La invasión de Rusia a Ucrania encendió alarmas en Europa acerca de los riesgos de su muy alta dependencia energética respecto a Rusia. Este país les entrega todos los días a los europeos cerca de 24 mil millones de pies cúbicos de gas. Para dar una idea de esta dimensión, equivale a unas cinco veces la producción gasífera de Venezuela, y representa alrededor de la mitad del consumo de ese continente.
Para Europa, el gas significa además de industrias y cocinas, calor en invierno. No contar con el preciado gas entre octubre y febrero, puede ser la muerte por frio para millones de europeos. El gas ruso llega a Europa por tres tubos: el Yamal, que pasa por Bielorrusia y Polonia; El Soyus, que pasa por Ucrania, y el Nord Stream 1, por el Mar Báltico.
Finalmente, hay un cuarto tubo, el Nord Stream 2, que también tiene por ruta el Mar Báltico, cuya construcción acaba de finalizar a un costo superior a 10.000 millones de dólares. Pero debido al conflicto bélico, no se ha autorizado su puesta en marcha.
Europa: Diversificación de su fuente energética
Para minimizar su dependencia del gas ruso, Europa busca diversificar sus fuentes energéticas: aumentar su provisión de gas desde Noruega, o la importación desde Argelia. Otra fuente es Estados Unidos, más costosa, ya que ese gas debe ser licuado (GNL) para trasladarlo a través del Océano Atlántico en tanqueros (por la distancia no hay otra opción), y al llegar a Europa, ese GNL debe ser regasificado, para incorporarlo a los gasoductos.
Las tres fuentes alternas mencionadas, no lograrían ni de lejos suplir el gas ruso.
El suministro de occidente
Entre las opciones de Europa, está buscar suministro de fuentes occidentales. Por ello colocan su mira en América Latina. Por un lado, Guyana, nueva provincia de hidrocarburos. Por otro Brasil, cuya producción crece vertiginosamente en el Atlántico, y a más largo plazo Argentina, muy prometedora con su lutita de Vaca Muerta.
Venezuela
De las fuentes occidentales, la más importante es Venezuela. Estados Unidos busca resucitar la no lejana condición venezolana hasta hace pocos años, de país surtidor de energía más seguro de occidente.
Por ello, se han iniciado las conversaciones Estados Unidos – Venezuela. Por un lado, USA requiere disminuir la dependencia (de Estados Unidos, Europa y Japón) en cuanto a los hidrocarburos de Rusia y de Irán. No se trata, como dicen algunos, de sustituir los seiscientos mil barriles rusos en Estados Unidos. Más bien se busca hacer de Venezuela un surtidor confiable en el mediano plazo.
Además, Venezuela ha comenzado a transitar una ruta de libre mercado, de reducción de la hiperinflación, y de crecimiento (hasta ahora sólo burbuja, o rebote). Un camino hacia el capitalismo autocrático tipo los exsocialistas China, Viet Nam, o Rusia. Para sostenerlo, requiere urgentemente de inversiones, y por supuesto de resucitar a Pdvsa.
Es decir, USA necesita suministro para occidente en el mediano plazo, y el gobierno venezolano, urgentemente, inversiones.
Te cambio sanciones por democracia
Estados Unidos y Europa están dispuestos a eliminarle algunas sanciones a Venezuela. Para ello exigen señales de democratización. Soltar presos políticos, llegar a acuerdos serios con la oposición, tal vez adelantar elecciones, o hacer elecciones generales. Por lo menos, garantizar condiciones comiciales suficientes para el 2024. Todo está en el tablero.
Un nuevo hito petrolero
La invasión soviética a Ucrania es un hito petrolero que traerá como consecuencia nuevas estrategias energéticas.
Siempre ha sido así. Del Yom Kippur y el embargo, salieron la búsqueda de independencia energética y las reservas estratégicas. De la caída del Sha, la guerra Irán – Irak, a objeto de controlar la zona. De la invasión a Kuwait, salió Arabia Saudita como policía petrolero. Del atentado a las Torres Gemelas, la primavera árabe.
De la invasión a Ucrania, ya se observa la búsqueda de menos dependencia de los hidrocarburos rusos, y la maximización de fuentes occidentales.
En este aspecto, Venezuela juega un rol fundamental. De allí estas negociaciones que por momentos parecen contradictorias y estancadas. Venezuela busca aparentar (¿solo aparentar?) apertura democrática… para lograr apertura petrolera. Y Estados Unidos – Europa, utilizar las sanciones para presionar hacia una transición democrática. Ese es el juego. Veremos…
Y en el mundo, tal vez haya un intercambio de patios (Ucrania por el Caribe). Mientras la paciencia China… espera por Taiwán.
La geopolítica se mueve y ratifica que los imperios existen y están al acecho para garantizar su supervivencia.
Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!
Esta columna se publica en Noticiero Digital, Informe 21, Emisora Costa del Sol, revista Petroleum, y en otros medios.