Sí, somos millones. Pero nos quieren invisibilizar para seguir saqueando y maltratando a Venezuela, a su bella y buena gente, laboriosa y alegre, amiga.
Los cómplices de la destrucción nacional -juntos- quieren hacer ver que solo ellos pueden gobernar a Venezuela, después de haberla destrozado juntos.
Juntos se han enriquecido saqueando de mil maneras las arcas públicas nacionales, regionales y municipales, antes y después de 1999, cuando comenzó a profundizarse la tragedia que nos acechaba desde los años setenta del siglo XX. Los ladrones de hoy utilizan los mismos modos delictivos de los ladrones de ayer, que siguen robando descaradamente junto con los ladrones de hoy.
Juntos, los ladrones de ayer y hoy, han destrozado nuestra patria. La politiquería y el abuso de poder han sido las dos caras de su misma moneda. Son cómplices en el violentismo irresponsable que adoptaron como políticas “oficialista” y “opositora”, a beneficio de sus mezquinos intereses partidistas, grupales y pecuniarios.
Juntos, le han dado la espalda al pueblo, sus necesidades y aspiraciones. La violencia delictiva acosa a nuestras comunidades, los salarios son de hambre y el caos económico generado por los cómplices de la destrucción nacional, empobrece más y más a la familia venezolana.
El bando “oficialista” liderado por Maduro, Cabello y su manada de pudrimillonarios que se burlan del pueblo chavista blandiendo sus insultantes riquezas, muestra su fracaso en la cotidianidad popular: colapso general de los servicios públicos, desde el Metro de Caracas hasta el sistema eléctrico nacional; los hospitales y otros centros de salud, saqueados y desvencijados; el servicio de gas doméstico, convertido en tragedia familiar, y el colapso de Pdvsa ha hecho humo la gasolina y el gasoil para tormento de conductores particulares y transportistas en toda Venezuela.
El bando “opositor” -hoy convertido en un archipiélago de indignidad y truculencias mezquinas- carece de autoridad moral para convocar a la mayoría independiente y honesta del pueblo venezolano, que los rechaza y condena por sus irresponsabilidades, fechorías y traiciones al sentir popular.
Somos mayoría, pero nos quieren invisibilizar. Los cómplices de la destrucción nacional mantienen sus tenazas de manipulación y control para seguir en lo mismo, más de lo mismo: creen que ellos y solo ellos pueden disputarse el poder y gobernar a Venezuela. Se equivocan, como juntos son corresponsables de la tragedia histórica que sufrimos los venezolanos y venezolanas, incluyendo a más de seis millones de compatriotas que se han ido al exterior en busca de mejores condiciones de vida y opciones de futuro para ellos y sus hijos.
La inmensa mayoría independiente, honesta y capaz no los quiere ni los reconoce como dueños de un país que juntos han destrozado.
Somos mayoría, pero ellos -los cómplices- se aferran al poder compartido tras bastidores, para que nada cambie.
No podrán esta vez. Se lo impediremos y triunfaremos democráticamente en 2024. Tiempo suficiente para organizarnos, hay; y capacidades honestas y solidarias, también.
Unid@s por la reconstrucción integral de Venezuela, seremos mayoría. Derrotaremos las multimillonarias campañas de cinismo, mentiras y manipulación de los cómplices de la destrucción nacional.