Entre comienzos de los años noventa y 2020 la economía mundial vivió uno de los períodos de mayor estabilidad económica que se recuerde, con excepción de la crisis financiera de 2009, caracterizado por baja inflación y crecimiento económico, con las oscilaciones propias de las coyunturas. La pandemia de Covid19 y el conflicto de Rusia y Ucrania han cambiado el panorama mundial y actualmente se observa elevada inflación y el peligro de una recesión global. El Banco Central de Estados Unidos (la Reserva Federal) ha venido dando un giro en el perfil de su política monetaria el cual ha sido seguido por muchos de los bancos centrales de los países más importantes en la economía mundial, mediante alzas en las tasas de interés. De esta manera, el período de la acomodación monetaria que significó tasas de interés ultra bajas para estimular la economía en un ambiente de crecimiento económico, ha quedado atrás y se entró en una nueva etapa.
Muestra lo que está ocurriendo en las principales economías del planeta es ver los problemas de inflación con porcentajes muy elevados como es el caso de Alemania, con una inflación interanual que se dispara al 7,9 % en agosto y alcanza máximos de casi 50 años.
La inflación en España en agosto escaló a 10,4% con todo que la caída de los combustibles ayuda a contener los precios, y el alza de la electricidad es ahora uno de sus principales problemas. La inflación de la zona euro en agosto, vuelve a batir récord y alcanza el 9,1%.
La crisis energética y el aumento de los precios de los productos presiona sobre el nivel de vida de los británicos. Analistas dieron a conocer que la inflación de Inglaterra, podría alcanzar el 18% para 2023 con perspectivas dramáticas en invierno con el aumento de las tarifas de gas y electricidad. La inflación que se reflejó en julio en el Reino Unido, representa el nivel más alto en los últimos 40 años, al superar el 10%, con todo y que el Banco de Inglaterra ha subido las tasas seis veces desde diciembre.
En síntesis, estamos viendo el mayor incremento de precios desde principios de los años ochenta. Francia registró hasta el momento un aumento del 6,8%, Italia el 8,4%, Alemania el 8,5%, Portugal el 9,4%, España alcanzó el 10,4%, Países Bajos el 11,6% y Polonia el 15,6%, entre otros.
Volviendo al giro de la política monetaria de la Reserva Federal, reciente en la reunión organizada por la sucursal de la Reserva Federal de Kansas City, realizada en Jackson Hole, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell delineó y consolidó el nuevo curso que va tener Estados Unidos para abatir la inflación y lograr que esta se sitúe en la meta de 2% anual, la cual actualmente luce lejana. Esto significa un cambio radical en relación con el enfoque que tenía la Reserva Federal según la cual la elevada inflación fue vista hasta hace un par de meses como un fenómeno transitorio. En este sentido, el tiempo terminó dándole la razón al ex Subsecretario del Tesoro y profesor de la Universidad de Harvard, Larry Summer y a Olivier Blanchard, antiguo economista jefe del FMI profesor del MIT en cuanto a que había componentes claros que indicaban que la inflación de Estado Unidos no era transitoria, sino que más bien obedecía, entre otros elementos a un recalentamiento de la economía debido a los elevados estímulos fiscales otorgados en 2020 y 2021.
La ponencia de Jerome Powell en Jackson Hole marca un antes y un después en la política monetaria en Estados Unidos al anunciar un compromiso firme para reducir significativamente la inflación aún a costa de generar una recesión, tal cual lo hizo Paul Volcker en 1979 y 1980 cuando de un promedio de 12% anual la inflación se redujo a 3%. Ello, obviamente, va a implicar un periodo de tasas de interés más elevadas, que incluso pueden exceder la llamada tasa neutra de interés, aquella que no provoca una recesión. Citemos a Powell: “El enfoque general del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) en este momento es reducir la inflación a nuestra meta del 2 por ciento. La estabilidad de precios es responsabilidad de la Reserva Federal y sirve como base de nuestra economía.
Sin estabilidad de precios, la economía no funciona para nadie. En particular, sin estabilidad de precios, no lograremos un período sostenido de condiciones sólidas en el mercado laboral que beneficien a todos. Las cargas de la alta inflación recaen más sobre aquellos que son menos capaces de soportarlas. Restaurar la estabilidad de precios llevará algún tiempo y requiere el uso enérgico de nuestras herramientas para lograr un mejor equilibrio entre la oferta y la demanda. Es probable que la reducción de la inflación requiera un período sostenido de crecimiento por debajo de la tendencia”.
Más adelante argumentó que restaurar la estabilidad de precios va a requerir mantener una política restrictiva durante algún tiempo y en ese sentido afirmó que la experiencia indica que la relajación prematura de la política monetaria puede revertir los logros alcanzados. De esta manera, se espera que, para la próxima reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal, se vuelva a producir otro aumento de la tasa de interés de 0,75%. Al concluir el discurso de Powell los mercados bursátiles cayeron el viernes 26 de agosto y en los días siguientes, en Estados Unidos y en el resto del mundo.
Para los países emergentes este cambio en la situación monetaria tiene dos implicaciones importantes. En primer lugar, se encarece la deuda externa ya contratada con lo cual se debilita la posición de las cuentas fiscales de esos países y, en segundo lugar, se restringe considerablemente el acceso al mercado financiero internacional al aumentar el costo del financiamiento. Estos dos hechos juegan a favor de la ya notoria tendencia recesiva que se observa en muchos países, especialmente en América Latina. Para Estados Unidos ha significado entradas de capital y una revaluación del dólar, prácticamente contra todas las monedas.
@josegrasso