La apabullante derrota de los candidatos del oficialismo en las elecciones para la representación de los egresados en distintas instancias de cogobierno de la Universidad Central de Venezuela vino a confirmar lo que desde hace muchos años es una verdad a gritos: el chavismo no ganará ninguna elección que se realice en forma pulcra y transparente si la oposición no escoge la suicida opción abstencionista.
Como ocurrió en Barinas en las pasadas elecciones regionales, el oficialismo se jugó el todo por el todo. No hubo esfuerzo ventajista en recursos económicos, mediáticos, en operativos de movilización que no pusieran en práctica. Representantes de la alta cúpula del régimen, como los hermanos Rodríguez, ministros como Ernesto Villegas, acudieron a votar y en cada despacho administrativo se llamó y se llevó a votar a los empleados públicos egresados de la UCV. Toda una maquinaria de poder en marcha.
La denominación de la plancha chavista, Juntos por el Patrimonio, evidencia que quisieron explotar al máximo los recursos que últimamente se invirtieron para recuperar la planta física y el patrimonio cultural de la Ciudad Universitaria. Eso lo hicieron obligados a mantener un patrimonio de la humanidad, como lo es la UCV. Hubiera sido el colmo permitir impasiblemente su desplome. Un crimen de lesa patria y una vergüenza mundial.
De nada les valió. Los egresados, como la gran mayoría de los que hoy integran la comunidad universitaria, tienen muy presente que son esos mismos personajes los que desde las alturas del poder y con sus propias manos han tratado de estrangular al Alma Mater donde se formaron, negándole los recursos que necesitan para un funcionamiento mínimo. Tras varios presupuestos reconducidos en períodos de hiperinflación el déficit es simplemente abismal.
A comienzos de año, la comunidad estudiantil se movilizó para denunciar públicamente que el gobierno de Maduro le asignó 24 millones de dólares a Venezolana de Televisión, el canal del Estado del cual el PSUV se ha adueñado ilegalmente para su uso proselitista a exclusividad, mientras que a la UCV, con una comunidad que supera las 80 mil personas, se le asignaron 23 millones.
Los resultados del pasado miércoles fueron más que elocuentes: las fuerzas que enfrentaron el intento oficialista de apoderarse de la UCV triunfaron en Agronomía, Arquitectura, Ciencias, Ciencias Económicas y Sociales, Ciencias Jurídicas y Políticas, Ciencias Veterinarias, Farmacia, Odontología, Ingeniería y Medicina. El oficialismo se impuso en Humanidades y Educación, y sorprendentemente en la Escuela de Comunicación Social.
Surgió la pregunta: ¿cómo es posible que en la escuela cuyos egresados ejercen la profesión más golpeada durante estos 22 años de gobiernos chavistas haya ganado el oficialismo? La más vilipendiada, la más agredida, la que se ejerce bajo un cerco que limita la libertad de expresión y el derecho de información, la que ha visto cómo se esfumaron los grandes medios y con ellos centenares de puestos de trabajo.
¿Cómo fue posible eso? Por la división. Por la falta de visión política. Por personalismos. En Comunicación Social se demostró que el oficialismo es minoría como en el resto de la UCV. Pero es verdad, encontraron candidatos y votantes. ¿Será que la pareja que fue electa no está consciente del enorme retroceso que ha significado el chavismo para el periodismo y en general para todas las libertades? Claro que lo están. Ambos se formaron profesionalmente en los medios independientes. Allí desarrollaron libremente sus carreras y hasta ejercieron cargos de responsabilidad. Pero otra cosa es el resentimiento y la obcecación por la propuesta de izquierda con las que los cautivaron, hoy por cierto lanzada al cesto.
La UCV no se ha rendido. Como no se han rendido otras universidades nacionales casi reducidas a escombros durante la larga noche chavista. Estudiantes y profesores en diáspora. Ambos padeciendo la destrucción de sus condiciones de vida. Toda Venezuela sabe que con esta cúpula en el poder nuestro país no tiene futuro.
Periodista. Exsecretario general del SNTP – @goyosalazar