El mundo cada vez está más polarizado. Las diferencias entre sus habitantes, en vez de respetarse, aceptarse y celebrarse (sí, celebrarse, un mundo de gente igual sería infinitamente fastidioso), se hacen mayores cada día que pasa. La intolerancia se abre paso y se impone. Se forman grupos que se autodenominan “normales” para excluir a quienes no son iguales. ¿Y por qué? Porque -supuestamente- los “normales” son ellos.
¿Qué significa “normal”? Acudamos al diccionario de la RAE:
1. adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural.
2. adj. Habitual u ordinario.
3. adj. Que sirve de norma o regla.
4. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.
Lo contrario de la normalidad es lo “anormal”. Volvamos a la RAE:
1. adj. Que accidentalmente se halla fuera de su natural estado o de las condiciones que le son inherentes.
2. adj. infrecuente
3. m. y f. Persona cuyo desarrollo físico o intelectual es inferior al que corresponde a su edad. Usado frecuentemente como insulto o en sentido despectivo.
En 2014, la Fundación 100people.org realizó un estudio donde llevaba el mundo actual, con sus 7.400.000 millones de habitantes, a una escala de 100 personas. ¿Cómo sería el mundo si solo hubiera 100 personas? Los resultados son interesantes, cito algunos:
50 serían mujeres, 50 serían hombres. De ellos, 25 serían niños, por lo tanto, habría 75 adultos, 9 de los cuales tendrían 65 años o más. 60 de ellos serían asiáticos, 16 africanos, 14 provendrían de las Américas y 10 de Europa. En cuanto a las religiones, 31 serían cristianos, 23 musulmanes, 16 serían agnósticos o ateos, 15 serían hindúes, 7 budistas y 8 personas practicarían otras religiones.
Vamos con las lenguas: 12 hablarían chino, 6 español, 5 inglés (sí, más personas hablan español que inglés), 4 hablarían hindi, 3 árabe, 3 bengalí, 3 portugués, 2 en ruso, otros 2 en japonés y los 60 restantes hablarían otros idiomas.
86 sabrían leer y escribir, 14 no. 7 tendrían un título universitario y 40 tendría una conexión a Internet.
78 personas tendrían un lugar donde albergarlas del viento y la lluvia, pero 22 no.
1 estaría muriendo de hambre, 11 estarían desnutridos y 22 tendría sobrepeso.
91 tendrían acceso a agua potable segura y 9 personas no tendrían agua limpia y segura para beber.
De manera que el concepto que la mayoría tiene de “normal” cambia radicalmente. Porque en este supuesto mundo de 100 personas, lo “normal” (la norma) sería ser hombre o mujer, asiático, adulto, menor de 65 años, cristiano, parlante de un idioma distinto a los considerados más hablados, sin título universitario y sin conexión a Internet.
Cuando mi hija y yo visitamos pueblos de la China profunda, éramos las únicas occidentales y había gente que jamás había visto un occidental de carne y hueso. Las “anormales” éramos nosotras, aunque nos trataron muy bien y muchos se tomaron fotos con nosotras. Desde otra óptica, si pensamos en la Alemania de los años 1932 a 1945, lo “normal” era ser nazi. ¡Qué horror!
De manera que, antes de asociarse a un grupo que segregue a otros por ideas, raza, edad, orientación sexual, religión, educación y otras categorías, empiece por preguntarse qué es lo “normal”. Le aseguro que se sorprenderá.
Lo “normal” debería ser no discriminar. Los niños no discriminan… aprenden a hacerlo en sus casas. Y como dice una popular canción de Bobby McFerrin, “Don´t worry, be happy”. Mejor no preocuparse por lo que hagan, piensen o cómo actúen los otros, vivir la vida intensamente y tratar, en la medida de lo posible, de ser felices…
@cjaimesb