De acuerdo a la RAE: i) Conciencia: “conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios” y ii) Consciencia: “capacidad del ser de reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella, así como el conocimiento inmediato o espontáneo que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones”.
Consciencia silenciosa:
Una mañana un hombre le preguntó a un sabio: “¿existe Dios?”. Éste miró al hombre a los ojos y le dijo “no, Dios no existe”. Ese mismo día por la tarde otro hombre le preguntó: “¿Qué piensas acerca de Dios? ¿Existe Dios?”. El erudito miró a este hombre también a los ojos y le respondió: “Dios existe”. Pero la “aparente” contrariedad llegó a su clímax cuando muy en la tarde se apareció otra persona con la siguiente pregunta muy similar a las anteriores aunque formulada de forma diferente: “Hay gente que cree en Dios y hay gente que no cree en Dios. Yo en verdad no sé en quién creer”.
En este tercer encuentro el sabio no hablo, y optó por cerrar los ojos. El hombre al ver al sabio sentado con los ojos cerrados pensó que quizás esa era la respuesta, así que se sentó junto a él con los ojos cerrados. Transcurrió una hora y el hombre abrió los ojos, tocó los pies del sabio y dijo: “tu compasión es grande, siempre te estaré agradecido por haberme dado la respuesta”. Mientras tanto el discípulo del sabio que presenció estos tres episodios no salía del asombro ante tal conjunto de “aparentes” contradicciones. Entonces le dijo a su mentor:
“Esto es demasiado, deberías pensar en mí, me vas a volver loco, estoy al borde de un ataque de nervios. A un hombre le dices que Dios no existe, a otro le respondes que Dios existe y al tercero no le contestas, y este último incluso afirma que ha recibido la respuesta correcta, y termina muy contento y agradecido. ¿Me puedes explicar el significado de todo esto? El sabio le responde:
“La primera cosa que debes aprender es que esas preguntas no la formulaste tú, por tanto esas respuestas no eran para ti. ¿Por qué te preocupas innecesariamente por los problemas de otra gente? Primero soluciona tus propios problemas”. El discípulo asintió, aceptó y le dijo al sabio: “Es cierto, esas no eran mis preguntas y las respuestas no iban dirigidas a mí, pero qué puedo hacer tengo oídos y oigo, y he oído y he visto, por lo que ahora todo mi ser está confundido. Entonces, ¿cuál es la respuesta correcta?”. El sabio contestó, “¿correcta?”. “Lo correcto es la consciencia. El primer hombre era un creyente y quería que le reafirmara en su creencia de la existencia de Dios. Vino con una respuesta preconcebida solamente para que le reafirmase en su creencia y poder decir: estoy en lo cierto, incluso el propio sabio me ha dado la razón. Por eso le he dado la respuesta solo para perturbar su creencia, porque creer no es conocer”.
“El segundo hombre era ateo. También ha venido con una respuesta. Una respuesta hecha que Dios no existe. Y quería que le reafirmase en su incredulidad para poder decir que pienso como él. Tuve que decirle si, Dios existe, pero el propósito era el mismo. Si eres capaz de ver mi propósito veras que no hay contradicción, estaba perturbando la creencia preconcebida del primer hombre y la incredulidad preconcebida del segundo hombre. La creencia es afirmativa, la incredulidad es negativa, pero en realidad ambas son una misma cosa, no provienen de alguien que conoce y ninguno de ellos era un verdadero buscador. Ambos acarreaban prejuicios.
«El tercer hombre era un verdadero buscador. No tenía ningún prejuicio. Abrió su corazón y me dijo: “hay gente que cree en Dios y hay gente que no cree en Dios y yo no sé en quien creer. He venido a pedirte ayuda”. Y la única ayuda que podía darle era una experiencia de consciencia silenciosa donde las palabras son inútiles, y cuando cerré mis ojos entendió el mensaje. Era un hombre con una cierta inteligencia, abierto, manso, humilde, y también cerró los ojos. Al profundizar en el silencio, al volverse parte del campo de mi silencio y presencia ha empezado a adentrarse en el silencio, a adentrarse en la consciencia. Cuando transcurrió una hora parecía como si solo hubieran transcurridos unos minutos. No recibió ninguna respuesta en palabras, pero recibió la verdadera respuesta en silencio.
