España y Francia definieron el título del Campeonato Europeo de Baloncesto en un clásico duelo en el que galos e ibéricos tendrían una revancha de aquella final celebrada en 2011 en Lituania, cuando España ganó su segundo trofeo del baloncesto europeo al vencer 98-85 a su país vecino.
La Roja llegaría a la final tras eliminar a Lituania, Finlandia y Alemania y contaría en su plantilla con figuras tales como los hermanos Juancho y Willy Hernangómez (el segundo arrancaría como titular), Lorenzo Brown y Jaime Fernández. Por su parte, les Bleus alcanzarían el partido decisivo al derrotar a Turquía, Italia y Polonia gracias a la brillante actuación de una plantilla conformada por jugadores como Andrew Albicy, Amath M’Baye y Terry Tarpey.
Pese a que el primer punto fue hecho por la selección francesa, el conjunto hispano dominaría el encuentro de principio a fin al obtener ventaja en tres de los cuatro cuartos del partido. El primer cuarto fue decisivo para los dirigidos por Sergio Scariolo, que consiguieron imponerse con una diferencia de 9 puntos en los primeros 10 minutos.
El segundo cuarto sería un poco más complicado. Los franceses reaccionarían e iniciarían un toma y dame con sus rivales, pero eso no evitó que el primer tiempo finalizara 47-37 para los campeones del mundo. Sin embargo, lograrían dominar ligeramente una muy pareja primera mitad del segundo tiempo y recortarían la diferencia de puntos a la que ya poseían en el primer cuarto.
Meridiano