1) El duro despertar de la Venezuela de fantasía, la utopía se transmuta por el dólar y el mercado.
Venezuela ha vivido los últimos veinte y tres años (23) en la isla de la fantasía, el caballero hidalgo, el Don Quijote latinoamericano que enfrentó siempre a los gigantes molinos de viento que, practicó la diplomacia del micrófono, del carrito chocón que, cerró canales de relación y comunicación con la comunidad mundial, opuesto a la propiedad privada, a las visiones competitivas y de mercado que, ha construido un estado sobredimensionado, clientelar, populista, negado al proceso de descentralización y transferencia de competencias al poder local, hoy sale con la buchaca a solicitar limosna, a exigir la solidaridad de los colectivos sociales del mundo entero, “El Avión, El Avión”.
Venezuela es el país de América Latina con menor desarrollo municipal (menor número de municipios y con mayor población en cada uno de ellos, por ende el menos participativo), un “estado” con profundas debilidades institucionales, déficits democráticos, con muy precarias capacidades gerenciales y administrativas, al punto que su más importante industria, la estatal petrolera PDVSA, presenta graves fallas estructurales, operativas que la han llevado a disminuir su producción y capacidad de generación de recursos, con el agravante que él estado mono productor y rentista depende es su casi totalidad de ellos.
En el año 1998 la producción petrolera alcanzaba los tres millones 167 mil barriles diarios, el presupuesto nacional de ese año era de mil trescientos veintidós millones de dólares ($1.322.346.564,0), a pesar de ello la economía de Venezuela se contrajo durante este año (1998) en un 0,7 por ciento, debido al impacto que implicó del desplome de los precios del petróleo en el mercado mundial, el comportamiento recesivo de la economía del país estuvo relacionada con un entorno económico mundial negativo y una importante desaceleración (recesión, crisis cíclica a la baja de las actividades comerciales, de los precios de las materias primas, de la productividad y la economía global).
El barril promedio de exportación de Venezuela cierra en 1998 en, diez con setenta y seis dólares, mientras que en 1997 se vendió en 16,33 dólares, lo cual significó una importante caída de los ingresos nacionales, la inflación anual en el año 1998 en el país alcanzó alrededor del treinta por ciento (29,6%) y el PIB venezolano quedó situado en el equivalente a 106.560 millones de dólares. La existencia de un entorno económico recesivo y negativo en el país implicó que, en las elecciones presidenciales efectuadas ese mismo año (1998) resultará triunfador Hugo Chávez Frías, el cual encarnaba para ese momento todas las esperanzas de cambio en la sociedad venezolana.
Luego de siete años consecutivos combinando recesión (Caída del PIB) y alta inflación (2014-2021), La Ley de Presupuesto, aprobada por la asamblea nacional para el año 2022, estimó un monto de 62.379.454.806 Bs. digitales ($13.457.479.517,0), trece mil cuatrocientos cincuenta y siete millones de dólares al cambio oficial vigente. Según datos del BCV, la inflación interanual (mayo 2021-mayo 2022) fue del 151 % y la tasa acumulada este año llegó al 34,3 %. Venezuela cerró junio (2022) con una producción de 727.000 barriles diarios, de acuerdo con las cifras de la OPEP y El precio del petróleo venezolano (mezcla Merey, la referencia venezolana dentro de la cesta OPEP) promedió $92,25 por barril en junio de 2022.
El salario mínimo en Venezuela pasó de ciento setenta y seis dólares ($176) ciento veinte mil (120.000 Bs) en 1998 a ser en el año 2022, previa la eliminación de 14 ceros a la moneda, de 130 Bs. Digitales mensuales, alrededor de veintidós dólares ($21,13) al tipo de cambio actual (6,10 Bs x $). El salario del sector público más bajo del continente y para el sector privado la media del salario mínimo es de ciento cincuenta dólares mensuales ($150), afortunadamente “gracias” a la emigración forzada de los grupos etarios en edad productiva y de mejor formación del país, para el cierre del año 2021, las remesas de los migrantes han alcanzado USD 3.500 millones de dólares, monto que equivale a 5% del PIB de Venezuela.
2) América Latina deriva hacia la izquierda y Venezuela le dice adiós al Socialismo del Siglo XXI.
El presagio del Fin de La historia, en las tierras de Macondo se convirtió en farra y bochinche, las profundas desigualdades, la corrupción, las debilidades productivas, el modelo extractivista y las grandes asimetrías existentes en las sociedades americanas, plantea siempre el reto de los dos Nogales (Porque Fracasan Las Naciones) y las caravanas de migrantes avanza de manera suicida hacía los EEUU, a la Europa del bienestar en la búsqueda de alcanzar el anhelado sueño americano que en sus países nativos es cada vez más difícil de lograr. El 7 de marzo de 2019 ocurre el Gran Apagón y de las entrañas a oscuras de una sociedad famélica, de manera espontánea en Venezuela emerge la dolarización de la economía como la gran y única solución.
Sólo Nicaragua, Cuba, Venezuela y ahora Perú se aferran al sendero luminoso de la gran revolución mundial, a las enseñanzas del decrépito viejo Marx. Los fantasmas nunca mueren, pero la “doctrina comunista” en la Rusia de Putin, en la China de Xi Jinping tiene hoy heterodoxas visiones y concreciones. La era de las galaxias, de la globalización, de la ingeniería genética, de la nanotecnología, de las nuevas complejidades, del internet de las cosas y el #5G. Luego de la pandemia mundial (Covid19), padeciendo la realidad del cambio climático y, cómo una consecuencia de la invasión rusa a Ucrania, obligan al mundo a importantes transformaciones, lo somete a duros ajustes para intentar incorporarse a las realidades del Siglo XXI.
3) 23 años (1998 – 2022). Quebraron el país y la nación se vende como Chatarra.
En un debate en la asamblea nacional, de mayoría oficialista, el inefable diputado Pedro Carreño reconoce que el instructivo de la #ONAPRE es la gran muralla para defender los privilegios del PSUV, “se acabaron los reales, son tiempos de sacrificios y ajustarse los cinturones, las políticas sociales y laborales están obligadas a reducirse, para poder garantizar los sueños del comandante eterno y del Gran presidente Obrero”.
Por ahora, se lamentan los “revolucionarios del socialismo siglo XX”, el modelo liberal gana y la revolución tomará un descanso, nos ajustaremos a las realidades económicas del mercado mundial, pero eso sí, vocifera el presidente de la asamblea nacional, diputado Jorge Rodríguez, no negociaremos con nadie, permitiremos la libre importación y rematamos lo que sea necesario para sobrevivir. Los privilegios de la cúpula están en juego y por supuesto no los sacrifican, será el bravo pueblo, cómo siempre el que pague los platos rotos.
Aspiran chulear, como siempre han hecho los cubanos, a los gobiernos aliados de la izquierda en el continente, en el mundo y mantenerse indefinidamente en el poder, pero la pirámide de Maslow, la dura realidad de la economía y de la historia determinarán el curso de los acontecimientos, hasta ahora las carencias, malas estrategias y políticas de los “sectores de oposición” les han allanado el camino y permitido obtener” grandes Victorias” a pesar de sus contundentes fracasos en las áreas económicas, de la salud y la educación, en medio de un profundo y significativo rechazo, pero ahora “Sin Real y Sin Pueblo”, las cosas pueden ser diferentes.
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