Anabel Hernández: Sabadazo negro del gobierno de López Obrador

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El presidente de México, MORENA y partidos aliados, aprobaron en el Congreso la militarización total de la seguridad pública y la justicia al pasar ilegalmente el control de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas.

Este sábado 3 de septiembre de 2022 ocurrió un atentado contra la democracia. El Presidente de México en complicidad con MORENA y partidos aliados dieron un golpe a la Constitución y aprobaron en el Congreso la militarización total de la seguridad pública y militarización de la justicia al pasar ilegalmente el control de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas.

Será un día recordado como el ‘sabadazo negro’ del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Lo que no lograron en las últimas décadas infames gobernantes emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ni el Partido Acción Nacional (PAN) lo hizo en tan solo doce horas AMLO con la complicidad de su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), e integrantes de las fracciones parlamentarias del Partido Verde Ecologista y el Partido del Trabajo en la Cámara de Diputados.

Fraguaron durante la noche y aprobaron de madrugada la modificación exprés de una serie de leyes para dar ilegalmente el control total y permanente de la seguridad pública cotidiana de los ciudadanos a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), poniendo bajo su control total la operación de la Guardia Nacional (GN), incluyendo la promulgación de los “programas operativos y estrategias” (sic) de seguridad.

El golpe a la Constitución intenta infructuosamente ser encubierto con la trampa de pasar todo el control operativo de la GN a la SEDENA y dejando solo su membrete en el organigrama de la Secretaría de Seguridad Pública federal solo de adorno.

De esta forma el gobierno de AMLO toma un rostro totalmente militar dando al Ejército el monopolio de la fuerza pública federal no sólo en temas de seguridad pública sino de control social. De ser confirmadas por el Senado esas reformas ilegales, ya no será en caso de manifestaciones sociales y protestas ciudadanas la policía civil sino la SEDENA quien directamente intervenga para imponer el orden cuando así decidan hacerlo.

Las modificaciones aprobadas en el Congreso también significan la militarización de la justicia, ya que una de las atribuciones de la Guardia Nacional es realizar investigación de delitos para la Fiscalía General de la República y ministerios públicos; y puede llevar a cabo el cumplimiento de las órdenes de aprehensión, entre otros mandatos ministeriales y jurisdiccionales.

Por si fuera poca la reforma presidencial incluye una coraza de impunidad para los militares. Los abusos, delitos, y violaciones graves a derechos humanos que los militares cometan en las tareas de seguridad pública y justicia no serán juzgados por el fuero civil, sino quedaran bajo la discrecionalidad del fuero militar.

El negro historial documentado de ineficacia, impunidad,  homicidios, desapariciones forzadas y complicidad con los carteles de la droga que rodea al Ejército Mexicano no deja duda de que la militarización no resolverá el problema de inseguridad, sino que lo agravará.

En esta colaboración desmenuzo las cinco principales mentiras esgrimidas por el Presidente para justificar la militarización.

AMLO impulsa el caos para imponer un nuevo orden militar

Cuando López Obrador llegó al poder en diciembre de 2018 los carteles de la droga controlaban ya una basta parte del país y la violencia generalizada cobraba y cobra  desde hace años miles de víctimas inocentes todos los días.

La descomposición ha sido fruto de la colusión de gobiernos a todos los niveles con el crimen organizado. Los cuerpos de seguridad pública municipal, estatal y federal, y el Ejército Mexicano han sido parte orgánica de esa complicidad entre Estado y narcotráfico. Sí, los militares siempre han sido parte del problema, no de la solución.

Las fuerzas castrenses mexicanas han sido parte del núcleo de los acuerdos entre el gobierno y los narcos. Existen expedientes judiciales dentro y fuera de México que lo prueban. Los altos mandos de la SEDENA han fungido como garantes de dichos pactos e incluso como mensajeros entre el Presidente en turno y los capos de la droga. Así ha sido invariablemente desde los tiempos de Rafael Caro Quintero y el Cartel de Guadalajara, en la década de los ochentas, hasta el actual imperio de Ismael “El Mayo” Zambada y el Cartel de Sinaloa.

