Hay gobiernos que viven de espalda a la realidad, y en ello pierden oportunidades y tiempo; el nuestro es uno de ellos.
La Constitución que ya prácticamente es letra muerta señala, que “la seguridad alimentaria se entiende como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a estos por parte del público consumidor”, para que se cumpla este propósito se requieren de tierras para la producción, y la promoción de la actividad económica privada, para que sea precisamente el ciudadano el encargado de crear la riqueza.
Teherán para asegurar su seguridad alimentaria requiere de 7 millones de hectáreas cultivables (que no las tienen) La mayor ventaja del cultivo en el extranjero para Irán es la preservación de sus valiosos recursos hídricos. La agricultura de Irán utiliza alrededor del 85% de todos los recursos hídricos disponibles, por lo que es indispensable comprar en el mercado internacional los alimentos o producirlos en otro país. Todo esto en el marco actual de crisis en la producción de alimentos a nivel mundial.
Venezuela ha suscrito con Irán más de 250 documentos de cooperación a lo largo de sus relaciones diplomáticas, y en particular la entrega de Un Millón de hectáreas de tierra para cultivar.
Venezuela pudo ser la proveedora de alimentos que Irán requiere, apoyándose en los venezolanos para producir la cantidad de productos que como mercado seguro tendría el país e Irán su consumo asegurado.
Uno de los mayores problemas que se tiene cuando se produce es poder contar con un consumidor asegurado, el convenio debió ser, cuánto y qué cantidad de productos necesita para que los agricultores venezolanos produzcan con un mercado asegurado.
Para llegar a esto se requiere que se tenga aprecio por el venezolano, se trata de abrirle posibilidades para crear riqueza, no de cerrárselas.
La afirmación de la revolución en gobierno conforme al cual se pondrá de manifiesto la alta tecnología de Irán en Venezuela resulta ser discutible, en razón de que en nuestras tierras producirán lo que la tecnología no les ha podido resolver en su país, y aquí lo harán de forma tradicional.
¿Es qué caso no podíamos producir los alimentos para vendérselos? La historia de Venezuela nos enseña por ejemplo, que en tiempos de la Colonia, existieron las tierras de los indígenas destinadas a su consumo, la de españoles con igual propósito, y una tercera que eran las tierras que se cultivaban con destino al mercado internacional.
Obviamente traerán sus propios trabajadores con sus familias, para ocupar un espacio que casi llega a ser el área geográfica del Táchira. Así mismo fue la conquista y poblamiento de los españoles en América que tanto han criticado pero que ahora reproducen.
Los revolucionarios ven en la cultura occidental su enemigo, por ello la atacan, liquidan la libertad individual, la propiedad privada, los derechos de progreso y tecnología, atacan al clero. Para la revolución son mejores los otros los demás menos nosotros, en el fondo existe un desprecio por el ser venezolano, ya que no se obra en función de su felicidad y su crecimiento como sociedad, sino en su dominación por escasez. Para esta revolución la consigna es “vivan los demás”
Dios nos bendice.