Cuando el más grande promotor inmobiliario chino se despeñó en el cuarto trimestre de 2021 dejando tras sí un hueco de 280.000 millones de dólares, todos en el mundo se inquietaban por las consecuencias económicas y sociales que tal situación podía producir. El grupo Evergrande empleaba 200.000 trabajadores y, de manera indirecta, generaba 3,8 millones de puestos de trabajo. Para el momento de la quiebra de este coloso le quedaban por terminar 1,4 millones de unidades de vivienda apartamentos cuyo valor ascendía a 180.000 millones de dólares.
Hace apenas dos semanas otro gigante del sector tampoco pudo hacer frente a una obligación de 1.000 millones de dólares con lo cual se lanza otra importante señal de alarma a la colectividad china. El Grupo Shimao ya había experimentado una contracción en el ritmo de sus ventas en el año 2021, cuando durante este año retrocedieron un 72% adicional. Desde fin del año pasado Shimao estuvo en busca desesperada de recursos para no caer en “default”. Para ello, llegó incluso a poner en venta – sin resultados hasta esta hora- su hotel Intercontinental Shanghai Wonderland, un icono arquitectónico del país construido en una cantera. Sus propietarios aspiraban a obtener 354 millones de dólares. Este nuevo incidente tiene a su sociedad en vilo y alimenta la desconfianza en los promotores.
Este tema pudiera parecernos alejado de la realidad cotidiana en sitios alejados de China. Otros temas mas urgentes en lo internacional ocupan nuestra atención. Para los que lo ven de esta manera, es preciso señalar lo mucho que este hecho golpea al universo chino. Nada más se conoció a través de las redes de la situación de esta nueva insolvencia del sector inmobiliario, Weibo, el equivalente de Twitter en China, generó 47 millones de contactos.
Nadie duda de que el sector inmobiliario es el pilar fundamental de la economía del coloso de Asia. Por ello, de su salud depende el vigor y la estabilidad del país. Esto no es una exageración: la actividad constructiva abarca más de una cuarta parte de las inversiones en el ese país de Asia así como del PIB nacional. De un tiempo a esta parte, para evitar endeudamientos desproporcionados que condujeran a quiebras indeseadas, el Estado estableció normas y límites al acceso de financiamientos. Esta era la situación cuando comenzaron los confinamientos en serie de su política de Cero COVID. Los ingresos de los hogares también se descolgaron, lo que ha representado restricciones importantes en su capacidad de afrontar sus propios pagos de viviendas toda vez que la ciudadanía se encuentra además constreñida en el gasto por la desatada inflación que golpea todos los bolsillos. La demanda global de viviendas ha descendido un 40%
El nuevo episodio de Shimao se suma a la anterior experiencia de Evergrande y a la de otro grande de la construcción – SUNAC CHINA- que hace solo dos meses también anunció su insolvencia.
Cómo hacer para detener el contagio a los promotores de las ciudades medianas y pequeñas se ha vuelto el tema central de los responsables de la economía, pero la solución de esta enrevesada crisis de liquidez aun no aparece. Los financistas internacionales están inquietos, las bolsas también. Lo mismo es válido para el Partido Comunista en Pekín.