Una misma presencia bendice y expone, pero cómo es posible algo así. Acaso una fuente de bienestar puede constituirse medio de confrontación al mismo tiempo, pues yo diría que sí. Esto me hace pensar en el ejemplo de los padres, quienes tienen un discernimiento bien desarrollado con sus hijos, parecen saber que algo pasa, cuando las cosas no están del todo bien. Los mismos se constituyen una de las mayores fortunas que una persona puede tener, animan en tiempos de agotamiento o desgaste, consuelan en momentos difíciles, pero también confrontan como nadie, en momentos de ceguera o altivez. Son elocuentes aun con muy pocas palabras, y en ocasiones, dicen más de lo que se quiere escuchar, pero en la mayoría de los casos anhelan el bienestar de sus hijos.
Una imagen invade mi mente, territorios vecinos que aparentemente se ven expuestos a condiciones ambientales similares, y a pesar de ello, uno de los dos suele ser más bendecido en todo que el otro, en donde la desgracia impera o la propensión a sucesos fatídicos parece ser la norma. Y de repente, se cree que el mismo sol fuente de vida cálida para unos, resulta ser gravoso e irritante para otros. Será que su brillo y esplendor lo evidencia todo, exponiendo lo que es justo e injusto, ahuyentando las tinieblas como si fuesen furtivas de la ley, u obligando a todo a dar frutos a su paso.
La confrontación es parte del cambio, se es confrontado con el error para establecer la necesidad de una permutación, se presenta la enfermedad para restituir la salud y mejorar conductas o hábitos insanos. El dolor se despliega para ejercitar la resistencia y el desamor te promueve a la libertad de vivir una nueva oportunidad para amar y ser amado. Entonces, el mismo sol que solivianta a unos, promueve el crecimiento de otros, dichosos los que consiguen comprender y aprovechan la oportunidad, no habrá vergüenza para ellos y su bienestar va en aumento.
Si la actitud es la que condiciona el efecto de la fuente, entonces rendir homenaje a la fuente a pesar de nuestra óptica estacional, podría ser una forma ataviada de enfrentar las oportunidades divinas. En estas reflexiones te comparto el concepto de Dios como una fuente donde hay profunda bendición, pero como un padre, hará intervenciones oportunas de evidente confrontación, no para lastimar, sino para hacerte más fuerte, mostrarte tu capacidad y limpiar tu camino. En diversos momentos el entorno se volverá hostil y fútil pero mostrara tu esencia, lo que va bien y lo que se debe mejorar, darle valor a eso puede ser un arte que revele tu propia estética de pensamiento.
Todo lo expuesto será útil, bebiendo de la fuente propia de cada individuo con Dios, para no malgastar los días de energía disponibles, que el vigor y los esfuerzos discurran en casas ajenas, y que no se halle contentamiento en el final de los días; sean estos embebidos en canas y experiencias, o fugaces de ímpetu jovial o desenfreno febril. Encomiásticos aquellos que dan de que hablar, porque una misma estrella les irrita y promueve a desarrollar turiones de bienestar. No se amilanan con facilidad y se humillan ante Aquel que les mira con bondad.
@alelinssey20