Hay dudas sobre la posibilidad de que PDVSA llegue a una capacidad de producción de un millón de barriles diarios. Un acuerdo nuclear entre EEUU e Irán podría reducir el nexo comercial entre NIOC y PDVSA
Un reporte conjunto entre el Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia en Nueva York y del Centro de Estudios Energéticos de la Universidad Rice en Houston aborda las razones por las que Venezuela logró duplicar su producción petrolera entre junio de 2020 y la primera mitad de 2022, poniendo énfasis que el nivel de producción actual por encima de 700.000 barriles diarios es menos de la mitad del que se tenía en 2018 y un poco menos de la cuarta parte del que se tuvo hace 20 años cuando el chavismo llegó al poder.
El reporte elaborado por Luis Palacios, ex presidenta de Citgo pero en su rol de investigador del CGEP de la Universidad de Columbia, y Francisco Monaldi del Baker Institute de la Universidad Rice, señala que los altos precios del petróleo son un factor esencial para que Petróleos de Venezuela (PDVSA) haya logrado comercializar su crudo en los mercados internacionales aún afrontando sanciones por parte de Estados Unidos y por consecuencia para elevar el volumen de producción.
“Dados los grandes descuentos del petróleo de Venezuela, estos mayores precios mejoraron el riesgo y la recompensa de comercializar los condensados de Venezuela, mediante el acuerdo entre PDVSA y la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC)”, señala el informe preparado por Palacios y Monaldi. “Cualquier relajación de las sanciones petroleras a Irán, de conformidad con la resurrección del Plan de Acción Integral Conjunto (acuerdo en materia nuclear) podría reducir los incentivos de NIOC para continuar exportando sus productos petroleros a Venezuela y más bien optar por obtener precios internacionales para sus productos”, señala.
El informe titulado “Sanciones petroleras a Venezuela: no es una solución fácil” señala el conjunto de factores –más allá de las sanciones- que frenan la posibilidad de recuperación de la producción y por consiguiente de exportación de PDVSA, señalando tres aspectos en los cuales está envuelta su relación con Rusia.
Primero, debido a la guerra en Ucrania ahora este país afronta medidas que le impiden exportar su petróleo hacia Estados Unidos y Europa y debe dirigirlo al mercado asiático compitiendo con el venezolano; segundo lugar señala el hecho de que la empresa venezolana desde el punto de vista financiero soporta parte de sus transacciones petroleras a través de de bancos rusos que están sancionados; y tercero, los negocios conjuntos de PDVSA con empresas vinculadas con el Kremlin restringe cualquier transacción en otros países.
“Dada la presencia rusa en la producción de petróleo de Venezuela, cualquier relajación de las sanciones deberá ser dirigida y cuidadosamente diseñada para cumplir con las estrictas restricciones de mezcla”, indican Palacios y Monaldi.
En tal sentido, advierten que persiste la incertidumbre sobre la posibilidad de que PDVSA pueda elevar su producción en un rango entre 100.000 y 300.000 barriles por día adicionales con el fin de llegar a una capacidad estimada por el orden de un millón de barriles diarios.
Petroguia