Al llegar la mitad de temporada de las grandes ligas, se supo que Venezuela lograba acumular cien peloteros activos en las 30 franquicias u organizaciones peloteriles de esta exigente liga. Hecho que corrobora a nuestro país como el segundo mejor exportador de atletas en esta disciplina, después de la Republica Dominicana.
En 1939 cuando Alejandro el Patón Carrasquel hizo su incursión con los Senadores de Washington, quién se hubiera imaginado, todo el talento que evolucionaría en materia de béisbol en nuestro país y todas las conquistas que llenan de grandeza nuestro deporte. En este mismo 2022 hemos podido observar una hazaña histórica, un hijo de estas tierras ha ingresado en el club inmortal de bateadores con 3.000 o más hits, hecho alcanzado tan solo por 32 peloteros antes del nuestro Miguel Cabrera.
¿Pero a qué se debe este crecimiento?, ¿es nuestra tierra fértil para el nacimiento de Big leaguers?. Observemos con detenimiento a que se deben tales hechos y como ha ido cambiando el camino y las oportunidades de estos atletas, en su formación.
Hasta 1990, Venezuela tenía organizaciones y semilleros donde se iban formando glorias beisboleras, debemos hablar de ligas amateurs muy competitivas y una liga profesional que nació en 1945 luego de que un equipo amateur se alzara en años previos (1941 y 1943) con grandes honores en los campeonatos del mundo frente a la rankeada selección Cubana.
En 1962 de la mano de sus fundadores Luis el Loco Zuloaga (ex – pelotero) y el empresario José del Vecchio se crea la organización semillera Criollitos de Venezuela, quién ha sido un baluarte en la siembra y formación de nuevos peloteros, siendo un hito esta organización para el béisbol venezolano. Para el mes de febrero de este año cumplieron 60 años y en las últimas décadas han tenido que competir contra otras organizaciones de mayor fuerza económica y con intereses monetarios. Los últimos indicadores que se manejan de esta organización deportiva, datan de 2018 antes de la pandemia del covid-19, donde recibieron y realizaron inscripción por 50.000 peloteritos, al igual que lograban realizar 46.000 encuentros o partidos de beisbol por año, considerando todas las ligas y categorías que la comprenden.
Sin embargo, los Criollitos han perdido presencia, debido a que cada año ha ido desmejorando sus fuentes de financiamiento y patrocinio y con ello su funcionabilidad. Gran historia para esta organización con la emisión de mundialitos de béisbol en donde llegaron a participar siendo niños, jugadores como Omar Vizquel, Pablo Sandoval Y Salvador Pérez.
En 1990 se funda la primera academia de beisbol en nuestro país, proveniente de una equipo de grandes ligas “Los Astros de Houston” y con la llegada de esta se fueron incorporando 22 escuelas o academias más para un total de 23 de 30 equipos que existen en las grades ligas. El impacto de la operativa en el país de estas organizaciones fue tan esencial para el crecimiento del beisbol en Venezuela, que desde 1939 hasta 1990, nuestro País solo había consolidado 50 jugadores en las grandes ligas y partir del boom de las academias se fueron integrando más de 350 jugadores a la cúspide del beisbol organizado de los EEUU.
Desafortunadamente para el país desde en el año 2002 nuestro país entro en una crisis políticas y se agravo en 2014 cuando llegó la crisis de económica y de escasez de productos alimenticios, que produjo la salida de la gran mayoría de estas academias de béisbol de Venezuela, al punto de solo quedarse en funciones 4, pertenecientes a los equipos Filis de Filadelfia, Tigres de Detroit, Cachorros de Chicago y Rayas de Tampa Bay, pero que también terminaron de huir del país una vez que el anterior presidente de los Estados Unidos Donald Trump prohibiera a las compañías americanas, toda inversión en nuestro país, como quien dice por ahí pues, “otro logro de la revolución”.
Imaginemos nada más la cantidad de empleos que generaba una sola de estas academias, incluso al despedirse la academia de los Marineros de Seattle lo hicieron para mudarse a un complejo deportivo que construyeron en la Zona de Boca Chica en la República Dominicana, con un costo de inversión de 7.5 millones dólares, sede deportiva que en su momento se debió construir en nuestro país, porque ese era el proyecto inicial de este equipo.
A pesar de los pesares, y de que nos quedamos sin grandes operarios extranjeros, para seguir la producción de jóvenes promesas, pero en razón de que este país ya tiene décadas de beisbol en su ADN y data desde 1895 cuando se sembró por primera vez el juego de pelota en Venezuela, siguen naciendo peloteros y por ello ha llegado una gama de nuevas oportunidades surgiendo otras academias, unas con mayores recursos que otras pero siempre con el mejor espíritu de formación ya que la competencia es fuerte. Se calcula que en Venezuela existen actualmente más de 200 academias de béisbol y que cada día nuevos persona amantes de este deporte se aventura en la creación de una escuela, incluso tenemos el honor de que peloteros retirados como Bob Abreu, Cesar Isturiz, y otros ligados al gobierno de Venezuela como Carlos Guillen, apuesten a invertir en complejos y sedes deportivas para seguir apoyando el talento que si existe y que no para en Venezuela.
Porque aprendimos a amar y disfrutar este deporte, es que Venezuela siempre será una opción de consulta a la hora de firmar prospectos.
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