Este domingo 8 de mayo se celebra el Día de las Madres. Una fecha, para algunos es un día comercial, para otros no; pero sí es precisa para enaltecer la labor de aquellas mujeres que cada día procuran hacer de sus hijos, unos seres de bien.
Sin embargo, muchos de estos muchachos en su formación podrían ser víctimas de la violencia en el entorno donde se desarrollan. Y en Venezuela la situación no es ajena a ello.
Por esa razón, el equipo de Radio Fe y Alegría Noticias conversó con la profesora Luisa Pernalete, educadora por más de 45 años en el movimiento Fe y Alegría. Ha sido docente de aula y directora. Pero su misión salió del salón de clases con una iniciativa para todas las familias y un objetivo: bajar los niveles de violencia en las comunidades.
Luisa Pernalete era directora de la Zona Guayana de Fe y Alegría para los años 2008 y 2009. En aquella época la violencia mermaba en las comunidades tanto de Guayana, como en el resto del país.
“En un año tuvimos cinco víctimas (tres alumnos, el esposo de una maestra y la mamá de un representante. Estábamos muy golpeados y nosotros en Guayana comenzamos a trabajar el tema de la convivencia pacífica y cómo tratar la violencia”, comentó.
En ese sentido, señala que desde la Dirección Nacional de Fe y Alegría le pidieron idear algún proyecto que sirviera para erradicar o minimizar los índices de violencia en Guayana. Y decidió dejar la dirección regional para dedicarse por completo al nuevo tema que le preocupaba.
Luego de varios meses de estudio concluye que si bien había que trabajar con los estudiantes y maestros, el punto de partida debía ser con las madres. ¿La razón? “Porque a las mamás le echan la culpa de todo y casi nadie les tiende la mano”, dijo.
Nacimiento de «Madres Promotoras de Paz»
Pernalete comentó que al principio solo fue un curso llamado “Madres Promotoras de Paz”, pero que luego se convirtió en un programa para el país. “Hicimos un ensayo en Guayana y de ahí salió un libro llamado ‘Conversaciones sobre la violencia y la paz’ que tiene una segunda edición y lo estamos actualizando con lo de la pandemia”, detalló.
No obstante, resaltó que durante el contexto de la pandemia por el coronavirus, disminuyó la participación de las madres en los talleres de formación y no solamente por la emergencia sanitaria mundial, sino también porque muchas madres se fueron de las escuelas, y también del país.
Pernalete cuenta que el curso consta de un primer elemento: comprender la violencia. A partir de ahí, concluyen que la violencia no se puede abordar sola, sino en grupo. Un segundo elemento es que la violencia no es natural. “Nadie nace violento. Uno nace es con el instinto de sobrevivencia”, dijo.
Lenys Carolina Martínez – Fe y Alegría