Arrumados y entrando en la obsolescencia están estos equipos que podrían ayudar a salvar vidas y a mermar los gastos en pacientes
Quienes necesiten hacerse un examen exploratorio como una tomografía, resonancia magnética, encefalograma, densitometría ósea o una mamografía deben recurrir al sistema de salud privado, en vista de que en hospitales y ambulatorios no se cuenta con este tipo de tecnología.
Esto pone cuesta arriba el diagnóstico de algunas patologías o lesiones, las cuales obligatoriamente necesitan un estudio de radioimagenología, en especial a quienes no cuentan con los recursos necesarios para hacerse cualquiera de estos exámenes, porque aunque algunos pueden catalogarse como económicos, el costo de la vida muchas veces pone en una encrucijada a los pacientes, quienes deben mirar si comen o se hacen exámenes.
Lamentablemente, la falta de mantenimiento y la voluntad de los gobernantes de turno han causado una herida de muerte en un sinfín de aparatos, que de estar operativos, podrían aliviar los bolsillos de pacientes de bajos recursos, quienes haciendo vendimias o con la ayuda de conocidos pagan sus estudios en clínicas privadas.
En el caso del Hospital Central hay una serie de aparatos que si bien están instalados y en sus áreas, no funcionan y llevan más de un lustro y en algunos casos hasta una década inoperativos.
Trabajadores del principal centro asistencial bajo la condición del anonimato, mostraron la situación en la que se encuentra gran parte de los equipos adquiridos en gobiernos anteriores, tras el daño de los mismos, ninguno ha hecho la diligencia necesaria para prenderlos de nuevo, a sabiendas de que quienes se beneficiarán de ellos serían personas de pocos recursos económicos.
Unidades de mamografía y densitometría ósea están abandonadas en las salas de radiología del principal centro asistencial o en depósitos almacenando polvo, porque a pesar de haber una buena infraestructura o planta física, no se cuenta con los aparatos.
“En el caso del densitómetro, era un UPS lo que hacía falta y ya hoy en día se quemó el CPU y entonces no puede funcionar. Ya toca traer un aparto nuevo”.
En el caso del mamógrafo nunca funcionó, a pesar de ser tan urgente e imprescindible su uso para la detección del cáncer de mama en Venezuela, donde en el 2020 una media de 9 mujeres por día murieron a causa de esta enfermedad, lo que la pone de primer lugar como causas de muerte en las féminas. Vale acotar, que en la entidad este tipo de estudio sólo está disponible en la red privada de salud y su costo es de unos 13 dólares, es decir, más de 60 bolívares. Aunque habilitaron un lugar para él, jamás se prestó el servicio en el centro asistencial.
El densitómetro necesario para medir la presencia de osteoporosis en los huesos tampoco funciona en el Hospital Central de San Cristóbal. En el Centro de Alta Tecnología Medarda Piñero de San Cristóbal hay un aparato de estos, pero está fuera de servicio.
Tomógrafos
En materia de tomógrafos, el estado Táchira cuenta con tres equipos especializados en la red de salud pública. Dos de ellos en el Hospital Central de San Cristóbal y uno en el Hospital del Seguro Social. Ninguno de ellos funciona.
En el caso del HCSC, uno de ellos estaba ubicado en el área oncológica, mientras que otro se ubicaba en el área de rayos X. “Uno se dañó por cuestiones de voltaje, se le quemaron unas tarjetas. El otro que está en piso 2 tiene unos 15 años dañado. Primero unas tarjetas y luego un corto dentro de la unidad”, dijo.
En el Hospital del Seguro Social se cuenta con un tomógrafo, pero tampoco funciona. Tiene más de siete años inoperativo. Tarjetas dañadas también serían la causa de su dada de baja.
En materia de resonancia magnética nuclear, en la red de salud pública se cuenta con un aparato de este tipo. El mismo se encuentra en el CAT Medarda Piñero, que se encuentra fuera de servicio desde el 2015. De manera extraoficial, se pudo conocer que el mismo estaría en proceso de reactivación, al igual que el densitómetro y el mamógrafo. En la red privada, estudios tomográficos valen desde 50 dólares, mientras que las resonancias parten desde los 60 dólares.
Sin acelerador lineal en el Central
En el Hospital Central de San Cristóbal hay un acelerador lineal el cual está fuera de servicio desde marzo del 2015 y fue adquirido en la gestión de Ronald Blanco La Cruz. En ese momento, el aire acondicionado fue la causa de la baja del aparato, ahora es una pieza cuyo costo supera los cien mil dólares. Sin embargo, tras siete años y tres gobernadores no se han reanudado las sesiones de radioterapia para pacientes oncológicos.
Esta situación trae como consecuencia que los pacientes que requieren este tipo de tratamiento deban ir a Cúcuta para someterse a las radioterapias, pues la posibilidad más cerca en el país se encuentra en Caracas o el estado Aragua.
Un dineral
Sin embargo, el costo de los mismos superan los dos mil dólares. Por ello recurren a las llamadas tutelas, las cuales actualmente son tramitadas a través de Acnur de forma gratuita para pacientes venezolanos, pues el trámite con gestores rondaba el millón y medio de pesos y no era garantía que fuesen aprobadas.
En su momento, unos 200 pacientes recibían sus sesiones de radioterapia al mes en el Hospital Central de San Cristóbal.
Agonizan Rayos X
El área de Rayos X del Hospital Central de San Cristóbal, al igual que el del Seguro Social trabaja a media máquina. En el principal centro asistencial de la entidad se cuenta con equipos de avanzada como el de fluoroscopio para hacer estudios especializados, pero necesita una actualización de software y esto lo tiene paralizado desde hace más de siete años.
En el área de radiología del HCSC se cuenta con un equipo, pero dada la situación eléctrica de la entidad se bloquea con facilidad y queda inoperativo cada cierto tiempo.
Más de 100 pacientes son atendidos en el nosocomio y gran parte de ellos necesitan varias proyecciones. El “caballo de batalla” es el que se encuentra en el área de emergencia.
Este tiene la ventaja de que se mueve en diferentes direcciones y es ideal para pacientes que no pueden trasladarse a la mesa, sino que deben permanecer en la camilla. “Ese equipo ha sido agradecido, pero ya se le está acabando la vida útil”.
Para la toma de las imágenes se necesita una nueva dotación de chasis, ya que sólo se cuenta con cuatro para todos los estudios, mientras que los CR que son los aparatos que procesan las imágenes necesitan mantenimiento, ya que cuando por diversas razones quedan inoperativos, los pacientes deben recurrir a la red privada y cada proyección ronda los 40 mil pesos, por lo que en un caso que necesite tres proyecciones, debe contar con más de cien mil pesos para ir a una clínica. Sólo Club de Leones y Rotary tienen precios que rondan los 27 mil COP.
La Cruz Roja es la única institución que se encarga de hacerle mantenimiento a estos aparatos y donar insumos. Destacan los informantes que ningún otro ente les ha donado nada, incluyendo el Ministerio de Salud o la Corporación de Salud del estado, por lo que dependen de este ente para el mantenimiento de los equipos.
Comentaron que en un momento, la Cruz Roja tenía destinado un recurso para la reparación de uno de los tomógrafos, pero con la llegada de la pandemia del COVID-19, ese dinero se destinó para la atención de pacientes.
En el Seguro Social, la situación es similar. A duras penas tienen operativos un equipo portátil y el fijo, pero no se puede mover, por lo que se usa para tórax, hombros, húmero y a duras penas para RX de abdomen. En total, hay cinco aparatos de rayos X en este centro asistencial.
Fabiola – La Prensa Táchira