Del Trolebús de Mérida solo quedan chatarras

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Unidades deterioradas, sin aire acondicionado, vidrios rotos, chocadas, hasta sin retrovisores, son parte del legado que queda del sistema que pretendía ser una verdadera alternativa de transporte en Mérida, que recientemente arribó a sus 15 años de operatividad en el estado Mérida.

Del sistema moderno de transporte masivo, que inició operaciones hace 15 años como un medio de transporte moderno, de envergadura y que pretendía ser una verdadera solución para la movilización de los merideños, atravesando dos de sus municipios del eje metropolitano en tiempo récord, quedó solo en el recuerdo.

No todas sus estaciones están operativas, muchas han sido desmanteladas por el hampa común, quedando totalmente inoperativas.

Trolebus-de-Merida-1
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Los usuarios califican como “pésimo el servicio”, además de los retrasos en las rutas, deterioro de las unidades y también de las estaciones a lo largo del recorrido.

El colapso del servicio es notorio, los usuarios deben esperar lapsos prolongados de tiempo que las unidades lleguen a la estación Domingo Peña, ubicada en el sector Paseo La Feria, y desde este punto céntrico de la ciudad trasladarse hasta la ciudad de Ejido. Este lapso de espera debería ser cronometrado, a fin de ofrecer un servicio de calidad a la colectividad.

Ante la falta de mantenimiento preventivo y correctivo, estas unidades se fueron deteriorando poco a poco y además las iban desincorporando hasta llegar al punto de convertirse en un cementerio de chatarra que reposa en los patios y talleres de la empresa Tromerca, en el sector San Onofre en el municipio Campo Elías de Mérida.

Aunado a la crisis eléctrica que desde hace varios años mantiene en zozobra a los ciudadanos que deben pasar varias horas al día sin este servicio, la instalación de cientos de postes y el respectivo tendido eléctrico que pretendían ser una alternativa para disminuir al máximo la contaminación.

En los últimos años, montarse en estas unidades ya no ofrece el confort y la comodidad a los usuarios, pues se convirtieron en verdaderos “saunas rodantes“.

La sobrecarga o exceso de pasajeros dentro de las unidades, logro que dejara de ser un servicio de primera calidad, y una opción cómoda para los usuarios, que en su mayoría prefieren pagar el servicio de transporte privado de las diferentes líneas en la ciudad.

Adicionalmente, no se ha culminado la ruta ofrecida, que comprendía desde el sector Paseo La Feria hasta La Hechicera en la zona norte de la ciudad, a pesar de que se adelantaron hace años varios trabajos, éstos no se concluyeron hasta la fecha. Quince años después, el sistema aún no cumple el recorrido prometido.

Los merideños seguirán esperando que algún día, este sistema vuelva a ser lo que fue hace más de una década, mientras tanto, seguir en la espera en la que muchos aclaman que “Venezuela se arregló“.

Jesús Quintero – Lapatilla.com

 

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