Atacaron a ‘La Gioconda’ con una torta en el Louvre

El agresor ha lanzado un pastel al famoso cuadro de Leonardo da Vinci, que no ha sufrido daños

El cuadro La Gioconda, uno de los principales reclamos del museo parisino del Louvre, ha sufrido este domingo el ataque de un visitante, que le ha lanzado lo que parece tratarse de una tarta. Según han contado en las redes sociales algunos de los numerosos visitantes del museo que se encontraban en ese momento en una de las principales atracciones culturales y turísticas del lugar, las autoridades policiales actuaron rápidamente y expulsaron al autor del ataque al momento. La obra no ha sufrido daños, ya que el pastel chocó contra el cristal que protege el óleo.

Los vigilantes del museo limpiaron rápidamente el cristal, momento que ha quedado recogido en vídeos y fotos de las decenas visitantes que se encontraban en el lugar. La intención y la identidad del atacante no han trascendido. Según esos testigos, se trataba de una persona que se acercó al cuadro en silla de ruedas camuflado bajo una peluca. En uno de los vídeos que se han viralizado, aparece el atacante, con peluca y gorra, lanzando proclamas a favor de la protección del planeta, mientras que los vigilantes del museo le expulsan de la sala.

Este no es el primer ataque que sufre la obra de Leonardo da Vinci. En agosto de 2009, una turista le lanzó una taza de té, que se hizo añicos al chocar contra la vitrina que la protege. En 1974, mientras estaba expuesta en el Museo Nacional de Tokio, una mujer usó un espray de color rojo para atacarlo, pero no llegó a dañar el cuadro. En 1956 fueron dos los ataques que sufrió. En el primero, un hombre lanzó ácido al cuadro, dañando su parte inferior. A finales de ese año, un pintor boliviano tiró una piedra contra el óleo, provocando un ligero daño.

Más atrás, hasta principios del siglo XX, en 1911, se remonta el robo de La Gioconda a manos de Vnicenzo Peruggia. Fueron necesarios dos años para recuperarlo: Peruggia había escondido el cuadro en su apartamento hasta que se puso en contacto con la Galería de los Uffizi de Florenzia para intentar venderlo.