Al llegar al poder en vez de planear una verdadera estrategia política, de seguridad pública, económica y social contra el crimen organizado, AMLO promulgó la política de “abrazos no balazos” hacia los criminales. Las fuerzas del orden han sido botargas inertes ante el crecimiento del poder de los Carteles de la droga y otros grupos criminales. Que nadie se equivoque, no son las autoridades sino la delincuencia quien determina los tiempos de paz o los tiempos de guerra en el país.

Paralelamente a estos 4 años de “dejar hacer y dejar pasar” el partido en el poder, MORENA, ha hecho narcopactos electorales con el crimen organizado como en el caso de las elección del gobernador en Sinaloa ocurrida en 2021. Rubén Rocha Moya y otros candidatos de MORENA y el Partido Sinaloense (PAS) ganaron los comicios gracias a un acuerdo con “El Mayo” Zambada  y con los hijos y hermanos de “El Chapo”. No hay ninguna duda de que al menos en el caso de Rocha Moya el Presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo conocimiento de los encuentros entre el ahora gobernador y “El Mayo”, del acuerdo, y su apoyo.

Es el gobierno de AMLO quien ha auspiciado el aumento del poder de los grupos criminales permitiéndoles tener mayor control territorial, intromisión en la política y el control de sectores económicos estratégicos. Ahora se queja de que son grupos “cuasimilitares”, pero su gobierno es el que los ha empoderado.

De esta forma el gobierno de AMLO auspició el caos prexistente y calculadamente lo atizó, para crear las circunstancias que justifiquen la imposición de la militarización como el único remedio posible.

Argumentos falsos para justificar la militarización

Los pretextos argumentados por el Presidente y su partido en las reformas de ley impuestas en el Congreso no pasan la prueba del ácido. Son verdaderas falacias.

Desde que AMLO creo la Guardia Nacional en 2019 cerca del 80 por ciento de sus integrantes provienen del Ejército y la Marina y en sus tres años de funcionamiento está probado que los militares no son elementos más honestos o eficaces.

Falacia 1. “Tanto la presentación de quejas por presuntas violaciones a derechos humanos, como el índice de letalidad muestran una radical transformación en la conducta de las personas integrantes de las Fuerzas Armadas en los últimos tres sexenios”, afirmó AMLO en su lista de justificaciones para militarizar la seguridad pública y la justicia.

Según la información actualizada de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) esto es rotundamente falso. En comparación al último año de gobierno de Enrique Peña Nieto las denuncias por violaciones a derechos humanos han aumentado.

En 2018 las quejas contra la SEDENA sumaron 382. En 2019, el primer año de gobierno de AMLO la cifra  llegó a las 482 denuncias. En 2020 con todo y lockdown  por el Covid 19 la cifra fue de 359 casos ; y en 2021 el número de quejas llegó a 436.

En su justificación dolosamente AMLO omitió mencionar el exponencial aumento de las quejas contra la Guardia Nacional en sus tres años de operación. En su primer año de operaciones se levantaron ante la CNDH 350 quejas por violaciones a derechos humanos. En 2021 las quejas llegaron a 504, cuarenta y seis por ciento más que las 274 quejas levantadas contra la Policía Federal en su último año de operación (2019). Desde un inicio el 70 por ciento de los elementos de la GN son miembros del Ejército.

Las tres masacres cometidas por la SEDENA que han marcado la historia de México: la masacre estudiantil en Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, la masacre de Tlatlaya en 2014, y la desaparición y asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa ocurrida en Iguala en 2014, aunado a cientos de casos de violaciones graves a derechos humanos, homicidios y desapariciones forzadas, dejan claro que el Ejército es nocivo y letal cuando interviene en temas de seguridad pública.

Falacia 2. “La efectividad y la solvencia de la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas han dado como resultado que la población considere a tales instituciones como las más fiables del Estado mexicano”, sostiene AMLO en su argumentación en pro de la militarización.

La realidad es que de acuerdo al informe”Guardia Nacional, tres años de acción militarista” realizado por ONG´s y académicos, hasta abril de este año más del 70 por ciento de los integrantes de la GN carecían de los certificados de control de confianza y entrenamiento que exige la ley, es decir no han pasado los exámenes mínimos que verifiquen su honestidad y preparación elemental.

Falacia 3. Según la propuesta de AMLO la existencia principal de la GN es “para salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la preservación del orden público y la paz social”.

Esto es otra mentira. En los tres años de operación de la GN la mayor cantidad de elementos no han sido desplegados en función de los índices de violencia, delitos e inseguridad según pudo documentar el informe elaborado por las  ONG’s antes citadas.

