Gerónimo Figueroa Figuera: No pudieron quebrar protesta de pensionados

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Este martes 26 de abril pasado nuevamente el régimen madurista fracasó al intentar quebrar la jornada de pensionados y jubilados convocada para protestar frente a la Asamblea Nacional para exigir salario digno acorde con el articulo 91 de nuestra Constitución Nacional, que permita enfrentar la terrible inflación que sigue galopando los precios en nuestro país, especialmente en los alimentos que cada día se hacen más inalcanzables. El régimen madurista también quiso esconder el conflicto social existente ante la presencia de una Comisión de Alto Nivel de la Organización Internacional del Trabajo que visita nuestro país para investigar los atropellos contra los trabajadores con detenciones arbitrarias, desconocimiento de los sindicatos democráticos y el derecho a la Libertad Sindical de acuerdo al Convenio 87 de la OIT y aceptado por Venezuela.

El Gobierno del Distrito Capital (GDC) organismo usurpador de las competencias de la alcaldía Metropolitana de Caracas que fue creada con la Constitución de 1999, el lunes 25 de abril en  la tarde anunció el reparto de la primera bolsa Clap de este año para el martes 26 a partir de la 9 de la mañana para jubilados y pensionados del sector administrativo, o sea, una convocatoria con menos de 24 horas para poner a jubilados y pensionados a decidir entre la jornada cívica frente a la Asamblea Nacional anunciada con varios días de anticipación y la entrega de la bolsa Clap por parte del GDC (o gobierno de Caracas como también se hace llamar). Sin embargo, muchos jubilados y pensionados asistieron a las dos jornadas.

Primero asistieron a retirar la bolsa en la escuela José Gil Fortoul, ubicada al final de la avenida Baralt de Caracas, donde por cierto, no fueron obligados a realizar las interminables colas a las que fueron sometidos a mediados del año 2021 cuando el GDC les entregó la primera bolsa Clap y en diciembre de ese mismo año cuando entregaron la segunda. Jubilados y pensionados no tardaban más de diez minutos, entraban a la escuela sin hacer colas y entregaban la cedula, los buscaban en el sistema y les entregaban un ticket con el cual retiraban en el mismo pasillo la bolsa y abandonaban el lugar. Esta vez no hubo esa burocracia perversa que los condenaba a colas interminables con un sol y cansancio inclemente.

Además, el GDC también organizó una jornada de salud dentro de la misma escuela para quienes sufrieran algún desmayo u otra cosa que pudiera afectar su salud. Hubo reparto de arepas rellenas por parte de unas chicas muy amables que suponemos deben ser funcionarias del GDC y agua en botellitas de medio litro ubicadas en un mesón a la elección de jubilados y pensionados. Un autobús estacionado frente a la escuela los transportaba hasta la estación del Metro en Capitolio. En honor a la verdad, para los abuelos y abuelas quienes tienen más de 60 años y hasta 90 años, la atención fue buena y respetuosa, no se puede negar. Todo fue con mucha “eficiencia”. Sin embargo, esa eficiencia desapareció el miércoles 27, un dia después, cuando jubilados y pensionados de los sectores salud y educación fueron a buscar su bolsa, si los obligaron a realizar las colas con sol y cansancio, igual al año 2021, no hubo agua en botellitas, arepitas ni jornada de salud. ¡Claro! ese día no había protesta que sabotear.

Sin embargo, a veces las cosas parecen muy bonitas para ser verdad, especialmente si vienen de quienes tienen récord de fallas, por no decir una palabra más fuerte. Resulta que cuando los abuelos abrieron las bolsas para verificar el contenido, se encontraron con tres harinas amarillas precocidas que con solo verlas producen dolores de barriga, tres kilos de frijoles chinos que ni los asiáticos los consumen y que solo sirven para reciclarlos a través de buhoneros para seguramente regresar a los almacenes para ser empacados nuevamente. Igualmente trajo como aceptables tres kilos de arroz, dos kilos de pasta, cien gramos de café y cien gramos de mayonesa. No trajo aceite, leche, azúcar ni sardinas.

Los abuelos y abuelas cuando se bajaron del autobús que los llevó gratuitamente a la estación de Capitolio en vez de abordar el Metro caminaron una cuadra y se dirigieron a las puertas de la Asamblea Nacional donde se realizaba la jornada cívica convocada por las asociaciones de jubilados y pensionados. En la concentración hablamos con una pareja quienes nos dijeron que fuero jubilados durante la administración de Antonio Ledezma y que siguieron disfrutando de cláusulas del contrato colectivo pero en el GDC se las arrebataron. Ella dijo tener 72 años y él 78 años, ambos manifestaron casi al mismo tiempo, no entender porque el GDC los trataba tan mal, incluso, llegaron a mencionar la palabra desprecio. En honor a la verdad, si no es desprecio, se parece mucho

@lodicetodo

 

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