Ya viene el comienzo del año escolar. El pasado no fue fácil, este tampoco lo será, pero podemos hacerlo mejor si nos preparamos. Sabiendo que hay unos” previos” que no dependen de los educadores: los salarios decentes para los docentes y servicios públicos necesarios para funcionar.
Vamos con lo que nos corresponde a nosotros: organizar un aula animada, que atraiga, que capte la atención de los estudiantes, que puedan encontrarle sentido a la educación. Y la primera semana es muy importante, es la puerta para el resto. No podemos en una columna dar un taller completo sobre Educar sin aburrir, pero algunos tips seguro que les serán útiles.
Comencemos por el “puente afectivo” que debemos establecer desde el saludo. Se sabe que cuando hay lazos afectivos, cuando el estudiante percibe que es importante para los educadores, hay más posibilidad de perseverancia y atención. Así que piense en una semana en la cual usted sorprenda a los chicos y chicas con sus preguntas cercanas: que se presenten – de manera creativa, no sólo el nombre -, sobre todo los nuevos en el plantel; que relaten, por escrito o a viva voz, cómo les fue en vacaciones, las novedades en la familia, ¿se fue alguien a otro país? ¿regresó alguien? Es importante que usted vaya conociéndolos, a ellos como persona y a su entorno, pues hay que partir de ellos. Pregunte, de diversas maneras, qué recuperan del año pasado y qué esperan de este. No se olvide de recuperar anécdotas chistosas del período vacacional, recuerde que el humor ayuda a la concentración. Y preséntese usted también, no sólo su nombre y su cargo, su materia. El lazo afectivo hay que alimentarlo, el acompañamiento psicoafectivo es necesario en todas las edades, por supuesto, las estrategias varían según las edades de los estudiantes.
Les hago una lista de los elementos que ayudan captar y mantener la atención de los estudiantes:
*Las sorpresas. Haga cosas inusuales, llegue con su cuatro, si sabe tocar y cantar, una frase llamativa en la pizarra, un sombrero;
*Las narrativas. Comience los temas con anécdotas, o pídalas a ellos;
*Lo no rutinario. Hay una rutina necesaria para ir estableciendo hábitos, pero su clase, su jornada, puede variar. Invente. Su cerebro creativo vale mucho;
*El juego. Está el juego para distender, para descansar un poco, pero están los juegos instructivos que sirven para repasar algo que ya se ha trabajado, o esos que sirven para reforzar competencias básicas. Para los pequeños, me encanta “operaciones humanas”, esperamos hacer unos videos para las redes sociales para ponerlos al servicio de los docentes. Para la competencia de la comprensión lectora hay uno cuantos: “sacar el título de locutor”, por ejemplo… no son juegos para competir sino para reforzar;
*La cooperación. Trabajar en parejas, o en trío, ayuda;
*El humor. Sonreír – aunque andemos con mascarilla – reír, contar anécdotas chistosas, burlarse nunca, pero reír, ayuda a la concentración, acerca, estimula las neuronas cerebrales. Sobre esto hay mucho que aprender y, de paso, el sentido del humor se puede enseñar;
*La curiosidad. Haga preguntas que estimulen su curiosidad. La pedagogía de la pregunta es muy útil;
*Partir de sus intereses. Si no hay anclaje en su mundo real, lo que se trabaje en el aula no tendrá base y se olvidará al día siguiente.
La educación emocional también es muy importante, pero eso amerita otra columna. Lo pongo para que no lo olvide. Que sepan identificar sus sentimientos y emociones, y puedan administrarlas.
Hay muchas estrategias creativas para interesar a los estudiantes. Por ejemplo: para educación ambiental, por cierto, obligatorio para todos los niveles de la educación en Venezuela, según el artículo 107 de la CRBV, puede proponer “viajes imaginarios”, que supongan investigación de su parte. Para Historia, hacer entrevistas imaginarias a líderes, de antes y de ahora, eso ayuda a tomar contacto con la realidad, ayuda a la educación para la ciudadanía. Inventar cuentos, hacer cartas ya sea a funcionarios, o a familiares que estén fuera el país. Recuerde que lo importante es la competencia de escribir con sentido, el tipo de texto puede ser secundario. La estadística también tiene grandes posibilidades para enseñarla de manera interesante, partiendo de aspectos que a ellos les atraiga.
Las tareas para el hogar, son un capítulo aparte, muy importante: no abuse de ellas, no por más tareas aprenderán más. Utilícelas para estimular la curiosidad para lo que se verá al día siguiente, o para aplicar lo trabajado en el día. Sugerimos respetar los fines de semana. Todos tenemos derecho al descanso.
No se olvide, sobre todo si es profesor guía del bachillerato, de elaborar junto con los estudiantes, los “acuerdos de convivencia”, para generar las normas que regirán las relaciones en el aula, para prevenir todo tipo de violencia escolar, el acoso escolar entre ellas.
Trabaje en equipo. Seguro que sus compañeros de otros salones tendrán aprendizajes del año pasado que puedan ser útiles. Usted, recupere los suyos.
Y no olvide de involucrar a la familia. Escuela y familia están del mismo lado de la cancha, no son enemigos. Cambie el “dedo acusador” por la mano extendida.
Proponga el primer día hacer una carta como si fuera el último día del año escolar: que quisieran lograr este año.
Suerte, cuentan cómo les fue.