Un tribunal de Washington sentenció la procedencia de continuar con la ejecución de un fallo dictado por el tribunal de arbitraje CIADI en un juicio plagado de causas de nulidad imputables a Maduro que sospechosamente no han sido debidamente reclamadas por los procuradores nombrados por Guaidó.
En ese CIADI se han tramitado y aún se tramitan una marejada de procesos incoados por compañías extranjeras en reclamo de daños y perjuicios que les ocasionaron las abusivas expropiaciones que dictó Hugo Chávez. En esos procesos Maduro ha mantenido contratado a un bufete de abogados de Argentina así como lo hace Guaidó con escritorios norteamericanos, como si en Venezuela no los hubiera. Eso ha sido un incontrolado sumidero de millones de dólares sin resultados favorables al país. Todo ha sido un despilfarro.
De esa hecatombe judicial ahora destaca el caso de la empresa petrolera ConocoPhillips que obtuvo un fallo a su favor por 8 mil 700 millones de dólares que el abogado de Guaidó no lo atacó por la causa de nulidad que contiene y la cual es obvia, demoledora, como es el hecho de quien ejerció la representación judicial del país en ese juicio desde febrero del 2013 en adelante fue una persona sin la investidura que la constitución requiere en sus artículos 247 y 248, es decir, no lo hizo el Procurador sino un encargado que allí dejó Cilia Flores.
El procurador de Guaidó, José Ignacio Hernández, nunca alegó ese vicio del proceso, ni mucho menos estableció que a partir de la renuncia de la Flores nos quedamos sin Procurador y que quien actuó en esos juicios, Reinaldo Muñoz Pedroza, no tenía cualidad, y esto significa que la demandada República Bolivariana de Venezuela nunca tuvo representación legal por lo que se le violó el derecho a la defensa.
Ya producida la mencionada sentencia tanto el Procurador de Guaidó como el usurpador de Maduro, actuando por separado pero con idénticos razonamientos, señalaron que la sentencia contenía un error de cálculo y pidieron que se corrigiera, la empresa aceptó y entonces la condena de sedujo en algo más de 200 millones quedando entonces en 8.500.000 millones. El Procurador de Guaidó celebró esa rebaja como una victoria y con lo cual perdió la oportunidad de demandar la nulidad de todo el proceso con el alegato de que en el mismo no tuvo representatividad legal la demandada República Bolivariana de Venezuela, esto porque tal representación la ejerció una persona que no tenía la cualidad de Procurador General sino que era -y es- un “Encargado”.
Este Procurador de Guaidó al ver las críticas que públicamente le hice por ese grave error introdujo una solicitud de nulidad la cual está pendiente de decisión, pero sin duda eso es un fracaso anunciado por dos razones: 1) la causal de nulidad invocada es “inconsistencia numérica” que es lo mismo que un error de cálculo, materia ya decidida en la incidencia anterior cuando pidió y le dieron la antes comentada rectificación numérica y consiguiente rebaja de la condena 2) Entre las causas para demandar la nulidad de un fallo del CIADI no está esa de “inconsistencia numérica de la decisión”.
Nicolás Maduro ha reaccionado colérico culpando a Guaidó de ese desastre como si él no tuviera que ver en el mismo, que sí lo tiene, pues en primer lugar el causante de toda esta tragedia fue Hugo Chávez con sus abusos expropiatorios. Luego, bajo responsabilidad de Maduro fue que se llevó la defensa durante todo el proceso, defensa que correspondía ejercerla a su mujer Cilia Flores como Procuradora que entonces era, pero que ella renunció dejando irresponsablemente a cargo a un compadre suyo, Manuel Galindo, un oscuro abogado que no tenía idea de cómo ejercer la profesión y quien a los 14 meses también renunció y le entregó el cargo a otro de las mismas características de nombre Reinaldo Muñoz Pedroza. Estos abogados fueron quienes aparecieron como los titulares de la defensa del país en el juicio sin tener cualidad legal pues ninguno de ellos fue investido del cargo como manda la constitución, además de tampoco contar con la sapiencia para hacerlo, ni la honestidad en el manejo del dineral que allí se invirtió y sobre lo que nunca rindieron cuentas.
Por su parte Guaidó contribuyó a ese desastre pues en ejercicio de la presidencia interina nombró como Procurador al antes mencionado J.I. Hernández, un abogado que, aunque poseedor de mucho conocimiento teórico no tuvo idea sobre cómo trabajar un juicio ya que nunca fue un litigante -ni se asesoró con uno- sino un académico, un literato, y en estos juicios su actividad estuvo signada por graves errores que contribuyeron grandemente a la consolidación de esa sentencia por la cual están por quitarnos a CITGO. Este abogado renunció acosado por las críticas que incluso se han referido a delicadas sospechas sobre el manejo de dineros.
