El 01 de octubre del 2009 se eligió la primera directiva de la Federación Unitaria de Trabajadores del Petróleo y del Gas de Venezuela-FUTPV, esta federación nace de la unificación de la FEDEPETROL, FETRAHIDROCARBUROS y el sindicato nacional SINUTRAPETROL. Las elecciones se realizan bajo un control absoluto y abusivo del Estado, una situación inédita en la historia sindical venezolana y global, con intervención directa del Consejo Nacional Electoral, la Fuerza Armada Nacional, el plan República y el Ejecutivo Nacional encabezado por Hugo Chávez y Rafael Ramírez Carreño, quienes ordenaron a sus secuaces electorales obtener la totalidad de los 33 cargos en la FUTPV.
Sin embargo, los trabajadores con su voto dieron la pelea para enfrentar esta emboscada en contra del sindicalismo independiente. Nuestro equipo, a pesar de estas circunstancias, con la unión de los trabajadores petroleros de todo el país, derrotamos la hegemonía obteniendo cargos claves como la secretaría general, la secretaría de profesionales y técnicos, dos secretarios ejecutivos y un vocal en el comité ejecutivo de la FUTPV. A partir de ese momento, la arremetida del régimen de Hugo Chávez y de su sicario laboral Rafael Ramirez Carreño en nuestra contra se hizo más intensa, impidiendo nuestro acceso a las áreas petroleras y a nuestros puestos de trabajo. Es una lucha de David contra Goliat, nos enfrentamos al monstruo y no hemos abandonado la batalla por el respeto a nuestros derechos laborales.
En octubre de 2009, nos excluyeron de las negociaciones de la contratación colectiva petrolera entre PDVSA, FUTPV, sindicatos de base, y el Ministerio del Trabajo, desconociendo el mandato de los trabajadores que nos eligieron para representarlos en esas discusiones. Allí empezó nuestro enfrentamiento con quien llegó de la mano de Chávez y de Rafael Ramírez Carreño a la presidencia de la FUTPV, Will Rangel. Rangel siempre ha acatado las órdenes emitidas desde Miraflores y desde el piso 16 de la Campiña. Con Wills Rangel, el régimen se aseguró de tener el peón ideal para darle un golpe mortal al sindicalismo petrolero independiente, una tarea que no logró por la vía electoral.
La alianza Chavez-Ramirez-Rangel, ayudados por los mercenarios cubanos, tuvo resultados nefastos y caóticos para la industria petrolera en general, en un afán de destrucción que ha continuado con Nicolás Maduro y los invasores rusos, chinos e iraníes.
Hemos pasado de ser un importante país productor y exportador de petróleo, a importador de crudo iraní. Nuestra capacidad de refinación nacional cayó desde 1,3 millones de barriles de crudos nacionales a un procesamiento intermitente de 200,000 barriles diarios de crudo importado de Irán. Todas las propiedades de PDVSA se perdieron y se hipotecaron. La infraestructura de apoyo a la producción y comercialización de petróleo está destruida, desde mucho antes de las US sanciones. La destrucción de la industria petrolera tiene nombres y culpables entre ellos los gerentes militares que son parte del saqueo desvalijando instalaciones para traficarlas como chatarra.
Los trabajadores petroleros fuimos las primeras víctimas de esta destrucción. Nuestro fondo de ahorro y de pensiones fueron desvalijados, nuestros planes sociales de salud y vivienda fueron eliminados, el contrato colectivo fue debilitado, los sueldos y salarios fueron envilecidos por la corrupción, la inflación y la mala gerencia. Los dirigentes sindicales no afectos al régimen están presos o en el exilio. Más de tres mil trabajadores petroleros han fallecido por falta de asistencia médica. Decenas de trabajadores petroleros han muerto en accidentes, explosiones o incendios porque las normas y controles de seguridad han desaparecido. En Agosto se cumplen 10 años de la peor tragedia que ha ocurrido en la industria petrolera nacional, la explosión de Amuay, el antes y el después, el punto de inflexión de PDVSA y de toda la industria petrolera y gasífera nacional. Todo esto ha ocurrido, desde la llegada de este régimen opresor a Venezuela y con el acompañamiento de seudos dirigentes sindicales encabezados por el clan de Wills Rangel.
Me han solicitado un pronunciamiento sobre la situación de la FUTPV. A través de este escrito dejo clara mi posición:
La FUTPV desde el 01 de octubre del 2009 dejó de ser una institución sindical para convertirse en un ente anti trabajadores, en una pieza del ajedrez para aniquilar al movimiento sindical, con operadores en todo el país que garantizan el plan cubano de empobrecimiento y destrucción de PDVSA, de muerte y desolación. El grupo que encabeza Wills Rangel es corresponsable y ejecutor de tal destrucción.
La situación de la FUTPV no se arregla con elecciones “internas”, eso no existe, ni existió en 2009, ni mucho menos ahora en la situación de Venezuela, donde el Estado de Derecho fue aniquilado, donde la Constitución Nacional y los convenios internacionales se negocian en conciliábulos o diálogos entre las partes. Quienes hoy gritan “fuera Wills Rangel” son los que unos meses atrás, (por órdenes emitidas desde Miraflores y con el acatamiento de Rangel y su grupo), emitían órdenes a las inspectorías del trabajo para que intervinieran sindicatos. Manuel Páez es un peón de Rangel, es un infiltrado en el movimiento sindical petrolero, que se hizo presidente de la comisión electoral nombrada en 2016 por el propio Wills Rangel, además de José Bodas, y Argenis Olivares y cuyo primer objetivo era no permitir la participación de Iván Freites en esas elecciones, e incluir ilegalmente a más de 27 mil personas que no son trabajadores petroleros en los listados de votantes.
A Manuel Páez, quién intentó comprarme para votar en contra de Wills Rangel, le digo: usted es un delincuente y un agente dañino y ajeno al movimiento sindical venezolano. Conmigo se encontraron con la dignidad y los principios y la defensa irrestricta de nuestra Venezuela, de nuestras familias y de nuestros compañeros trabajadores. Mi posición es muy clara, los culpables de la tragedia de la FUTPV, de su condición de institución perdida, del manejo oscuro de sus bienes y finanzas, son su presidente Wills Rangel, el secretario general José Bodas y su tesorero Argenis Olivares, quienes más temprano que tarde deben rendir cuentas por todo lo ocurrido con nuestra principal Federación sindical.
No acepto que se pretenda culpabilizar a trabajadores de la FUTPV de todo lo que ha ocurrido y sigue pasando, mi solidaridad con estos humildes trabajadores, desde el vigilante hasta el administrador, quienes no ganan ni para pagar el pasaje en bus hasta nuestro edificio administrativo en Caracas, humildes trabajadores petroleros que se han mantenido en sus puestos a pesar de toda esta arremetida descrita, a ustedes mi irrestricto apoyo y el de todo nuestro equipo nacional e internacional, pronto nos reencontraremos en una Venezuela libre y juntos iniciaremos su reconstrucción y recuperación.
Secretario de profesionales y técnicos FUTPV – Secretario general del SUTPGEF.