Pese a la masa de sanciones y fallos, tras una gerencia mediocre por el lapso 2013-16, conocidos, sobremanera, circunstancias que estriban sobre este activo, talla mayor de Venezuela en el exterior, filial de PDVSA; no por azar, esta refinería incrementó, durante el primer trimestre de este año, sus ventas en EEUU y hacia Latinoamérica en un orden de casi un 61 por ciento, de lo que logró, según informaciones propias, una utilidad o ganancia neta equivalente a unos 245 millones de USD, que representó un incremento superior a un mil por ciento, al cotejarlo con unos 21 millones de USD del IV semestre 2021, así como un viraje de rumbo frente a la pérdida de unos 180 millones de USD para el mismo lapso, durante el pasado año.
Aun cuando a corto plazo persisten incertitudes claves en el mercado energético, “confiamos en que a través de operaciones confiables y seguras podríamos continuar ofreciendo un suministro constante de combustibles a nuestros clientes en los mercados de América del Norte y Sudamérica”, precisó el ingeniero Carlos Jordá, presidente de la misma, a fin de “ posicionar operativa y comercialmente a CITGO y, así, beneficiarse de las mejores márgenes de la refinación, oportunidad que ofreció este trimestre”.
En efecto, tal provecho se extrapola en la ganancia histórica de unos 1531 millones de USD durante el segundo semestre del presente año, a lo que coadyuvó la utilidad neta de unos 1286 millones de USD durante el II trimestre de este año, según el presidente de su junta directiva, ingeniero Horacio Medina.
Viene a colación, el fracaso de Monómeros Colombo-Venezolanos, S. A., filial de Pequiven, con sede en Colombia, que gracias a los arribistas de oficio, por quienes los postulables quedan sesgados y, quizá, a disposición de intereses no deseables, dicha empresa sufrió el punto de inflexión ya conocido, en desmedro del interinato.