El mundo entero observa atónito los sucesos ocurridos en Irán con motivo del asesinato de la joven Mahsa Amini, de apenas 22 años, a manos de la llamada ¨Policía Moral¨, vaya nombre.
Todo ocurrió el 13 de septiembre de 2022, mientras la joven proveniente de la provincia de Kurdistán, visitaba a sus familiares; fue detenida en una estación de Metro, por la presunta violación del estricto ¨código de vestimenta¨ que rige para las mujeres islámicas, el cual, incluye el uso de un velo en la cabeza llamado Hiyab.
Torturada hasta la muerte, las autoridades tuvieron que admitirlo, pero alegando que había sido producto de un infarto. Luego de ello, se desató la ira ciudadana en todo Irán, y hasta el día de hoy permanecen las protestas en un sin número de ciudades de ese país.
La ciudadanía se echó a las calles, y las mujeres en señal de protesta y desafío al tiránico gobierno teocrático de los Ayatollahs, decidieron arrancarse la Hiyab, e incluso cortarse el cabello en nutridas manifestaciones callejeras.
A pesar de que siempre somos defensores de la paz, la ira de la ciudadanía contra un régimen tirano ha provocado ciertos focos violentos, más o menos inevitables, y admisibles, en vista de que las agresiones de la policía son brutales y desproporcionadas.
No sabemos cuál puede ser el desenlace de esas acciones callejeras, pero aspiramos a que avancen hacia la discusión de políticas que permitan relajar esa concepción cerrada y ridícula (vista desde occidente), de las imposiciones ortodoxas de la religión. Ojalá luego de que se calmen las aguas, haya espacio para discutir y negociar el fin de la fusión equivocada de religión con política, donde la primera tiene preeminencia.
Ya basta de atropellos a los ciudadanos iraníes, y especialmente a sus mujeres; tienen derecho a ser libres y a vestir como les venga en gana.
El mismo estupor que produce la manera en que gobiernan los Ayatollahs en Irán, es el que sentimos por el silencio cómplice y cobarde que guardan los feministas y los progres de la izquierda quienes hasta ahora no han emitido una condena al acto criminal del gobierno iraní.
Para quienes condenamos la violencia como política de estado, venga de donde venga, sentimos repudio total por la actitud miserable de sujetos como el ex vicepresidente del gobierno español, Pablo Iglesias y su mujer la señora Irene Montero (¨ambos feministas y progres de izquierda¨), Ministro de Igualdad, y ahora también promotora del delito de pederastia, vistas sus más recientes declaraciones en todos los medios de comunicación.
Es inaceptable que este par de salvajes se queden callados frente a los crímenes cometidos por sus mecenas del gobierno iraní, y que su partido ni demás organizaciones políticas de la sociedad organizada española les haga un reclamo ejemplarizante.
Estas abominaciones son posibles solo en el seno de un gobierno catastrófico como el de un politicucho tercermundista e irresponsable como Pedro Sánchez, capaz de aliarse con lo peor de España, (Podemos; Bildu-Etarra, y nacionalistas y separatistas catalanes) para poder mantenerse en el poder.
El repudio a semejantes acciones y omisiones debe ser general por parte de la sociedad democrática mundial.
El mundo libre debe repudiar las acciones del gobierno iraní por sus crímenes, pero también debe hacer lo propio con gobiernos como el español, y con sujetos como la pareja diabólica de Iglesias y Montero.
Es más, creo que se está haciendo tarde para que diversas organizaciones se querellen judicialmente contra el gobierno de Pedro Sánchez y la actitud de su Ministro Montero por apología del delito de pederastia.
Es inaceptable que a esta hora no haya sido destituida por su conducta abyecta. Feministas hipócritas.
@romanibarra