En diversas oportunidades hemos abordado la situación de la oposición en el país y la urgente necesidad que se consolide ese espacio político, con miras a fortalecer la democracia. Una oposición traspapelada de su papel en un sistema democrático, fracturada, centrada y distraída en una pelea interna y nada silenciosa por el liderazgo.
Destaca en este panorama una grave descoordinación entre bloques que promueven posiciones duras y extremas, ante aquellas moderadas y tildadas de blandas.
Consecuentemente, en tanto polo político no hay cohesión en la lectura del país, del Gobierno y menos aún de la estrategia política. Una oposición que por su propia gestión interna se encuentra perdida en un laberinto, sin norte y sin liderazgo, donde la postura negociadora parecería no tener cabida. Situación que, según analistas de oposición, en caso de revocatorio favorecería la imagen de Maduro. Obligante por tanto levantar dos interrogantes ¿Quién marca actualmente en la oposición el ritmo y las posturas políticas? ¿Los extremos, el polo moderado o factores externos? A los fines de fortalecer el juego democrático, debería impulsarse el polo moderado.
Reiteramos que la democracia requiere una oposición sólida, deslastrada de sus diferencias internas, superadas sus fracturas, confrontaciones y posiciones contrapuestas. Rescatada la unidad, emergería una oposición organizada, provista de un proyecto de país, devenida en un polo político sólido, retador y negociador. Basados en los recientes resultados de Barinas, analistas avizoran la posibilidad de que emerja o se imponga una “oposición inspiradora” que logre “captar el descontento”, “rete al poder”, se lance a la calle y convoque, para este año, a un referéndum revocatorio.
Para otros, una vez superadas las diferencias, la tarea inminente sería abocarse a la búsqueda de una candidatura unitaria. Ambas propuestas suponen una necesaria y urgente derrota del extremismo y la emergencia de un liderazgo unitario, que permita la emergencia de un sólido proyecto opositor y se supere la grave orfandad política.
Condiciones y circunstancias del polo opositor que, de no atenderse, incidirán en la profundización de la crisis, en el desarrollo del dialogo en México y en la democracia.
@maryclens