Recientemente, R. Ramírez anuncia su intención de postularse a las presidenciales de 2024. Al unísono desde el gobierno de maduro, aparecen acusaciones de una masiva corrupción durante su gestión como ministro-presidente de PDVSA. Acusan a Ramírez del aprovechamiento de unos $5,000 millones durante su paso por la industria. En respuesta, este último acusa a los familiares de C. Flores y al vicepresidente del partido de gobierno, de corrupción y latrocinio.
Se dieron cuenta 9 años después, que en la PDVSA de Ramírez (y Del Pino) había hechos irregulares, pero no se han dado cuenta del pantano putrefacto que apareció en la industria luego de Noviembre’2017.
Lo curioso de toda esa sucia trama es que en el documento en cuestión [cecoronel on Twitter: “¡COMIENZAN A SALIR DOCUMENTOS INCRIMINATORIOS! ¡DEL PDVSA AFFAIRE’S! Le meten los ganchos (todo arreglado) al negrito Victo Aular B. Pero, a los Vicepresidentes: Asdrubal Chavez y Eulogio del Pino quienes aprobarón junto a Rafael Ramirez el contrato de Préstamo nanay nanay 🤔 https://t.co/6tSCZ2GFuN” / Twitter], aparece inicializando con su media firma el actual presidente de PDVSA; A. Chávez, en calidad de vicepresidente. Pero solo imputan a V. Aular. La idea de la media firma en un documento, es precisamente para demostrar conocimiento, acuerdo y aprobación desde su nivel de autoridad.
Algo similar ocurrió en el caso de N. Martínez, en el cual aparecen firmando en el documento en cuestión, varios pesos pesados de la administración actual [Einstein Millan Arcia on Twitter: “Lo peor de todo es que en el acta donde se aprueba el proceso por el cual encarcelan y luego muere Nelson Martínez, firman Delcy Rodríguez, Ricardo Menéndez, Rodolfo Maquez Torres y will rangel… https://t.co/ol19t6h5b1” / Twitter].
Un Ramírez venido a menos dice engañosamente en su defensa, “que todas las operaciones (financieras de autorización de capital) necesitaban de la autorización de presidente y que el dispone de copias de los puntos de cuenta de tales aprobaciones”. Lo que no dice, es que no se trata que no lo haya aprobado el presidente, de lo que se trata es de lo que hicieron o no con esos dineros y presupuestos, una vez ya aprobados por el nivel de autoridad correspondiente. No solo en el caso por el cual se le acusa, sino de los miles de millones desaparecidos en costa afuera, la FPO, los poliductos, las importaciones y demás procesos que jamás prosperaron y por cuyos dineros, hay decenas de ex allegados al exministro, huyendo con el botín mal habido por el mundo.
El nivel de manipulación financiera durante tiempos de Ramírez fue emblemáticamente dantesco. Para que el común este claro, por si solos tanto el presidente de PDVSA, como cada gerente de primera línea, así como las decisiones de la junta directiva en pleno, tienen distintos niveles de aprobación financiera, que puede ir desde unos pocos cientos de miles, hasta varias decenas y hasta centenas de millones de dólares. Es decir, cuando Ramírez habla de puntos de cuenta a nivel presidencia de la república, está hablando de cifras de miles de millones de dólares, los cuales fueron ciertamente casos muy puntuales.
Donde estaba, ha estado y estará verdaderamente el dinero de las comisiones no era, es o será únicamente en esos grandes presupuestos, sino en los otros. De hecho, una vez asignado el capital, ni ramírez, ni las gerencias, ni la directiva, requerían de la aprobación externa para asignar contratos a terceros, por medio de los canales internos de la industria.
El exministro caído en desgracia habla de auditorías financieras, como si ello significase algo realmente confiable y “escrito sobre piedra”. Una auditoría independiente no provee una prueba absoluta de que los estados financieros estén libres de toda manipulación; no solo contable, sino gerencial/procesos. Entre algunas de las limitaciones de una auditoria aparecen:
*Ineficiencia gerencial.
*Cambios de alcance de procesos justificados bajo falsas necesidades.
*Principios de contratación no confiables, probos, transparentes.
*Reportes maquillados.
*Declaratoria de emergencia (muy común) para asignar a dedo.
*Procesos fuera de Venezuela (Bariven Europa/EEUU)
Desafortunadamente todos estos puntos (entre tantos otros) eran parte del día a día de esa gerencia y directiva, y muy seguramente igual, a partir de 2017 y hasta el presente.
La gestión de Rafael Ramírez fue perversa. A pesar que pretende hacer lucir su periplo por la industria como exitoso, no cabe duda alguna que fue una de las peores gestiones que ha tenido PDVSA [Einstein Millan Arcia on Twitter: “Costos de producción e indicadores financieros entre 2004 y 2014; tiempos de @ramirezve rafael #ramirez. Destacan el alza irracional del costo de producción, expansión incontrolada de deuda financiera y el burdo maquillaje de ganancias con especulación cambiaría. #PDVSA #MENPET https://t.co/sQXkVA71ym” / Twitter].
Una gestión en donde a largo de 10 paños entre 11’2004 y 09’2014, el barril criollo creció desde unos $29 a $105, promediando cerca de los $75 a valor nominal ($97 RT: 2022). Aun así, la industria deja de producir unos 375,000 BPD, se quintuplica en costo de producción, la deuda financiera se eleva sobre 20 veces y los ingresos financieros; es decir, la especulación cambiaria, crece 9 veces para maquillar el desplome de la ganancia neta de la industria.
