Desde la antigüedad existió la esclavitud como la forma más común para adquirir mano de obra accesible, con el fin de lograr el desarrollo económico de las sociedades. Al iniciarse y efectuarse la conquista de los pueblos americanos por las potencias europeas, empezó un éxodo de cautivos del continente africano a las nuevas colonias. El trabajo de ellos en esos tiempos eran tareas en plantaciones y además las funciones como pajes en los niños y niñas, hasta ocupaciones como esclavos, los cuales los entrenaban en faenas con el objetivo de otorgar emolumentos de su trabajo para dárselos a sus amos.
La esclavitud en la América colonial se inició en 1640 en el dominio de Jamestown en Virginia en Estados Unidos por parte de los colonos ingleses. Sin embargo, antes de esa fecha como política, la esclavización y la deportación de los nativos americanos habla sido adoptada por los europeos. En 1610, hay información que indican la práctica de someter a los originarios americanos y las Guerras Pequat de les Colonias de Nueva Inglaterra (1636-1638), originaron la victoria colonial, el avasallamiento y deportación de los habitantes de la tribu Pequat. Los españoles y portugueses habían introducido esas transgresiones humanes en América antes del arribo de los ingleses.
En el imperio americano la esclavitud estaba esparcida en las tribus indígenas. Practicaban una serie de abusos como: esclavizaban a los capturados en incursiones, guerras, se intercambiaban de de un grupo étnico a otro por distintos motivos, pero en ese tiempo no existió un comercio de esclavos propiamente dicho. Al llegar el Navegante Cristóbal Colón en 1492, la esclavitud se institucionalizó en el continente americano. Al colonizar los ingleses a Norteamérica (1607 – 1733), el cautiverio se afianzó y tuvo como base la raza. Era común que los naturales del hemisferio los estimaban como esclavos y los vendían a los dueños de plantaciones en las Indias Occidentales, mientras los oprimidos africanos se importaban. Esta operación se llamó como el Comercio Triangular entre Europa, África Occidental y América. El movimiento abolicionista, tuvo cierto auge antes y después de la guerra de la Independencia de Estados Unidos (1775-1783). Pero fue en el siglo XIX cuando hubo esfuerzos concertados para acabar esa práctica inhumana.
En el proceso emancipador de Venezuela en vista de la generalización de la servidumbre, El Libertador Simón Bolívar se constituyó en el símbolo y gran impulsor de la erradicación de la esclavismo en su patria. En varias oportunidades incentivó y ejecutó su vocación humanitaria y social para desterrar esa crueldad social existente para entonces. En 1816 al llegar al oriente del país procedente de Las Antillas, arengó para suprimirla. En 1819 en el discurso ante el Congreso de Angostura expuso su anhelo y mandato para extirparla. Pero como era de esperar, se intención compasiva no tuvo la aceptación ese momento, en vista de los intereses de la clase política y de los terratenientes poderosos que explotaban a todo dar a los esclavos. En 1821, en el Congreso del Rosario en Cúcuta insistió en su derogación. De nuevo fue descartada su determinación de liberar a los cautivos del dominio de los poderosos de la época. Finalmente en el mandato del presidente José Gregorio Monagas, el 24 de marzo de 1854 por ley del Congreso de la República de Venezuela suprimió completamente el esclavismo en el país. De esa forma se resarció los efectos negativos de un vergonzoso y trágico hábito antihumano en desmedro de los sectores más menesterosos.
Con motivo de rememorarse el aniversario de la insurrección de los habitantes impuestos a la esclavitud en 1791 en Saint Dominique en la Isla de La Española cerca de Haití y República Dominicana, la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), proclamó el 23 de agosto como el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición, en la Resolución 29/140.
Al recordar un aniversario más de tan preclara conquista social de los subyugados a la aberración de la esclavitud, pedimos al Todopoderoso para desarraigar esas prácticas anormales e inhumanas y así eludir que vuelvan a existir.