Tras el cierre de la frontera ordenado por el gobierno de Nicolás Maduro en agosto de 2015 y posteriormente las restricciones sanitarias implantadas por Colombia con la pandemia por el covid-19, el uso de las trochas o pasos ilegales se hizo un común denominador para quienes necesitaban trasladarse de un lado al otro.
Esto llevó incluso a que los grupos irregulares y diferentes bandas criminales y paramilitares, tanto colombianas como venezolanas se instalaran y adueñaran del lugar y además comenzaran a cobrar comisiones por el paso de personas y de mercancías. Todo esto bajo la mirada complaciente de los cuerpos de seguridad de ambos países, quienes se han hecho de la vista gorda y no han tomado acciones suficientes para evitar los flagelos.
Son más de 100 pasos ilegales los que se han contabilizado entre Táchira y Norte de Santander. Para el expresidente de Fedecámaras en la entidad y experto en fronteras, José Rozo, es trabajo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana expulsar a quienes se han adueñado de esos territorios, teniendo en cuenta que están dentro de la zona de seguridad fronteriza de la nación.
¿Cree que ante el nuevo escenario de apertura de los puentes se cierren las trochas?
Las trochas deben ser clausuradas. Nuestra Fuerza Armada que es a quien le compete esto por mandato de la Constitución, tiene que clausurarlas y expulsar a las fuerzas extrañas que están allí, sacarlas fuera del territorio.
¿Por qué hasta este momento no lo han hecho?
No lo han hecho porque hay que recordarles. Si siguen existiendo las trochas, si hay irregularidades, si están tomadas por las bandas trasnacionales eso es responsabilidad de nuestra Fuerza Armada Nacional que no ha hecho bien su trabajo. Tienen que meterse a rescatar esos espacios.
¿Llegarían a acuerdos los gobiernos de Colombia y Venezuela para tomar acciones en materia de seguridad fronteriza?
El gobierno de Colombia, no sólo este, todos los gobiernos, han sido alcahuetes con la criminalidad. De ese lado también es necesaria una orden ejecutiva para que hagan lo que tienen que hacer. Cómo es posible que por la trocha de Juan Frío pasen mulas o gandolas con mercancía y las autoridades miren para otro lado. Ahí también es cuestión de que las autoridades de Cúcuta dejen un poco su hipocresía y cumplan la función para la cual fueron creadas.
¿La frontera seguirá siendo un negocio para los funcionarios militares y policiales destacados en la zona?
Es lo que yo no quiero. La frontera del siglo XXI tiene que caracterizarse por la práctica de la legalidad y no de la ilegalidad.
Ya no más que la frontera sea sinónimo de triquiñuelas y bandas criminales y de corrupción pública y corrupción privada, ya no más eso. Yo no quiero una frontera así porque ese tipo de frontera que se fue degenerando fue la que nos trajo hasta aquí. Se fue corrompiendo, pudriendo, empezando por sus funcionarios tanto civiles como militares y también la llegada de personas extrañas a la zona fronteriza tanto a San Antonio como Ureña con sus viejas mañas, eso yo no lo quiero y no lo deseo.
¿Qué va a pasar con los supuestos negocios que tiene Freddy Bernal en las trochas, al permitirse el paso de mercancías por los puentes?
Eso es parte de la leyenda urbana y las comidillas en cada esquina de San Antonio del Táchira. Hay unas bandas trasnacionales que se benefician del paso de mercancías por las trochas y la pregunta que uno se hace es que de aquí a mañana ¿de qué van a vivir esas bandas? ¿Los va a subsidiar el gobierno o se van a dedicar al secuestro y la extorsión como antes?
Esa es una decisión que la tiene en sus manos la Fuerza Armada Nacional, porque ahí es donde nosotros le exigimos que aplique lo que está obligada por mandato constitucional, que su competencia es estar ahí y expulsar del territorio nacional cualquier fuerza extraña que esté usurpando y pisoteando la soberanía nacional. Le estamos pidiendo a la Fuerza Armada que cumpla su rol en las trochas.
Usted es de los que siempre ha dicho que la frontera no ha estado cerrada ¿Por qué?
Porque la frontera siguió fluyendo por las vías ilegales, por las trochas. Lo que estuvieron cerrados fueron los pasos para nosotros los ciudadanos. Están cerrados los puentes para el comercio legal de exportar y de importar, pero unos kilómetros arriba del Puente Internacional hay una trocha muy famosa, La Ponderosa, por donde entran camiones de mercancía y pagan una mínima de impuestos mediante un régimen especial aduanero al Seniat, entran y siguen hacia el interior.
¿Por qué por Táchira se mantuvo el cierre legal de mercancías, pero por Paraguachón sí se ha permitido?
