Prado hizo hincapié en el caso de Carlos Debiais, el fotógrafo que tiene boleta de excarcelación. Dijo que está detenido porque le tomó video a la casa de un general mientras hacía unas fotografías en Amuay. Comentó que en el sistema judicial hay «mucho olvido», por lo que las personas que entran allí y son buenas, terminan siendo «malas»
El integrante del Observatorio Venezolano de Prisiones Humberto Prado denunció este lunes 30 de mayo que hay un grupo de 13 presos políticos en el país que cuentan con boleta de excarcelación y que todavía no han sido puestos en libertad, resaltando el caso del fotógrafo Carlos Debiais, detenido por presuntamente cometer los delitos de terrorismo, asociación para delinquir y violación del espacio aéreo.
En entrevista concedida a Vladimir a la Carta, Prado destacó que las personas el Ministerio de Asuntos Penitenciarios se hacen cargo de la población reclusa del país debido a que tienen una autorización judicial para hacerlo, mientras que afirmó que cuando hay ya una orden —como las boletas de encarcelación o excarcelación— debe ejecutarse al instante y no esperar una autorización de la cartera penitenciaria.
Recalcó que el caso de Debiais da «rabia» porque el joven lo que estaba haciendo era tomar unas fotos a una cabeza de playa en Amuay, estado Falcón, con el fin de impulsar el turismo en la zona, pero captó la casa de un general, que no identificó. Para Prado, esa fue la razón por la cual se produjo la detención del fotógrafo.
Su familia se mantiene esperando la excarcelación.
Acusó que en el sistema judicial, organismos como el Ministerio Público, la Defensa Pública e incluso los propios jueces inducen a los ciudadanos que son presentados en los tribunales a declararse culpables para que el proceso sea «más rápido» y se les conceda la libertad en corto tiempo.
«Una persona bajo la responsabilidad de las autoridades tiene nada más y nada menos que 40% más probabilidades de morir en una cárcel», dijo.
Prado advierte que en muchos casos hay «tanto olvido» en las cárceles que transforman a los que son buenos en personas malas «y el malos sale peor», detallando la necesidad de que en los centros penitenciarios se impulse a los reclusos a estudiar y trabajar para reinsertarse de una forma honesta en la sociedad.
«El Instituto Universitario de Asuntos Penitenciarios lo cerró Iris Valera. Ese instituto fundado el Dr. Elio Gómez Grillo era único en el mundo. Aquí cierran escuelas para abrir cárceles», expresó.
Subrayó que a los presos se debe tratar de forma respetuosa y humana, lo que «no es un privilegio». En ese sentido, enfatizó que la condena que deban pagar es indistinta al trato y las garantías mínimas que un ser humano requiere.
Explicó que «un preso en Colombia tiene un presupuesto diario de 20$, en Venezuela ni siquiera es de 1$. ¿Cómo le das desayuno, almuerzo y cena a una persona con 1$? Comen con las manos, sus necesidades las hacen en perolas», describió el dirigente del OVP.
Según su opinión, de las 32 cárceles del país —de las cuales hay seis cerradas— existen tres tipos que pueden identificarse: unas que están bajo el control del Ministerio penitenciario; otras en manos de los pranes y los calabozos policiales.
«Un preso debe pagarle al pran semanalmente más de 20 dólares. Y si el preso no tiene dinero, al menos 5 dólares paga», detalló.
Humberto Prado sugirió que «hay que impulsar las salas de audiencia, al igual que llevar a cabo diligencias a través de internet, como cambio de abogados, revisión de expedientes. Eso se da en mucho países, eso agiliza mucho».
TalCual