Alfredo Monsalve López: Mentiras que duelen

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Las noticias cunden por el mundo como reguero de pólvora. Hoy más que nunca. Pestañeas y zúas, allí tienes la información. No hay tregua para sopesar lo que te ha llegado a tu mente. A tu cerebro. A tu página de cualquier red digital. La miras y quedas, algunas veces, con la boca abierta como buscando oxígeno. Algunas veces te asombras. Otras, no. Ya nos tienen acostumbrado a cualquier tipo de noticia o información. Sobre todos en las redes sociales, porque el papel periódico se ha esfumado. En cualquier caso, nos mantenemos informados. Quieras o no lo quieras, te topas con pequeñas y/o grandes noticias. Una noticia que “estremeció” el mundo en estos últimos días (en la cual no voy a detenerme), fue el fallecimiento de la Reina Isabel II. Ocurrió al otro lado de nuestro Continente Americano. Sin embargo, en fracciones de segundos o minutos, nos enteramos de su larga vida en este convulsionado planeta.

A ver. Voy un poco más allá de las noticias que recibimos. Ocurre que, como ya es sabido por más de la mitad de los habitantes del mundo, en Venezuela se vive (o se sobrevive), a una situación digamos, “catastrófica” en todos los órdenes o áreas: social, económica y política. No es un secreto. Es la real verdad. Repito, todos lo sabemos incluso, ya la henos experimentado. Y es aquí donde presento mi alarma (por no decir asombro, porque esa capacidad ya la perdimos), sobre unas supuestas declaraciones de la sra. Delcy Rodríguez, a la sazón Vicepresidente de nuestra amada Venezuela. Y es el caso que la susodicha manifiesta, sin misericordia alguna: “Cómo quisieran, los americanos y europeos vivir como los venezolanos…”. Hágame usted el favor. Además, según la fuente consultada, al parecer se atrevió a manifestar: “Venezuela está mejor que nunca; en la flor del progreso, pero los zánganos se niegan a trabajar y huyen a otros países vecinos…”. (Fuente:


A todas estas, creo que los que sabemos lo que en verdad sucede en Venezuela, solo tenemos algunas “ventanas” para manifestar lo que padece el pueblo venezolano. Sobre todo, los de a pie. Por culpa del régimen y su modelo político a todas luces, fracasado. Es inadmisible que la sra. Delcy y algunos que otros miembros del poder, le hagan saber al mundo lo que ellos consideran beneficioso y los demás países se “traguen” la retahíla de mentiras que diariamente mascullan. Sobre todo, por los canales de TV y radios que poseen.  Pienso además, que deben tener al menos, una pequeña ranura de vergüenza para pasearse por muchos países pregonando lo contrario a la realidad venezolana.

Miren lo que hicieron con lo más sagrado de cualquier nación: los educadores. Las imágenes de protestas recorrieron el planeta Tierra. Fueron vilmente engañados con su salario vacacional. Creo que ha sido la mayor de las mofas que hasta ahora se ha visto en Venezuela. Obvio, que han pasado centenares de mofas o burlas. Pero jugar con el salario de quienes tienen en sus manos el futuro de nuestra gran nación, no tiene parangón. Y quien quiera contradecirme, pues que se abra un debate en santa paz. Porque lo que le está ocurriendo a nuestro país, también les debe zarandear las fibras a los seguidores del régimen. No hay razón alguna para vivir, después de una gran bonanza, en la miseria. Pongan la vista por un momento, cómo se están sacando los “trapos al Sol” algunos dirigentes de la cúpula “roja rojita”. Allí están halándose de las greñas para no caer en los “ganchos” de la justicia. Justicia verdadera. No puesta por el mismísimo régimen. No se puede “tapar el Sol con un dedo”. Además, recuerden que  “… no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.” (Marcos 4:22). Y como decía Kotepa Delgado: “Escribe que algo queda”. Y en eso ando. Punto.

alfredo.monsalve10@hotmail.com

 

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