Al mes de abril de 2022, “la Ciudad de México era la entidad con mayor número de elementos de la Guardia Nacional desplegados, con 13,112 elementos”,  pese a que según las propias cifras oficiales la Ciudad de México no era la entidad con mayores índices de homicidios dolosos. Pero si es la entidad en la que el partido MORENA perdió abrumadoramente las elecciones intermedias del 2021, y es la entidad donde gobierna Claudia Sheinbaum, la candidata preferida de AMLO para sucederlo en el poder.

En cambio, en el mismo mes de abril, entidades donde existían el mayor número de homicidios dolosos el número de elementos de la GN era mucho menor: Michoacán, que encabezaba el primer lugar en asesinatos, tenía en abril 6518 elementos de la GN. Guanajuato, segundo lugar en esa incidencia delictiva contaba solo con 6613 miembros de dicha corporación. La misma tendencia de menos elementos que la CDMX ocurrió en Estado de México, Baja California, Jalisco y Sonora.

Falacia 4.“El riesgo que enfrentamos es sumamente delicado para el Estado mexicano, ya que el crimen organizado en nuestro país, se ha convertido en una fuerza “cuasimilitar” que usa la violencia en contra de la población y de las instituciones públicas”, asegura el Presidente como otro de sus pretextos.

Esto contradice directamente sus alegres cifras de supuesta disminución constante de la criminalidad y la violencia pregonadas en su cuarto informe de gobierno del 2 de septiembre pasado. AMLO debe decidirse: o su política de”abrazos y no balazos” es un rotundo éxito y entonces no se justifica la militarización. O es un rotundo fracaso y entonces la multiplicación del Ejército en las calles desde 2019 no ha servido de nada, con lo cual la militarización queda descartada como solución al problema de violencia y criminalidad que azota México.

Como colofón de las mentiras del Presidente en su iniciativa, afirmó:

Falacia 5.“…la Fuerza Armada permanente se distancia del carácter elitista y beligerante de otras instituciones castrenses en la región. Al día de hoy, su profesionalismo, disciplina e institucionalidad garantizan su apoliticidad, integridad y obediencia a las autoridades civiles…”.

Esto también es falso. En el estudio “Guardia Nacional, tres años de acción militarista” se reconstruye la ilegal intromisión del Ejército en la vida política de México.

El 20 de noviembre de 2021 el titular de la SEDENA afirmó, en el marco del aniversario de la Revolución, que “las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional vemos en la transformación que actualmente vive el país, el mismo propósito de las tres primeras transformaciones: el bien de la patria…como mexicanos es necesario estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha”, según afirmó Luis Cresencio Sandoval quien será el mando único de toda la fuerza pública federal del país, si el Senado confirma la ilegal militarización.

Mientras que el general Luis Rodríguez Bucio actual comandante de la GN ha participado activamente en actos proselitistas de campaña a favor de MORENA y ha incurrido “en el presunto uso ilegal de recursos y bienes públicos en favor del mismo partido”.

La batalla por la democracia

El modelo de gobierno que quiere imponer AMLO, a dos años de que termine su mandato, es un modelo antidemocrático. Mandatarios que han tomado esa ruta nunca han dado pasos atrás de manera voluntaria, siempre ha sido la sociedad civil organizada la que ha logrado cortar las alas a todos los personajes como AMLO. Y cuando la sociedad no ha reaccionado a tiempo víctima de la propaganda, el miedo, desinformación o fanatismo han ocurrido catástrofes históricas imposibles de olvidar.

Los poderes metaconstitucionales que AMLO da a la SEDENA  y su impacto transexenal compromete la independencia y autonomía de quien encabece la Presidencia de la República para el periodo 2024-2030 y los sexenios subsecuentes. Y establece un vínculo nocivo entre las fuerzas armadas, AMLO y su partido MORENA.

La mañana del sábado 3 de septiembre los ciudadanos de México nos despertamos en una pesadilla. Si no se activan medidas legales y pacíficas contundentes, si la sociedad civil no presiona al Senado para frenar este golpe contra el espíritu civil del Estado mexicano, la pesadilla en la que despertamos puede perpetuarse y acabar siendo una realidad como la que viven países autoritarios y dictaduras de facto.

 

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