La nueva “la marea rosada” de presidentes populistas de izquierda traerá cambios en lo internacional. Entre ellos está planteado el revivir instituciones multilaterales venidas a menos como UNASUR y la CAN. En esto, ¿Cuál será la posición del régimen de Maduro?
El triunfo de Gustavo Petro en Colombia viene a consolidar el ascenso de gobiernos populistas de izquierda en Suramérica, lo que va a provocar importantes cambios en el ámbito internacional y en la posición de Venezuela
No se trata solamente del anuncio de Petro de restablecer las relaciones con Venezuela, las cuales, por cierto, van a proceder de una manera pausada y no de forma estrepitosa como pudiera haberse esperado; se trata del impacto que este hecho tendrá en Suramérica, en especial en la reedición de viejas instituciones multilaterales regionales venidas a menos como, UNASUR y la Comunidad Andina (CAN), de las cuales Venezuela es o ha sido parte, para no hablar de la CELAC ni de la política que seguirán en la OEA.
UNASUR y la CAN fueron liquidadas por el castrochavismo, la primera, aunque creada por ellos, entró en coma durante el período Maduro, entre otras cosas, por la orientación izquierdista del organismo internacional, que hizo que la mayoría de los gobiernos la dejara. Ahora la inclinación de las nuevas administraciones de los países suramericanos podría facilitar revivir una UNASUR que ha estado desahuciada.
En cuanto a la CAN, esta fue bombardeada por Chávez, quien sacó a Venezuela de su mercado regional natural acusándola de estar vendida a los EE.UU., y corrió al país para el Mercosur; de donde finalmente fue expulsada formalmente por violar el protocolo de Ushuaia (ruptura del orden democrático), donde además no cumplía con las normativas comerciales de este mercado común.
Si la intensión, como se ha dejado ver, de la nueva camada de presidentes populistas de izquierda es revivir estas instituciones, hay que preguntarse: ¿cuál será la posición del régimen de Maduro, en este respecto, más allá de la retórica? ¿Podrá la Venezuela de Maduro asumir compromisos serios en el ámbito internacional, no solo en cuanto al respeto de los derechos humanos, sino al comercio regional? En fin, ¿Podrán revivirse estas organizaciones multilaterales?
Mucho se le perdonó a la Venezuela chavista en el Mercosur, pues el despilfarro de los petrodólares venezolanos movía una importante parte de la economía y la política regional, pero ahora que Venezuela es pobre esto parece más difícil.
La prueba de fuego en lo económico será la restitución del comercio con Colombia, y uno de los dilemas claves será si esto se dará en lo estrictamente bilateral o dentro del marco de la CAN. Además, con la probable vuelta de Lula a la presidencia de Brasil, ¿volverá Venezuela a la CAN o al Mercosur con el apoyo de un Brasil presidido por el fundador del Foro de São Pablo?
Restituir lo que el castrochavismo tuvo en el pasado será una tarea difícil, pues, muchas cosas han cambiado. Otrora ellos contaban para su articulación y funcionamiento con lo zamarro de Fidel, la robustez de Lula y, los petrodólares y carisma de Chávez. Ahora solo podrán contar con la esperada vuelta de Lula da Silva al poder en Brasil. Ya veremos si se cumple lo dicho por Cervantes, en boca de Don Quijote: “Nunca segundas partes fueron buenas”.