César Guillen: La importancia política de los trabajadores

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La importancia del trabajador se expresa en toda su dimensión en el concepto socio-político de la Tripartita, de allí que su participación directa es fundamental en un estado desarrollado. Es tan evidente que la OIT tiene un espacio para los representantes de los trabajadores. Ha sido tradicionalmente un error considerar a los trabajadores simples fichas dentro del engranaje partidista, inclusive apropiándose del discurso de los dirigentes laborales.

Sin embargo, es importante resaltar, que del lado de los trabajadores ha habido una actitud combativa pero desorganizada. Una falta de confianza en sí mismos, que solo los ha conducido a la denuncia salarial. Las grandes centrales como factores de decisión han anulado el desarrollo de las organizaciones por rama de actividad, quienes deben convertirse en estructuras autónomas aun cuando no independientes de su entorno. De allí la importancia de la capacidad organizativa de su liderazgo.

La opinión de que el sector laboral carece de la capacidad intelectual para proponer ideas y elaborar proyectos para el empleo, el salario y el desarrollo sustentable, ha sido muy perjudicial. La clase política  latinoamericana tradicionalmente sólo ha adaptado modelos foráneos, típico de los países subdesarrollados. Un país requiere más de sistemas de gobiernos bien estructurados socialmente, que de dirigentes y organizaciones políticas mesiánicas y populistas.

En la américa latina, al fallar en las soluciones más elementales de las sociedades modernas como son la industrialización, la inversión privada, el empleo estable y la riqueza, han abierto de nuevo las puertas a las formas de gobiernos ilusorias y populistas. El socialismo progresista no tiene sindicatos libres sino militantes que permiten violaciones a las leyes del trabajo. Las cifras de la CEPAL para el próximo año son sombrías y difíciles de superar con el modelo ideológico y viciado que infecta nuestra región.

Una sólida dirigencia laboral autónoma, bien formada y con el necesario espacio político, es una respuesta inteligente, porque el trabajador se incorpora a una acción concreta con sus compañeros. Esperar que el contexto político actual cambie mágicamente por la presión externa internacional y de las organizaciones políticas y su dirigencia, es una esperanza ilusoria y provisional, que no tiene asidero en la realidad.

Hay que construir nuestros escenarios con la lucha permanente y con objetivos muy claros, es por ello que los trabajadores deben asumir ya, la organización con base a una legítima representación. Es necesario dotar a Venezuela de una renovada fuerza sindical preparada para la reconstrucción y en abierta colaboración con el empresario promotor, justo y equitativo. Hacia allá debemos avanzar a pesar de las actuales  circunstancias.

Fedepetrol Carabobo.

 

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