Si eres silencioso y consciente, tú mismo encontraras al Dios que está en tu interior. En el silencio y en la consciencia la mente se disuelve, desaparece y se te revela la Divinidad. Sin haberle dicho nada ha recibido la respuesta y la ha recibido de una manera perfectamente correcta. La respuesta no está en quien responde sino en quien pregunta»
Reflexiones afines a la consciencia silenciosa:
Valga la retahíla: importante es pensar, pero más lo es pensar en lo que se está pensando y por qué se está pensando en lo que se piensa. La verdadera luz se busca dentro del propio ser y se pone al servicio de los demás. (Lucas 8,16-18)
Antes: “dime con quién andas y te diré quién eres”. Ahora: “dime a qué tipo de información te expones continuamente y te diré la realidad que percibes, al igual la forma que piensas, decides y procedes”. El pensamiento negativo y los patrones de conducta enfermizos se pueden cambiar y eliminar, y es donde radica nuestra verdadera libertad y sanación. ¿De qué se están alimentando nuestros pensamientos desde muy temprano del día hasta el momento de dormir? ¿Qué hábitos desarrollamos a diario? Comienza con pensamientos y hábitos que cultiven el verdadero amor (1 Corintios 13, 4-7)
“Vanidad de vanidades”, en eso se concentra la vida terrenal, mientras se descarta lo único trascendente que es Dios: “tócalo con fe y sanaras”. Los pensamientos y las palabras que expresamos continuamente están construyendo y configurando la realidad. Si cambiamos el contenido que está en nuestro subconsciente entonces cambiará nuestra percepción de la realidad.
¿Se es consciente que todo puede cambiar en un instante? ¿Estás siendo la mejor persona que puedes ser? ¿Se pierde el tiempo en cosas que no valen la pena, como estar malhumorado por todo, y quitarle el habla a los seres queridos? Todos vamos a morir cuando Dios lo decida. Morir no da miedo si las cuentas con el Ser Supremo están claras y al día, y si tomamos la Santa Cruz como motivo e inspiración de vida.
En lugar de preocuparse por las cosas que faltan, agradece a Dios por aquello que tienes. Nos despertamos, respiramos, existimos,.., están son gracias de Dios para con nosotros. Entonces lo que nos corresponde es saber identificar la misión a desempeñar en esta vida y cumplir la Divina Voluntad.
Poder, dinero y vanagloria (Categorías mundanas) vs. Acción, palabra y oración (Atributos espirituales). “Para vaciarnos de nosotros mismos debemos con la luz del Espíritu Santo, identificar nuestras malas inclinaciones… la iniquidad en todo lugar…” La humildad y ser manso ante la humillación acercan la sabiduría divina. Entonces, lo que es verdaderamente valioso no son los grandes logros exteriores de este mundo como el dinero, los títulos, la fama, el poder, etc., sino que lo realmente importante ante la Santísima Trinidad es la transformación interior, en la dimensión transpersonal, que inicia al “vaciarse” completamente de todo lo relacionado con el espíritu del mundo, y así entregarse completamente a la devoción de la Santa Madre cómo intercesora fundamental de la Divina Misericordia.
Emplear más del 5% del cerebro, implica una transformación en los hábitos que limitan y restringen el vivir en gracia de Dios. Todo se inicia con la sincera decisión, fuerza de voluntad y devoción plena en reprogramar el subconsciente a favor de la Consagración al Sagrado Corazón de nuestro Señor Jesucristo y Corazón Inmaculado de nuestra Santa Madre la Virgen María como su principal mediadora.
Si se mira atrás se constata que hay algo que nos persigue, esto es el pasado, pero toda persona humilde, que práctica sinceramente la caridad y tiene plena fe y confianza en el Abba Padre, sabe que ese pasado y todo lo que ocurra por duro que sea es para nuestro bien, traducido en bondad, gracia y bendición.
Tres industrias que promueve el “maligno”: 1) Noticia falsa y rumorear; 2) Justificación para no actuar proactivamente; 3) Conflictividad por todo y para todo. Las mismas interactúan con: i) Zona de confort; ii) Impotencia de conocimiento; iii) Camino de la menor resistencia. Un tema trascendental en la vida espiritual: sincerar la realidad, identificar cómo está actuando el “enemigo” en absolutamente todo nivel que incluye la mente del individuo. Entonces la tarea fundamental es no dispersar el esfuerzo en un tema y en otro, sino al contrario, focalizar la atención y concentrar la energía proveniente del Espíritu Santo en renunciar a los códigos mundanos y cumplir la Divina Voluntad.
Encontrar a Jesucristo a través de la Virgen María, es contactar que nuestro origen no es ninguna casualidad, un azar ni un accidente sino que procedemos del amor misericordioso de Dios, es descubrir que no venimos a este mundo con el propósito materialista de lograr dinero, poder, fama, etc., sino con el fin de cumplir una misión, y cumpliéndola lograr acceder también a un destino eterno donde “no habrá dolor, ni muerte, ni hambre, todo será como debió haber sido sin la maldad y el pecado, radiante, lleno de la paz y la presencia de Dios” (Apocalipsis 21, 4)
Referencias:
Morales, P. (17-09-2022). Esclavitud voluntaria. Emisora Costa del Sol (ECS)
Morales, P. (10-09-2022). “Aún no estás suficientemente hambriento”. (ECS)
Morales, P. (03-09-2022). ¡Prefiero fracasar contigo a tener éxito sin ti! (ECS)
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2022. Pedro Morales. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)
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