Pensé escribir mis opiniones sobre algo que no haga sentir mal a los que me leen. Es decir, intenté buscar un tema que nos produjera bienestar mental y espiritual. Pero, viendo la vaina que nos ocurre desde hace más de 20 años, opté por redactar algo que tenga que ver con nuestra amada y querida Venezuela. Porque me duele lo que le sucede. Viendo y escuchando las verborreas, o como decía mi abuela Candelaria de la Concepción: “sacándose los trapitos al Sol”, de algunos jerarcas de la que nunca fue “revolución del siglo XXI”. Se acusan unos a otros. No hay tregua. “La pelea es peleando”, como mentaba mi padre Andrés. Usted los ve en los medios de comunicación de masas y ahora mucho más en las redes sociales. Acusaciones van y acusaciones vienen. Trapos al Sol es poco. Son cobijas o edredones que sacan al aire libre. No le paran bolas que sea de día o de noche, que sea en horario infantil o no. Las acusaciones de corruptela son en mayúscula. No hay silencio. Porque “el que calla otorga”, dirían algunos.
Y para su defensa, hay quienes les endosan la vaina a los 4 o 5 presidentes norteamericanos que ha tenido el imperio durante el tiempo que llevan “atrincherados” en el poder. Unos se dicen ser “chavistas” otros “maduristas”. Pero lo cierto del caso es que ambos grupos se halan de las greñas sin pudor alguno. Incluso, no les importa un comino que en nuestro país este el señor Fiscal de la CPI. Una amiga me comentaba que “si no les importa que la gente sufra los avatares del régimen, mucho menos les importa la presencia de ese Fiscal”. Y se fue sin dejarme hablar o emitir mi juicio de opinión. Como si yo tuviese la culpa por la “pelea” de algunos miembros de la cúpula “roja rojita”. Que por cierto, esta última expresión entrecomillada, es propiedad de uno de ellos (Rafael Ramírez), quien dice que sacará del poder a los corruptos que han destruido la industria petrolera. Y para colmo, aspira ser presidente de nuestra Venezuela. Dios.
La vaina no es fácil. Es decir, sálvese quien pueda. Y les digo algo, amigos míos, cuando el “combate” comienza y los protagonistas son los grandes del poder, el final de la película puede tener un desenlace transcendental para la historia reciente de mi Venezuela. De nuestra Patria. Ahora, y aquí hago un paréntesis para preguntarme ¿Y qué papel juega el Sr. Fiscal de la CPI en toda esta maraña de acusaciones y violaciones de los derechos humanos? Porque lo que ocurrió con los pensionados y trabajadores del sector público, en cuanto a la reducción (en su momento) del pago correspondiente a sus vacaciones, no me van venir con el cuento que fue una simple “estrategia” del régimen para darle base por bolas a las familias de esos trabajadores. Eso tiene un nombre: violación de los DD HH. Punto. Claro, luego enmendaron el capote. Volviendo al tema sobre las supuestas corrupciones, hay que dejar claro de que el sr RR, estuvo unos cuantos años en dos cargos de importancia y por muchos años. Presidente de la mismísima PDVSA y ministro de Energía.
Al parecer, acusan a sus respectivas familias de estar incurso en esas pérdidas de miles de millones de dólares pertenecientes a todos los venezolanos. A quien escribe este artículo de opinión, ciudadano venezolano de pura cepa, ni un dólar me han dado. Aunque pregonan que “ahora PDVSA es del pueblo”. Hágame usted el favor. Cuesta una pelota de goma un acceso a la entidad bancaria para obtener unos 50 miserables dólares. Bueno, seguimos con los “trapitos al Sol”. Se acusan de “traidores”, de “vende patria”, de “yo no fui”, “fuiste tú”, “están cantando en un tribunal de USA”, le otorgan carácter plenipotenciario al “honorable sr. de las cajas claps”, y el etc. de acusaciones de corrupción, se pierde de vista. Mientras, al menos la economía y los servicios públicos, hacen aguas. Para no meterme en profundidades porque no se nadar. Es decir, para no abordar temas que también traen cola. Por ello el título de este artículo tiene el nombre: ¿Sobre qué escribir? Y mire usted que la gama es amplia. Disculpas por el tono. Pero estoy “encabronado”. Se abre el debate.
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