Porque el régimen que está instalado en Caracas quiso desquitarse con Bogotá agarrando a patadas a los nacionales de la frontera. No hay más. Porque simplemente les dio la gana de amargarnos la vida a nosotros, no a Colombia, porque eso no le afecta a Colombia ni le ha afectado, ellos siguieron importando y exportando por Paraguachón y por vía marítima y aérea con Venezuela.
¿Están los municipios de frontera en condiciones para una reactivación?
Sí. Pero el problema son los servicios. En San Antonio y Ureña hay sectores donde los cortes de luz son de más de cuatro o cinco horas al día. Es decir, que no se va la luz, sino que llega de vez en cuando y así ¿cómo vamos a garantizar un 100% de producción? Igual es con el agua, hay sectores donde tienen que estar comprando los carros tanques tanto las personas como las industrias.
¿En qué debería invertir el Gobierno antes de abrir los pasos?
En servicios públicos. Luz, agua y en el caso de la telefonía que es muy mala. También deben invertir en vialidad porque seguimos con las vías de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Se dejó de invertir y se desmanteló lo poco que se tenía armado en materia de infraestructura de servicios básicos, como el agua y la luz. Al estado le tocará que desembolsar unos cuantos miles de millones de dólares para repararlos. La pregunta es, si el estado tiene la voluntad y los recursos para hacerlo.
¿Cómo comenzaría a darse la reactivación económica una vez se abra el paso formal?
La reactivación económica va a ser muy lenta. Lo que se va a poder ver es que van a volver algunas operaciones de importación y de exportación, van a volver hacia Cúcuta y eso va a reactivar el servicio aduanero, el servicio de transporte, de almacenadoras y agencias de aduanas y también servicio de seguros, pero eso no va a ser mucho porque el problema es que la economía en Venezuela está oprimida, no hay un modelo económico en Venezuela que permita avizorar para mañana lo que hoy estamos diciendo.
¿En cuánto tiempo el comercio y la industria fronteriza volverían a los niveles que tenía antes del cierre?
Hasta el 2024 se podría hablar de mejoras en la frontera, esto no es de un día para otro. El daño ha sido casi que irreversible, esto no es que simplemente esta economía se arregla con pañitos de agua tibia, es un cambio muy profundo y esos cambios profundos se van desarrollando muy lentamente. Nosotros podríamos tener una visión de a dónde iría la frontera por ahí en el 2024, hasta ese momento pudiéramos decir que la frontera está despuntando.
¿Qué va a mejorar una vez eliminen los obstáculos que hay en la frontera?
No es cierto que cuando quiten los obstáculos del puente y abran nuevamente el movimiento vehicular se arregló el problema. Veo que hay una falsa expectativa y una manipulación de los hechos o la gente es ignorante. Uno ve cómo los importadores tanto de Venezuela como de Colombia se frotan las manos pensando que va a volver la época aquella de las grandes importaciones y eso no va a ser así, porque los dólares baratos se acabaron en Venezuela.
Una vez que inicie el tránsito legal de mercancías por los puentes ¿Pudiera Petro aceptar surtir el mercado venezolano de los productos que aquí no se están produciendo?
Colombia tiene una industria moderna que tiene capacidad de producción. No sería problema surtir a Venezuela porque no tienen problemas de abastecimiento. El problema de ellos es vender, por eso es que andan por el mundo vendiendo y ofreciendo sus productos, por eso usted ve al presidente de Colombia que donde va es a vender todo lo que produce, tienen una buena producción, sería más bien un buen negocio para ellos.
¿Cuántos empleos pudieran comenzar a generarse luego de que se abra la frontera?
Si mañana abren los puentes y vuelven las importaciones, el último punto de referencia de gandolas diarias que entraban y salían por acá eran de 25 o 30 vehículos diarios, de 600 que eran antes.
Yo creo que empezaría con 20 gandolas diarias y ahí que se puede generar algo muy pequeño, unos 100 o 200 empleos entre directos e indirectos, pero el grueso está es en el sector manufacturero que es el que mueve la economía y el que más empleo genera.
¿Reactivarían empresas como Cazta que no están produciendo en estos momentos?
En el caso de Cazta fue confiscado por el Gobierno y luego fue arruinada. Los dueños de la empresa que eran inversiones extranjeras, hasta donde yo pude conversar con ellos hace un par de años, me dijeron que ese caso era irrecuperable, el daño fue tal que es irrecuperable. El central azucarero de Ureña no volverá a ser el que nosotros conocimos, así lo devuelvan.
Es irrecuperable tanto para el Gobierno como para la empresa privada. Ahí servirá eso para cualquier otra cosa menos para un central, esto como para que tengamos una idea del daño que le causaron. Es irrecuperable.
Anggy Murillo – La Prensa de Lara