PDVSA importaba menos de 10,000 BPD incluso desde antes de 1998 hasta 2004. A partir de entonces, ya con Ramírez a bordo, la industria eleva las importaciones hasta 85,000 BPD; es decir sobre 8 veces. Los negocios de las importaciones pasaron a ser los preferidos hasta hoy, por la facilidad de ocultar las jugosas comisiones que allí se perciben.
El mitómano
Entre 2004-05, la gestión que precedió a Ramírez entrega una empresa produciendo 3,274,000 BPD (por inercia operativa) de crudo y 7,000 millones de pie cúbicos de gas, costos de producción de $3.77 por barril, deuda de $2,260 millones, produciendo cerca de 310 MBD de gasolinas, con refinerías utilizadas 90% y exportando; según pode 2004, un gran total de 2,434,000 BPD, incluyendo tanto crudo como productos refinados. A la salida de Ramírez en 2014, PDVSA reportaba una producción de 2.899.000 BPD de crudo, representando un desplome de 375.000 BPD respecto a 2005, además de 7.422 millones de pie cúbicos día (MMPCD) de gas. Pero esa producción de gas, era falsa; era engañosa. No era consistente con una empresa que desde 2005 había dejado de producir 375,000 BPD de crudo más su gas asociado, no es consistente con una PDVSA que había reemplazado 1,260,000 BPD de crudo liviano-mediano-condensado, de mayor contenido de gas por unidad de volumen, por una producción de pesado-extrapesado de la FPO con un volumen de gas por unidad de volumen de crudo al menos 10 veces inferior a la primera. No era consistente con una PDVSA Gas que había dejado también de producir unos 950 MMPCD de gas y menos consistente aun considerando que la primera producción de gas costa afuera arrancó en Julio’2015 y los proyectos de gas no asociado en Yucal Placer eran deficitarios.
La verdadera razón detrás de tal truculencia, era en realidad, el propósito de poder justificar las mil millonarias erogaciones hasta ese momento improductivas en costa afuera y el desastre que originaba el plan siembra petrolera. Bajo la mano de Rafael Ramírez, la producción de LGN (gas natural licuado) pasa de 177.000 BPDE en 2006 @ 114.000 BPDE en 2014.Como consecuencia de dicho desvanecimiento deterioro en la producción, nuestro país se ve obligado a importar (GLP) gas licuado del petróleo para poder satisfacer el consumo interno destinado a gas doméstico, vehicular e industrial. Dichas importaciones pasaron desde prácticamente cero en 2005 @ 28.000 BPDE en 2013-14.
Con Ramírez al frente, la producción propia de gasolinas para 2014 se abatió de tal forma, que el nivel de importación de crudos y refinados se multiplicó por 8 desde menos de 10.000 BPD a su llegada, hasta unos 85.000 BPD a su salida y donde uno (1) de cada tres (3) barriles importados era de gasolinas, cuando a su ingreso a PDVSA, Venezuela era exportador neto de dichos cortes.
Durante su paso, el factor de utilización de las refinerías se desplomó hasta 56% en 2014, cediendo desde su arribo un 35%, cuando promediaba un 91% en 2005. Con su pésima gestión condenó a PDVSA a vivir de costosas importaciones, donde unos cuantos vivos se enriquecían vulgarmente con cada barril importado. Condenó a nuestra industria a depender de un barril oneroso, a ser una empresa endeudada y la condenó a perder en consecuencia su competitividad y posicionamiento global. El componente nacional en dichas exportaciones perdía peso, al ser gradualmente sustituido por una cada vez mayor fracción de componente de crudos y productos importados. Crudos y productos que se dejaron de producir localmente.
Entre 2006 y 2014 mientras el valor representado en activos se expandía en 2.7 veces, los pasivos crecían en 4.7, mientras que el patrimonio prácticamente no evolucionaba, manteniéndo un crecimiento marginal de 1.6 veces. El grueso de los activos incorporados no eran productivos. Abundaba la compra de edificios y propiedades a menudos inflados, procesadoras de yuca, cochineras, infraestructura inconclusa. Tuberías, gasoductos y poli-ductos que nunca serian llenados en su totalidad con producción, pero que si representaban jugosos negocios. Eran particularmente posiciones en dinero producto de la especulación, la cual toma cuerpo con fuerza precisamente a partir de 2010, cuando los ingresos especulativos cambiarios (ingresos financieros) pasaron de $3,011 millones a $20,343 millones en 2014.
La gusanera que se había generado se destapa con el derrumbe del barril en 06’2014. A partir de Junio’2014, fecha para la cual se desploman drásticamente los precios del barril, los ingresos netos de Venezuela ceden hasta $828 millones en 2016. Dicha coyuntura es aprovechada por factores de la oposición corrupta y vende patria, en un caso similar al sabotaje petrolero de 2002, al ponerse de acuerdo con intereses foráneos para planificar sanciones criminales en contra de Venezuela, que en realidad terminaron apuntando en contra del ciudadano más humilde de ese país y no del gobierno.
A partir de 2017, con la radicalización de las sanciones y la penetración masiva político-militar de PDVSA, la producción se abate drásticamente y Venezuela entra en una espiral de destrucción hiperinflacionaria, la cual se ralentiza puntualmente por el alza coyuntural del barril, pero que hoy amenaza con volver.
Einstein Millán Arcia: Asesor Petróleo y Gas “Upstream”. M.D. Energy & Carbon Management @ Fractal [https://fractal-software.com/ ]. Estudios de Especialización a nivel de doctorado en flujo de fluido en medios porosos – The University of Oklahoma, 1991 / Master of Science Petroleum Engineering – The University of Oklahoma, 1990 / Ingeniero de Petróleo Universidad de Oriente, 1979