A juzgar por los cientos de migrantes venezolanos en huida despavorida del régimen tiránico “castrochavomadurista”, que atraviesan, semanalmente, por el río Bravo, jalón natural México/EUA, en el cruce Juárez-El Paso, una vez superada la barrera temible del Darién, y logran avanzar por territorio estadounidense para presentarse ante las autoridades; grupos migratorios en bandadas que, a todo riesgo, se aventuran a atravesarlo con opciones a una calidad de vida que les truncó la panacea del socialismo/comunismo del siglo XXI, sofisma con el que muchos connacionales fueron engañados por seudolíderes trasnochados, lobos con piel de oveja que ahora pretenden sobrevivir a su mega fracaso político aduciendo una sarta de razones exógenas a su adminisración, tales como: sanciones, sabotajes, cuando su fracaso se origina en la inapacidad e ineficacia profesional de sus “tecnócratas” que improvisan soluciones ante cualquier problemática; ínterin, urden el poder por el poder y no para servir y, así, van de fracaso en fracaso con un pueblo en pobreza extrema, pues según la carta Encovi de la UCAB, desde 2020-2021, un 80 por ciento de los venezolanos vive en penurias y sin atisbo de superación a plazo alguno en virtud de una industria petrolera que desde 1998 viene en caida por una gerencia a manos de profanos, impuesta a provecho, así como en la gerencia de los servicios básicos: (agua, luz, agricultura y comunicaciones.
Hoy por hoy, Venezuela sufre una de las crisis dociopolítica/socioeconómica más severas de toda su historia, quizá comparable a las culminaciones de la guerra de independencia (1810-1821) y luego la Guerra Federal o guerra de los cinco años (1859-1864). Un escenario que cuestiona y socava, inobjetablemente, las mismas bases del modelo chavista.
Con la inflación más alta del mundo y una moneda devaluada, al máximo, el día a día de todos sus ciudadanos se ha vuelto más complejo, cada vez; situación que según la plataforma R4V ha hecho huir del país a casi unas soete millones de personas, y generó la corriente migratoria más grande de Latinoamérica en los últimos 50 años. Para colmo de males, el régimen de NMM dio un giro impensado a la divisa estadounidense, al habilitar un proceso de dolarización de facto de la economía.
Aún así, con todo cinismo se hacen promesas a la población y, muy probablemente, hasta se le time ostentándole índices de recuperación manipulados porque en la realidad objetiva de vivencia “in situ” surgen otros indicadores que no autoengañan y diafanizan la conchupancia de un liderazgo insensato y lerdo a toda luz.