sino también europea. Un hecho que no deja de tener importancia, es que muchos aspiran a que Emmanuel Macron sea un ejemplo para las nuevas generaciones de políticos europeos, actualmente más viejos que jóvenes. Me gustaría referir una anécdota que las leyendas metropolitanas se la endilgan a la Señora Nancy Pelosi, la presidente la cámara de diputados de los Estados Unidos. Según esta, minutos después de concluir el discurso que el presidente Macron pronunció ante el Congreso de los Estados Unidos, ella afirmó que Macron hablaba mejor inglés que el presidente Trump.
Pero ya como un hecho, afortunadamente no acaecido, me permito hacer mención de las propuestas populistas y chauvinistas de la candidata perdedora, valga el decirlo, por tercera vez consecutiva las cuales simplemente fueron rechazadas. Le Pen propone entre otras, que en caso de ganar la segunda vuelta sacará al país del Mando Aliado de la OTAN, así como plantearía una participación francesa en la Unión Europea menos comunitaria y un mayor acercamiento entre la Alianza y Rusia, olvidando de mencionar que un banco ruso, el First Czech Russian Bank, controlado por el círculo íntimo de Putin, le otorgó en el año del 2015 un préstamo y aún no cancelado de 12 millones de euros. Mientras tanto, Macron afirmó que si obtiene un segundo mandato concertará reformas con partidos de oposición, dado el estado fracturado en que está el país. Este es un ejemplo de la madurez política de un estadista, mientras la óptica de la señora Le Pen es simplemente la de un dirigente populista no preparado científicamente para presidir un país como Francia.
¿Y por qué vuelve a ganar ese ex banquero, joven y casado con una mujer 23 años mayor que él? Bueno, creo que las razones son varias, algunas ya las hemos visto, pero además me atrevería a afirmar que es una simple comparación, entre lo demostrado en estos cinco años y las propuestas de ambos candidatos. El actual presidente ha prometido pleno empleo dentro de cinco años, lo cual sería un acontecimiento social y económico de inmensa portada y un magnífico ejemplo para las sociedades europeas que la mayoría fatiga con un 10 hasta 12 % de la tasa de desempleo. Promete un recorte de impuestos de 16.000 millones de euros al año para los hogares y las empresas, lo que planea financiar aumentando gradualmente la edad de jubilación de 62 a 65 años. En términos de defensa militar, afirmó que aumentaría el gasto militar (2 % del PIB) con miras a una mayor independencia de Francia y al fortalecimiento de la OTAN, probablemente basado en el contexto de la experiencia que está dejando en los países de Europa la invasión de Rusia a Ucrania y a los peligros de expansión de esta guerra a otros confines. Mientras Le Pen desea salir de la OTAN y de la Unión Europea e incrementar su relación con Rusia. La tasa inflacionaria en el último trimestre en España fue del 8.9 %, en Italia del 6.9 % y en Francia del 4.7 %. Es muy probable que este importante factor también haya influido en el triunfo del actual presidente.
En cuanto a la energía, Macron se propone crear seis reactores nucleares, lo cual le daría a Francia la hoy necesaria autosuficiencia energética, fundamentalmente tratándose de energía bastante menos contaminante que la originada por los hidrocarburos. Por otra parte, es una tendencia en el mundo la de avanzar hacia un definitivo aumento de fuentes energéticas limpias. En Francia en el año 2021, la cuota de mercado de los autos eléctricos recargables alcanzó un 15.1 % de las ventas totales de vehículos ligeros nuevos. A partir de 2035, todos los automóviles nuevos que se comercialicen en Europa deberán ser de cero emisiones. Se prevé que esta cuota será de 35 % al finalizar el año 2026 en Francia. Mientras que la señora Le Pen, poco o nada ha dicho sobre esta situación, vital para que nuestro universo en pocos años, literalmente hablando “no se nos caiga a pedazos”.
Concluyo de escribir esta nota en la noche de este domingo y después de haberme preocupado, cuando en la tarde leí en el vespertino Le Soir de Bruselas, que los electores de las regiones francesas de sudamérica habían votado en su mayoría por la señora Le Pen. Afortunadamente para mi y seguramente para muchos más, de profundas convicciones democráticas y defensores de las libertades en cualquiera de sus distintas manifestaciones, esa tendencia no se expandió y así una vez más el extremismo, sea de derecha o de izquierda, no triunfó.
Ver: https://www.youtube.com/watch?v=7LhBetCsKkU
Video discurso post victoria de Macron con traducción en español con 10’ y 45” de duración.
Fuente: Hemeroteca digital varía y archivo personal
Anfi del Mar, el 24 de mayo del año 2022.