Denis Escola es un carnicero que tiene su negocio en la avenida Agustín Figueredo, a la altura del barrio Corocito en Barinas, y este jueves estando reunido con un grupo importante de comerciantes en la redoma de Punto Fresco, se enteró de las tarifas que la empresa Fospuca está cobrando por sus servicios de aseo, por lo que expresó: “A mí me tocará cerrar”.
Escola asegura que los comerciantes desconocen el método aplicado por Fospuca para realizar la clasificación y saber cuál tarifa corresponde a cada quien. Lo cierto es que le parece inconcebible que un negocio que funciona en un espacio tres por tres metros, deba pagar entre 160 dólares y 200 dólares por la basura. “Eso se debe discutir”, considera.
El abogado y comerciante Marlon Maya cree que el envío de mensajes de parte de Fospuca, informando lo que está obligado a pagar un comerciante por la recolección de desechos sólidos “debe ser suspendido”, debido a que ninguno de ellos cuenta con el decreto que autoriza el pliego tarifario y, por consiguiente, el cobro del servicio prestado.
Maya cree que Fospuca desconociendo el ingreso por flujo de caja de cada comercio, el cual está reflejado en las declaraciones de renta como contribuyente especial u ordinario, no puede establecer las tarifas tan solo tomando en cuenta la extensión de terreno de cada negocio, porque de esta forma se viola el principio de transparencia y legalidad con el de capacidad contributiva, por el cual reclaman que están siendo afectados.
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