10 claves para entender las elecciones legislativas de Francia

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Las elecciones legislativas del 12 y el 19 de este mes de junio en Francia van a cambiar profundamente el paisaje político francés, que entra en una zona de turbulencias, agitación y tensiones entre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y las extremas izquierdas y extremas derechas populistas, las nuevas fuerzas mayoritarias. Diez puntos básicos para intentar comprender ese vía crucis político nacional, con muchos flecos europeos:

1- La matriz política / institucional del régimen francés, la V República, es la elección del presidente, que tiene poderes excepcionales, los más grandes entre todas las democracias occidentales. Incluso puede gobernar por decreto.

2- Elegido el presidente / jefe del Estado, las elecciones legislativas, a dos vueltas, eligen la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del parlamento francés. Es tradicional que las elecciones las gane el partido del presidente. Eso ha ocurrido, siempre, desde 1958, salvo en tres ocasiones, en 1986, 1993 y 1997, cuando los presidentes Mitterrand y Chirac tuvieron que gobernar con mayorías políticas de otro signo político. Este año, los sondeos anuncia una victoria grande, mediana o pequeña del partido de Macron: pero el presidente tendrá que gobernar con una oposición muy dura de extrema izquierda y extrema derecha.

3- El PS y Los Republicanos (LR), herederos de los partidos que gobernaron Francia, desde 1958, se han hundido: y solo aspiran a conservar pequeños y modestos grupitos parlamentarios. Se trata de un cambio político de gran calado.

4- La Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) es la coalición que domina el nuevo paisaje político de las izquierdas francesas, liderada por La Francia Insumisa (LFI), el partido de Jean-Luc Mélenchon (extrema izquierda populista), que ha relegado al PS y el PCF a un modesto segundo plano, como partidos muy minoritarios. Aspira a una «victoria total» que no anuncian los sondeos. Es el nuevo rostro de la izquierda mayoritaria, antieuropea, antiantlantista.

5- Agrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen, puede entrar por segunda vez en la Asamblea Nacional (AN). Acontecimiento emblemático, con un programa antieuropeo, antiatlantista, populista y popular. Los obreros franceses votan mayoritariamente a la extrema derecha desde hace varias décadas. Reconquista, el grupúsculo de ultra derecha de Éric Zemmour, ha quedado en muy segundo plano, sin implantación popular de ningún tipo.

6- Emmanuel Macron decidió cambiar el nombre de su partido. La República En Marcha (LREM), el partido con el que conquistó el poder, se llama ahora Renacimiento, que podrá contar con el apoyo parlamentario de varios grupúsculos de centro, derecha y socialismo muy rosa ultra pálido. Durante el primer mandato macroniano, LREM tuvo la mayoría parlamentaria absoluta. Los sondeos anuncian una victoria de Renacimiento clara o relativa, con un problema de fondo. Los hombres del presidente no tienen implantación local, regional y nacional, cuando las tensiones sociales pueden agravarse.

7- Macron anunció una nueva regla de oro: los ministros que se presenten a diputados y no sean elegidos deberán dimitir. Previsible cambio de gobierno, en perspectiva.

8- Elegida la nueva Asamblea Nacional, el presidente debe elegir su primer ministro y jefe de gobierno. Ninguna Ley dicta o impone una norma clara. La evidencia política impone que el presidente nombre como primer ministro a un miembro del grupo parlamentario mayoritario. Jean-Luc Mélenchon, líder de LFI, ha declarado que Macron deberá nombrarlo a él jefe de Gobierno… pirueta política de poco probable realidad: Mélenchon es líder de su partido, pero ha renunciado a ser diputado. Ningún sondeo o estimación anuncia la conversión de LFI en el primer partido de Francia.

9- Nombrado su nuevo gobierno, tras la segunda vuelta, Macron anuncia la creación de un Consejo nacional de la refundación, del que formarán parte miembros del gobierno, la patronal, los sindicatos, la sociedad civil… Ese nuevo Consejo, por crear, debiera negociar las grandes reformas que necesita Francia, comenzando por la reforma del sistema nacional de pensiones.

10- La puesta en marcha de esa maquinaria política e institucional coincidirá con una fronda social creciente, con amenazas y riesgos de huelgas y aparición de nuevos momentos de protesta, inflamables.

Juan Pedro Quiñonero – ABC de España

 

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