Luego de la azarosa gestión de ese primer Procurador nombrado por Guaidó, éste nombró a otro de similares características, Enrique Falcón Briceño, un ilustre académico, escritor de enjundiosos análisis doctrinarios, con una carrera impecable, pero que pocas veces ha estado en un tribunal enfrentando a una cuadrilla de agresivos litigantes, y eso no es cuestión de literatos sino de guerreros que vestidos de palto y corbata van a matar o a morir en ese cruento escenario del litigio. Este nuevo Procurador siguió en la misma ruta de su antecesor apañando y defendiendo sus errores, sus mentiras. Últimamente se puso agresivo con los diputados de la AN acusándolos de irresponsables porque no le aprobaban los millones de dólares que está pidiendo para seguir con la misma bobería de invertir recursos en grandes bufetes que no han ofrecido ni un mínimo resultado favorable en esos litigios.
Este nuevo procurador nombrado por Guaidó está encarando la estocada final de la demandante Conoco Phillips en su imparable ofensiva por hacerse de nuestra CITGO, y lo está haciendo endiabladamente peor. El juez del caso, Carl Nichols, de la Corte Federal de Washington DC, emitió una sentencia, esa que ahora mantiene escandalizada a la opinión pública venezolana, en la que ordenó la ejecución del fallo del CIADI, fallo que es indudablemente nulo pero que tal nulidad no se ha hecho valer debidamente.
En esta reciente sentencia el juez ofreció una larga explicación sobre el abandono del proceso de parte de la representación legal de Juan Guaidó. En el fallo se citan todos los intentos frustrados de hacer comparecer a este Procurador para que ejerciera la defensa contra la demanda de la petrolera. El juez explica que la sentencia en contra de Venezuela se debió a que este procurador nunca respondió a las múltiples citaciones que se le hicieron para que compareciera a la Corte a ejercer la defensa.
Este Procurador de Guaidó trata de justificar su abulia alegando que la Asamblea Nacional no le da el dinero para pagar abogados para la defensa. Lo imagino echado en una hamaca diciendo “si no me dan la plata no voy al tribunal”. Pero él no renunció al cargo para salvar su responsabilidad, y lo cual habría sido un motivo para que la Corte paralizara el proceso mientras la demandada proveyera abogado defensor. Cuando menos ha debido presentarse ante el juez y consignar un escrito explicando las causas de su inasistencia. Él ha debido presentar un alegato defensivo invocando su cualidad de Procurador del interinato que es reconocido por el sistema judicial de EEUU y explicar razones tanto para oponerse a la ejecución, como para explicar las dificultades que quisiera esgrimir y entonces pedir una extensión de tiempos para superar ese obstáculo. ¿Por qué no lo hizo? ¿Por qué no hizo nada más que quejarse?
El TSJ exilio también es responsable
Ciertos magistrados de ese tribunal también tiene su cuota de responsabilidad en esta tragedia, por razones inconfesables han frustrado el camino planteado en una vía clarísima que tenemos para evitar la ejecución de CITGO. Hace más de dos años hice el planteamiento específico en tres demandas de amparo que interpuse ante su sala constitucional donde hice un planteamiento concreto para atacar de raíz el problema y obtener una solución. A la fecha de hoy no se han pronunciado como sí lo han hecho en otros casos. Estos también tienen responsabilidad en este crimen contra Venezuela.
Después ampliaré detalles.
Resumen: Maduro, Cilia Flores y sus encargados, Guaidó y sus procuradores, ciertos magistrados, todos ellos son responsables de ese desastre.
Todavía se puede.
Aún quedan posibilidades, pero el tiempo sin utilizarlas las mata. La negociación es aconsejable siempre y cuando ejecutemos un muy agresivo plan defensivo, hay que “mostrar los dientes” para obtener mejores posiciones, no seguir arrinconados como estamos. Sobre este tema vengo escribiendo hace años, incluso elaboré un listado de consejos para mejorar posiciones: “Receta para ganar juicios CIADI”.
Ver Sentencia Del CIADI Caso Conoco: https://www.italaw.com/sites/default/files/case-documents/italaw10403.pdf
Sobre la responsabilidad del TSJ exilo: https://carlosramirezl3.medium.com/denuncio-inactividad-antinacional-de-magistrados-del-tsj-exilio-436bc64335c6