La acepción de refugiado es la persona que por varias causas como guerras, revoluciones, conflictos sociales y comunitarios emprenden asilo o emigran a países para que los reciban, Además, hoy en día debido a las situaciones económicas de sus patrias, millones de seres humanes abandonan a sus hogares voluntariamente u obligados por condiciones peligrosas a él o a sus familias con la esperanza de conseguir mejores formas de subsistencia de su vida. Semejante odisea posee sus características: algunos tienen suerte y logran una estadía estable en los países seleccionados, otros en cantidades inquietantes padecen penurias de diversas clases. Desde tiempos remotos la dosis de refugiados ha sido enorme. Aunado a este ansiado nuevo hogar, están en número alarmante los desplazados por cuestiones legales o faltas cometidas en sus comunidades. Los mismos casi siempre tienen calificativo de ilegales o clandestinos en los países seleccionados para vivir.
Sin embargo una mayoría de ellos desempeñan loables labores en centros de trabajo, otros aportan conocimientos técnicos y científicos competitivos, así como experiencias en diversos trabajos desempeñados. La cantidad cerca a casi 300 millones de refugiados, desplazados, exiliados, emigrantes y otros sectores de la sociedad que abandonan a su patria, ha creado serios problemas en los Estados donde arriban tales como: hambre, enfermedades, inseguridad, drogadicción, escasez presupuestaria y de servicios en las comarcas receptoras. Frente a esos inconvenientes ha surgido en ciertos casos xenofobia (persecución y odio a los extranjeros) por parte de las autoridades y de la población. Sobre la aventura de querer emprender esa odisea, hay dos opciones extremas: permanecer y morir a consecuencia de los conflictos en su tierra (guerras, genocidios, desastres naturales, pobreza extrema…o iniciar la vida del destierro.
Ante semejante problema social sufrido por los habitantes de las naciones que la abandonan como para sus anfitriones, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), aprobó según la Resolución 55/76 del 4 de diciembre de 2000, con empeño una decisión sobre los refugiados. Con antelación hubo varios hechos en bien de los mismos. En 1957 se cumplieron 50 años de la existencia de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados. Previamente hubo el antecedente de la Organización de la Unidad Africana (OUA), donde estableció el día de los Refugiados en África, el 20 de junio. En concordancia a esa decisión humanitaria, la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), decidió declarar esa fecha como día Mundial del Refugiado. Debido a esa disposición unas cuantas dependencias oficiales de la ONU, aúnan y prestan esfuerzos y ayudan para disminuir en lo posible los problemas sufridos por los refugiados, desplazados y otros grupos de sus lugares nativos que emprenden el camino al extranjero.
Aunado a la ACNUR en la actualidad existen varios organismos para prestar ayuda y proteger a los millones de emigrados. Entre los mismos sobresalen: El Comité Permanente entre Organismos (IASC), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD), el Fondo de las Naciones Unidos para la Infancia (UNICEF), la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH), el Programa Mundial de Alimentación (OMS) y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH).
Los Organismos nombrados, vinculados y dedicados para prestar socorro y equilibrio hacen una meritoria labor en bien de los refugiados y de todos aquellos que inician nuevos horizontes en pro de obtener mejores condiciones de vida. Al celebrar un nuevo aniversario el 20 de junio como el Día Mundial de Refugiado imploramos y aspiramos que el Todopoderoso ilumine y dote de sabiduría a los gobernantes receptivos y a sus sociedades para que defiendan y ayuden a los fugitivos con la finalidad de disminuir las penurias en sus destinos nuevos. Asimismo, anhelamos y rogamos por esa alta cantidad de millones de emigrantes del mundo para prevenir padecer en las naciones huéspedes. En el caso de mi querida patria Venezuela, que a mediados del siglo XX tendió la mano, amparó y favoreció a miles de extranjeros que llegaron aquí, buscando alivio de los problemas padecidos en sus tierras de origen, contrasta con determinadas trabas y persecución de ciertos países que imponen a nuestros compatriotas. De todas formas agradecemos altamente la receptividad y beneficios que en muchos Estados prestan a los venezolanos. Actualmente existen aproximadamente 7 millones de paisanos emigrados desde hace años hasta hoy por la crisis que sufrimos. A los millones de conciudadanos ubicados en diversos países vaya mi afecto y la palabra de aliento, solidaridad y el deseo de la Divina Providencia los bendiga, les de bienestar, buena salud y felicidad plena. Si de pronto volvemos a disfrutar de un país próspero, con una democracia veraz, aspiro que miles de ellos retornen a su admirable terruño. Enhorabuena a los millones de refugiados, emigrantes, desplazados, fugitivos y exiliados que habitan más allá de la frontera patria.